(Por Jorge Duarte @ludistas) Se trata de una adenda al Convenio Colectivo de Trabajo de los Petroleros que firmó el fallecido Guillermo Pereyra y que fuera diseñada especialmente para Vaca Muerta y la explotación no convencional. Flexibiliza las condiciones laborales, extiende la jornada hasta 12 horas, estipula limitaciones al derecho de huelga, achica los grupos de trabajo y elimina limitaciones climáticas. Los ministros lo tomaron como ejemplo para la Reforma Laboral libertaria.
Tras la filtración del borrador que InfoGremiales publicó en exclusiva hace semanas, el texto final de la Reforma laboral está bajo siete llaves, revisado en estos días por la Secretaría Legal y Técnica dentro de Casa Rosada. Se basa en aportes que hicieron el ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo, el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, y los miembros del Consejo de Mayo.
Sin embargo, en las últimas horas el ministro del Interior, Diego Santilli, reveló que hay un convenio que siguió de cerca el Gobierno para establecer las nuevas leyes laborales. Se trata de la adenda Vaca Muerta firmada en 2017 con el Sindicato de Petroleros Privados.
El texto, que ahora InfoGremiales recupera por completo, implica una flexibilización del Convenio Colectivo de Trabajo de explotación tradicional para «adecuarlo» a la explotación del recurso no convencional. En su momento fue tomado como un ejemplo de la Reforma Laboral macrista.
La adenda de Vaca Muerta flexibilizó a la baja varias condiciones laborales clave para reducir costos operativos y fomentar la inversión en yacimientos no convencionales, lo que generó un intenso debate porque quiso ser una especie de punta de lanza.

El escrito eliminó el requisito del cuarto operario («cuarto hombre») en los equipos de perforación («boca de pozo»), optimizando la cantidad de personal y reduciendo puestos de trabajo directos y se redefinieron o eliminaron los pagos por «tiempos muertos» o tareas que no estaban directamente relacionadas con la producción continua, como los tiempos de traslado o espera, que anteriormente se compensaban.
Además, con el aval del fallecido Guillermo Pereyra, por entonces líder de los Petroleros de Vaca Muerta y Senador Nacional por Neuquén, se elevó el tope de velocidad del viento permitido para realizar ciertas tareas, especialmente para equipos de tiro simple, permitiendo la continuidad del trabajo en condiciones climáticas que antes obligaban a parar y se implementaron medidas más estrictas para el control de las ausencias, buscando una mayor disponibilidad y presencia del personal en los yacimientos.
Entre otras cosas la adenda permitió que un mismo trabajador realizara múltiples tareas que antes podían estar asignadas a diferentes roles o requerían personal adicional, incrementando la carga laboral y la polivalencia y se definieron regímenes de trabajo que se adaptaban mejor a la lógica de la producción intensiva y continua del fracking, lo que en la práctica implicó una mayor exigencia y ritmos de trabajo más duros. De hecho se llevó la jornada a 12 horas en un esquema de 2×1 y de 8 horas en un esquema de 6×2,
En lo que tiene que ver con el derecho a huelga se estipuló una instancia de negociación o conciliación previa de 10 días obligatoria, salvo en caso de no pago de salarios, y se acordaron guardias mínimas para garantizar la continuidad del proceso productivo, una especie de declaración de servicio esencial de hecho del sector.




