Para SMATA, “el gobierno reaccionó a tiempo”

El secretario adjunto del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor de la República Argentina (SMATA), Mario Manrique, analizó el desempeño del sector en 2014. Su visión global no comparte el dramatismo que la industria automotriz pareció enfrentar en algunos tramos del año.

“La industria sigue vigente. Si bien bajó un 20% la producción respecto al año pasado, no sufrimos pérdida de puestos de trabajo porque en 2013 se cubrieron las demandas de mayor producción con horas extras”, afirmó en la entrevista que le realizó la Agencia Paco Urondo.

“Con la baja de producción, las horas extras se cortaron y en algunas empresas tuvimos que admitir suspensiones que afectaron a unos 8.000/9.000 trabajadores pero que fueron parciales y rotativas y en definitiva afectaron al bolsillo del trabajador no más allá de un 10 o 15% en su monto neto, en algún mes del año”, aseguró.

La razón principal de que la recesión se haya sobrellevado la encuentra en los reflejos del Estado. “Si la industria se mantuvo vigente es porque el gobierno reaccionó a tiempo e implementó mecanismos como el PROCREAUTO”, dijo el sindicalista de la CGT.

Mientras que también señaló las trabas que las propias empresas introdujeron en algunos casos. “Costó mucho porque no todas las terminales cumplieron con el acuerdo, muchas retiraron el producto del mercado. Es cierto que la demanda bajó pero también la baja se produjo porque las empresas especularon y retiraron los coches del mercado. Empresas con playas de stock llenas demoraban la entrega tres meses”, evaluó Manrique.

Los motivos de semejante conducta patronal los encuentra en una especulación de presión política. “Nosotros entendemos que tiene que ver con forzar al gobierno a tocar el sistema cambiario y el sistema de importaciones porque no tienen argumentos para discutirlo en una mesa”.

Sobre el conflicto en la autopartista estadounidense Lear, Manrique sostuvo que se encuentra sobredimensionado mediáticamente. “Es un conflicto político”, afirmó. “Todo el mundo opina y nadie sabe lo que pasa. La voz de los que quieren trabajar no es escuchada”.