Daer aseguró que «hay consenso mayoritario» en la CGT para respaldar a Randazzo

El ex secretario general de la CGT, Rodolfo Daer, recibió a Telam en la sede del gremio en el barrio porteño de Montserrat y habló sobre el rumbo de la economía, el desempeño industrial, la opción gremial en los comicios de octubre y la ronda paritaria que tiene en su organización uno de los puntos más álgidos. Además le bajó el tono a la discusión con el moyanismo, denunció la llegada de alimentos de China, acusó al Gobierno de «trabar» las negociaciones paritarias y vaticinó: «Si gana el Gobierno va a tener la legitimidad de producir cambios profundos en la legislación laboral».

¿Cuál es su visión sobre la trascendencia de los comicios de octubre?

Rodolfo Daer: La elección de octubre es central. Si gana el Gobierno va a tener la legitimidad de producir cambios profundos en la legislación laboral. Lo ideal para el Gobierno sería el sindicato por empresa y la negociación colectiva por empresa.

¿Su arribo al randazzismo, implica el desembarco de una corriente de sindicatos al espacio?

RD: Nosotros respetamos las pertenencias sectoriales. Priorizamos la cuestión sindical y cada uno tiene su vinculación en la política. Héctor (Daer) hace mucho tiene criterios propios, porque ante todo es un dirigente sindical y desde ese vértice se movió en el Frente Renovador. Sí hay un consenso mayoritario, del cual es parte, de que el mejor camino es que haya internas en el PJ.

¿Y ya tienen candidato?

RD: Florencio Randazzo. Pero si perdemos vamos con el que ganó. No es que nos vamos.

¿Randazzo es la puerta de regreso de muchos dirigentes sindicales al PJ?

RD: Randazzo es un dirigente en el que vemos una bisagra para el debate y para redactar un discurso con propuestas para volver a enamorar a la mayoría del pueblo argentino.

¿Qué evaluación hace de la experiencia del triunvirato?

RD: Interesante. Cada integrante expresa una corriente de opinión y como no existe un liderazgo fuerte y un consenso, el triunvirato expresa convivencia, respeto mutuo y un compromiso de todos de fortalecer la CGT.

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Se empezó a hablar de una salida del triunvirato con una conducción unificada

RD: Eso lo impulsan más los medios que las propias corrientes internas. No hay un liderazgo superador al triunvirato.

¿Percibió la discusión que trascendió en los medios entre Facundo Moyano y Héctor Daer como un revival de las peleas entre los Daer y los Moyano de los 90?

RD: No, todo lo contrario. Más allá de las distintas pertenencias e historias, hoy hay un común denominador que es fortalecer la CGT, porque somos conscientes de que es la única contraparte que tiene el gobierno para avanzar con políticas antiobreras.

¿Estamos ante la ronda paritaria más dura de los últimos años?

RD: Claro, porque siempre con los gobiernos anteriores había una referencia de cómo tenían que ser los acuerdos salariales, pero no se trababa la negociación. Este gobierno le exige a los empresarios que las paritarias no pueden superar el índice inflacionario del presupuesto que se aprobó para el 2017. A tal punto que en una reunión con dirigentes de la AEA les reclamó que no se pasen en las paritarias y que sean más productivos.

¿Qué implica ser más productivos?

RD: Implica una mirada hacia los trabajadores como variable para mejorar la competitividad en un mundo muy complejo. En la realidad se traduce en flexibilización a través de la polivalencia y la multifuncionabilidad en los puestos de trabajo.

¿Eso se los plantearon abiertamente?

RD: Si, lo planteó la Cámara en la última reunión paritaria. Y cuando Francisco Cabrera (ministro de Industria) dice que hay que ser más competitivos y que hay que abrir la economía, tenemos que saber que si nuestro parámetro es el sudeste asiático, vamos a chocar. Es imposible competir con los productos del sudeste asiático, son historias culturales y laborales totalmente distintas.

¿Y cómo siguen las negociaciones?

RD: Alimentación es el sector que menos afectación tuvo en este período de recesión. No hubo ni despidos ni suspensiones, por lo tanto nuestro reclamo, para sostener el poder de compra, es del 30%. Por ello se aprobó un plan de lucha, que está latente por la conciliación obligatoria que culmina el 2 de junio.

Hablas de la flexibilización como una política integral del mercado laboral, ¿Fue acorde la postura de la CGT al respecto?

RD: La CGT es la única organización sólida que tiene el Gobierno de contraparte. Nosotros estamos en las antípodas de las políticas económicas y tenemos que convivir con esta realidad. Por ello la CGT aprobó el paro y la marcha al Ministerio de Industria, que nos sobrepasó.

¿Esperaban menos concurrencia?

RD: Era inimaginable la cantidad de gente que había en esa marcha. Si lo hubiéramos esperado lo hubiésemos hecho en la 9 de Julio. El Gobierno dice que no hay plan B, entonces en octubre se va a debatir el futuro de la política económica.

¿Implica que la CGT no va a volver a parar hasta después de las elecciones?

RD: No estoy diciendo eso. Digo que la CGT no es una fuerza política, que reivindicamos el diálogo y nuestra potestad de tomar las medidas que sean necesarias contra las políticas que afecten a la sociedad argentina.

¿Cuáles son los próximos pasos de la central obrera?

RD: El 1° de junio tenemos una reunión del Consejo de la Producción donde vamos a exponer nuestro pensamiento en torno a la destrucción de empleo, el cierre de pymes, como están afectadas la industria textil, metalúrgica y comenzar a hablar de la Alimentación, porque empezamos a tener caramelos que vienen de China. En un período de caída de consumo, aparecen los productos importados.

¿Desde la CGT comparten los diagnósticos de crecimiento del empleo?

RD: Hay un incremento del empleo, sobre todo en la obra pública. Pero lo que hay que discutir es cómo el campo es utilizado para orientar y modificar la matriz productiva del país. Si vamos a ser proveedores de materias primas, acá hay 5 o 6 millones de personas de más.

¿Cómo definiría la política industrial?

RD: No hay, no existe. No tenemos una matriz. Al contrario, al abrir las importaciones nos están llevando a la destrucción de empleos y el cierre de establecimientos.

¿El presidente suele vincular a los dirigentes sindicales a las mafias y a la corrupción

RD: La corrupción es algo transversal. Hay dirigentes buenos y malos, como los hay en todos los ámbitos. Si el Presidente sabe de algún mafioso debe hacer la denuncia en la justicia. No se puede generalizar.

¿Ves una campaña antisindical?

RD: Si. Cuando el Presidente habla de mafias sindicales esconde un profundo sentimiento antisindical. Para muchos empresarios y para muchos políticos, el mejor sindicato es el que no existe. Y también es vinculante a los medios de comunicación. Se amplifica la deformación del pensamiento de algún dirigente sindical y se publica con letras chiquitas la corrupción, el vaciamiento o la especulación de la élite económica de nuestro país.