Paro de colectivos: Los choferes de la línea 60 reclaman una recomposición salarial y denuncian un «cepo a las paritarias» del Gobierno

En medio de una fuerte interna sindical y con paritarias congeladas desde hace cuatro meses, los choferes de la línea 60 reclaman no sólo un aumento sino una recomposición salarial. Distantes del oficialismo y la oposición de la UTA, los trabajadores de la 60 se sumaron al paro con un acatamiento total y denunciaron un “cepo a las paritarias” que impide acordar aumentos reales. Consideran que se debería sumar además a las medidas de fuerza de la CGT.

Este martes, una parte importante del sistema de transporte del AMBA se vio afectada por un paro de choferes que exigen mejoras salariales. Actualmente, los conductores perciben $1.200.000 mensuales, pero reclaman alcanzar $1.700.000 como piso. Las cámaras empresarias, sin embargo, propusieron apenas un aumento del 6% para los próximos tres meses.

Uno de los protagonistas del reclamo es la histórica Línea 60, que, a pesar de no alinearse ni con Roberto Fernández ni con su opositor Miguel Bustinduy que mantuvo andando a las líneas de la empresa DOTA entre las que está la 60, se sumó con fuerza a la medida. En declaraciones a AM 530, el delegado Néstor Marcolín explicó: «La jornada de paro es buenísima. En la línea 60 paramos al 100%, en la cabecera de Ingeniero Maschwitz habrán salido 10 colectivos. Estamos hace 4 meses con paritarias paradas, nos querían dar unas migajas. De lo que hay que hablar es de una recomposición salarial porque a los trabajadores no nos alcanza la guita.»

Marcolín fue más allá en sus demandas y propuso una mejora más profunda: «Nosotros creemos que la recomposición tendría que ser de $2.500.000 en mano más paritarias.» También señaló la necesidad de discutir condiciones laborales más equitativas: «Tiene que haber una equiparación salarial entre los choferes y los trabajadores de técnica, porque se jubilan a los 65 años mientras que los choferes, a los 55, y ganan muchísimo menos salario, estarán en $750.000 en mano.»

El paro se da en un contexto de disputa interna dentro del gremio de la UTA. El actual secretario general Roberto Fernández enfrenta críticas por parte de sectores que consideran que la organización no defiende adecuadamente los intereses de los trabajadores. Su principal opositor, Miguel Bustinduy, perdió las elecciones internas, se desafilió de la UTA y logró mantener la representación de cerca de la mitad de los choferes del AMBA, quienes no adhirieron al paro convocado por Fernández, restándole fuerza a la medida.

Sobre la coyuntura política, Marcolín fue contundente: «Nosotros creemos que con el paro no se va a destrabar el problema así nomás porque acá hay un problema político muy grande. El gobierno no quiere destrabar las paritarias, le puso un cepo y no quiere dar aumento de más del 1,5% y ahí vamos a estar en problemas.» Y agregó: «Esto con un paro de 24 horas no se va a destrabar. Tienen que llamar a un paro escalonado con medidas de fuerza y que en el próximo paro de 36 horas de la CGT, se tiene que sumar.». El delegado consideró que en el paro anterior convocado por la central, la UTA «carnereó el paro».

Además, denunció la ofensiva empresarial contra las organizaciones sindicales: «Las patronales están con una política de desafiliación masiva de los trabajadores a todos los sindicatos. Nosotros creemos que todos los compañeros tienen que estar sindicalizados.» Y sentenció: «El sindicato es de los trabajadores, no es de los dirigentes.»

El reclamo también apunta contra el relato oficial sobre la economía: «Estos soretes hablaron del cepo y de la libertad, le quitaron el cepo al dólar y le dieron la libertad a los empresarios para que hagan una flexibilización laboral y nos pusieron el cepo a los trabajadores para que no ganemos salario. Nos bajan el salario y le hacen creer a la sociedad que si nos aumentan el sueldo, aumenta la inflación. Dieron vuelta las cosas y ese mensaje hay que combatirlo.»