Andrés Rodríguez y Gerardo Martínez, las voces claves para el rearmado de una CGT con escaso margen de maniobra frente a un Gobierno que la acorrala

(Por Jorge Duarte @ludistas) Antes de fin de año la CGT deberá renovar sus autoridades. El contexto, como nunca desde el regreso de la democracia, es de absoluto desprecio desde un Ejecutivo que no le da ni formalmente espacio para el diálogo. Mientras algunos ya empiezan a reagrupar fuerzas para conseguir espacios y otros avisaron que están de salida, Gerardo Martínez y Andrés Rodríguez parecen haberse convertido en los personajes determinantes. «Se viene el tiempo de los Independientes», aseguran.

Este año la CGT deberá renovar su conducción por los siguientes 4. El Congreso será, muy posiblemente, al cierre del raid electoral nacional que dejará plasmada la nueva composición de fuerzas políticas en los órganos legislativos en todo el país y que, adicionalmente, servirá de medida para el humor social en el marco del ajuste interminable que se jacta de realizar el gobierno libertario que encabeza Javier Milei.

Lo que está claro, además, es que mutó la composición de las fuerzas y los espacios en torno a los que se nuclean los diferentes sindicatos. El actual triunvirato, que en buena medida replicó el equilibrio que se gestó en 2016 repartiendo tercios entre Gordos e Independientes, barrionuevistas y moyanistas, parece hoy no tener demasiado sentido. Ya esos espacios no se identifican tal cual lo hacían, no están compuestos por los mismos actores y hasta hubo un desgaste en sus principales figuras.

Para muestra vale un botón: Héctor Daer, el triunviro desde hace ya dos mandatos, dijo no tener fuerzas para seguir y preferir dar un paso al costado. Pablo Moyano pegó el portazo y no volvió a aparecer en Azopardo. Carlos Acuña es tal vez el único que sigue representando aquello: es la personificación del barrionuevismo, pero en un marco en el que muchos están midiendo cuántos son los que hoy realmente responden al gastronómico orgánicamente.

En ese marco las voces de Gerardo Martínez y Andrés Rodríguez, dos históricos gremialistas dialoguistas enrolados en el espacio que se denominó «Los Independientes», se convierte en clave. Desde hace un tiempo largo son quienes se encargan de la última milla de las negociaciones de la central obrera en casi todas las discusiones trascendentales, pero ahora también parecen ser decisivos para bendecir a la nueva figura.

El triunvirato como experiencia política no parece haber dado grandes frutos aunque cumplió con un objetivo central en estos 8 años: evitar la ruptura, algo que en definitiva tampoco es menor y que todos valoran

Andrés Rodríguez y Gerardo Martínez, las voces claves para el rearmado de una CGT con escaso margen de maniobra frente a un Gobierno que la acorrala

Ahora habrá que ver si con Daer de salida, con Pablo Moyano afuera y con Acuña con dos mandatos en el lomo, puede haber lugar para una conducción en una sola persona. Incluso empoderar a alguien quizás sea lo mejor para enfrentar a un Gobierno que no tiene intenciones de establecer ningún tipo de vínculo con los gremios. Sería cumplir la vieja premisa de optar por el esquema de conducción más necesario para cada etapa.

En el marco de esta dispersión, que debilitó la posición inicial de todos, que desarmó el pujante Frente Sindical para el Modelo Nacional y hasta dejó divididos a los gremios más cercanos a CFK que ahora pendulan entre el Instituto Patria y La Plata, algunos dirigentes jóvenes ya recorren los gremios para tratar de reagrupar las fichas y sumar poder. Tanto en este momento como a futuro. Golpean las puertas para presentar un proyecto.

La ficha de la renovación está en la baraja y los nombres ya empezaron a sonar. Deberán tener el guiño de Martínez y Rodríguez, pero también un perfil que le permita ser avalado por Moyano y por Barrionuevo. Se trata de un desafío casi imposible pero al que muchos apuestan ante el paulatino retiro de la vieja guardia que parece no estar dispuesta a pararse en la primera línea de la guerra que le propone Milei y que necesita nuevas generales.

De hecho un experimentado gremialista reconoció este año ante InfoGremiales que evaluaba el retiro por el nivel de desgaste al que estaba expuesto en el contexto del gobierno libertario que no le da respiro en su actividad. ¿Será una señal del trasvasamiento generacional? En el futuro inmediato se viene la pelea por otra reforma laboral, las indemnizaciones, el poder organizativo y económico de los gremios y hasta el derecho de huelga. Tiempos decisivos.