Los choferes fueron a escrachar a la UTA para que salga a rediscutir las paritarias y Roberto Fernández cree que el Gobierno lo traicionó

Choferes de más de 50 líneas de colectivos movilizaron a la sede la UTA. Fue para empujar al gremio a rediscutir la paritaria de la actividad. Roberto Fernández, el secretario General, aseguró entender el malestar pero dejó trascender que el Gobierno lo traicionó. Le hizo cerrar el entendimiento salarial y después acordó un aumento del boleto sólo con los empresarios.

«Roma no paga traidores», es la máxima que suele repetir Javier Milei insistentemente en sus redes sociales y en sus discursos. Es casi un mantra que publica una y otra vez. Sin embargo, en esta oportunidad los que parecen haber traicionado fueron los funcionarios libertarios. Es que usaron al secretario General de la UTA para romper el paro de la CGT y después lo empujaron a un conflicto interno de difícil resolución.

Ayer, una masiva movilización de choferes llegó a las puertas de la UTA. Fueron colectiveros de más de 50 líneas de colectivos que le escracharon al sindicato por el último entendimiento salarial que los deja por debajo de la inflación. Exigieron un plan de lucha y, caso contrario, la renuncia de la conducción para dar lugar a un renovación en el gremio.

La marcha fue una demostración más de un descontento creciente, que empieza a tomar diferentes formas con el correr de los días y que ya tuvo varios capítulos. Desde cortes en la zona de General Paz hasta protestas en la sede sindical.

«En principio les debo señalar, que comparto, como todo el Consejo Directivo, el reclamo de todos y cada uno de los trabajadores de la actividad, con independencia de sus simpatías políticas, o en algunos casos, ser rehenes de quienes dicen ser dirigentes, y son sólo los perros del patrón», aseguró Fernández en un comunicado con el que dio cuenta de la situación.

Los choferes fueron a escrachar a la UTA para que salga a rediscutir las paritarias y Roberto Fernández cree que el Gobierno lo traicionó

Lo cierto es que la UTA, uno de los gremios con diálogo más fluido con la gestión libertaria y que funcionó de ariete para debilitar el último paro general de la CGT, viene de cerrar su acuerdo salarial y de garantizar que no volvería a la mesa hasta julio.

Según pudo saber InfoGremiales, en privado el Gobierno había asegurado que no habilitaría ni subsidios ni aumentos bajo la máxima «No hay plata». Sin embargo, rubricada la firma con la UTA le dio un incremento a los empresarios que una vez que fijaron sus costos se centraron en quedarse con la diferencia del aumento del pasaje.

«Evidentemente hubo un acuerdo oscuro entre los empresarios y el Gobierno para perjudicar a los trabajadores», explicaron fuentes cercanas a la conducción de la UTA.

Vale recordar que el gremio acordó con las cámaras y el gobierno un incremento que llevó el básico hasta $1.270.000 en mayo que llegarán en junio hasta los $1,3 millones brutos. Lo hizo en el marco de un reclamo de un aumento que lleve los haberes a $1,/ millones que es lo que, ahora, reivindican como piso los opositores.