La inflación de los trabajadores marcó 1,6% en agosto y advierten por la caída de los ingresos reales

Pese a la desaceleración de los precios respecto de julio, el informe advierte que los ingresos reales siguen en retroceso y anticipa un escenario recesivo. «Es un doble fracaso del Gobierno”, remarcó Nicolás Trotta.

La inflación de los trabajadores alcanzó en agosto el 1,6% mensual, lo que marcó una desaceleración frente al 2% de julio, mientras que la variación interanual se ubicó en el 33,2%, el registro más bajo desde diciembre de 2020. Así lo reveló el último informe del Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la UMET y el Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD).

En los primeros ocho meses de 2025, la inflación acumulada llegó al 18,2%, lo que, de sostenerse este ritmo, proyecta un alza anual en torno al 28,5%. Sin embargo, pese a la baja de precios, el informe advierte que los ingresos reales siguen en retroceso y anticipa un escenario recesivo.

El director del CCD y exministro de Educación, Nicolás Trotta, advirtió que “la inflación se desacelera y sin embargo nunca hubo tanto consenso en que los ingresos reales de la mayoría de la población no mejoran e incluso caen”. En esa línea, sostuvo que el modelo económico “apuntado a una estabilización a cualquier costo, lo que incluye usar los salarios nominales como anclas de la desinflación, muestra así su fracaso”.

“Pese a la menor inflación, que era, según el Gobierno, la clave para mejorar los ingresos e impulsar el crecimiento, los ingresos reales caen y la economía está para entrar en recesión. Y se suponía que esta baja de la inflación a cualquier costo debía cristalizar en una legitimación electoral del Gobierno. Es un doble fracaso del Gobierno”, remarcó.

La inflación de los trabajadores marcó 1,6% en agosto y advierten por la caída de los ingresos reales

El informe del IET señaló que los mayores incrementos durante agosto se dieron en: Transporte (+4%), impulsado por vehículos cero kilómetro y combustibles. Bienes y servicios varios (+2,8%), con impacto de seguros. Bebidas alcohólicas y tabaco (+2,5%), por suba en cigarrillos y bebidas.

En contraste, alimentos y bebidas no alcohólicas subieron solo 0,8%, con aumentos moderados en frutas y panificados. Las caídas más relevantes se registraron en prendas de vestir y calzado (-0,4%) y servicios de alojamiento turístico (-5,3%), afectados por el fin de temporada.

La inflación fue más alta en asalariados registrados (1,68%) y no asalariados (1,66%), mientras que fue más baja en informales (1,51%) y desocupados (1,48%). En tanto, los hogares de mayores ingresos registraron un alza de 1,73%, mientras que en los de menores recursos fue inferior al 1,4%. Los hogares encabezados por varones (1,68%) tuvieron más inflación que los liderados por mujeres (1,51%), por el peso del transporte privado.

En jubilados, la inflación se ubicó en 1,51%, menor al promedio gracias a la baja en medicamentos.

Por rama de ocupación, los mayores aumentos se concentraron en sectores de ingresos altos y masculinizados como electricidad y gas (1,87%), petróleo y minería (1,87%) y transporte (1,8%). En cambio, en servicio doméstico (1,41%) y gastronomía (1,45%) los incrementos fueron más moderados.

Para el coordinador general del IET, Fabián Amico, la desaceleración de agosto respondió a la combinación de dos factores: una menor devaluación del tipo de cambio oficial, que pasó de subir 14% en julio a caer 2,3% a fines de agosto; y después por la baja en el «pass-through» a precios, “muy vinculada a la reducción de la resistencia salarial”.

“Cuando los salarios nominales no ajustan en línea con el impulso inflacionario provocado por la suba del dólar, la inflación pierde fuerza y no se generaliza, pero esto ocurre al costo de mantener el salario real estancado o en baja”, advirtió el coordinador. Y agregó: “Desde el 8 de septiembre se abre una nueva etapa cambiaria e inflacionaria”.