
El informe del INDEC sobre ingresos en el segundo trimestre de 2025 muestra que 8 de cada 10 argentinos ganan menos de $970.000 por mes, mientras el 10% más rico concentra más de un tercio del ingreso total. Mientras tanto, el valor de la canasta básica total para una familia tipo en septiembre de 2025 fue de $1.160.780, mientras que la canasta básica alimentaria fue de $520.529.
El último informe de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC, correspondiente al segundo trimestre de 2025, reveló que la gran mayoría de la población ocupada percibe ingresos considerablemente bajos en comparación con el costo de vida.
De acuerdo con los datos oficiales, 8 de cada 10 personas que tienen ingresos en los 31 aglomerados urbanos del país cobran menos de $970.000 por mes. Este umbral corresponde al ingreso máximo del octavo decil, lo que significa que solo el 20% de la población supera esa cifra.
El valor de la canasta básica total para una familia tipo (dos adultos y dos menores) en septiembre de 2025 fue de $1.160.780, mientras que la canasta básica alimentaria fue de $520.529.
El cuadro difundido por el organismo muestra una fuerte concentración de la riqueza en los sectores de mayores recursos. Mientras que el 10% más rico de la población (decil 10) percibe un ingreso medio de $2.957.274, el 10% más pobre (decil 1) apenas llega a $122.886. En términos de distribución, el decil más alto concentra el 33,6% del ingreso total, mientras que el más bajo recibe apenas el 1,4%.
El ingreso medio individual del total de la población con ingresos es de $879.285. Sin embargo, la disparidad entre deciles marca una brecha significativa: el promedio del decil 9, que agrupa a los sectores previos al más alto, se ubica en $1.414.647, cifra que ya multiplica por más de 10 al promedio del decil más bajo.
El informe también indica que de los 29,9 millones de personas contabilizadas en los aglomerados urbanos, 11,3 millones (38%) no registran ingresos individuales, lo que agrava el panorama de desigualdad y precarización. Especialistas advierten que esta radiografía de los ingresos refleja la presión que enfrentan los hogares argentinos entre una inflación que no cede y la pérdida del poder adquisitivo, donde la mayoría de los trabajadores queda muy por debajo de lo necesario para acceder a bienes y servicios básicos.