Un Radical en el balcón

 

(Por Pablo Cano) Finalmente, Palazzo consiguió doblegarle el cepo impuesto por el Ministro de Trabajo y los dueños de Bancos extranjeros al convenio firmado el año pasado con la Asociación Bancaria y logró el aumento pretendido. No son menores los logros comprendidos en este acuerdo para los trabajadores del sistema financiero

La foto que ilustra esta nota fue tomada con la complicidad de los personajes que allí aparecen (Berrozpe y el propio Palazzo) durante las negociaciones que se llevaron a cabo durante el día de ayer en el edificio del Ministerio de Trabajo ubicado en la Av. Callao al 100. Al finalizar el día, fuentes de la Bancaria y luego la propia CFK dieron a conocer un llamado telefónico con el que Cristina felicitó a los sindicalistas y de paso mando un mensaje no tan subliminal a los sectores acuerdistas de la CGT.

No deben perderse en el análisis de este hecho algunas consideraciones para fijar un punto de apoyo a la hora de leer la compleja actualidad de los actores que comprenden el universo del movimiento obrero.

El primero es el notorio giro dado por Palazzo en los últimos 60 días alejándose del protagonismo casi excluyente que tuvo durante buena parte del año pasado en la vocería de la Corriente Federal Sindical para tender puentes masomenos visibles con el triunvirato cegetista de cara al conflicto que finalmente ayer fuera saldado.

El segundo es la abstracción que tiene el sistema financiero y el complejo agro exportador a las enormes restricciones que vive la economía vernácula desde el inicio de la gestión del Presidente Macri. La UOM y Atilra, por sólo citar dos ejemplos, pendulan entre la necesidad de expresar el malestar creciente de las clases trabajadoras con este gobierno y la urgencia de contar con la única red de contención -la que puede prestar el Estado- para evitar el desangre constante de puestos de trabajo y -consecuentemente- de afiliados.

El tercero es que los otros grandes gremios de servicios (Luz y sobre todo agua y gas) son parte de la masa crítica de poder real que el macrismo ha construido parcelando espacios para éstos tanto en el Ministerio de Trabajo cómo en la Superintendencia de Salud al mismo tiempo que recompone los balances de los empleadores del sector al permitir los enormes aumentos de tarifas.

Por último, el “reconocimiento” que el Gobierno ha tenido hacia la CGT validandola como integrante del sistema de poder real en la Argentina ha derivado en realidades conducentes para el sistema de obras sociales, les ha permitido un trato escenográfico sustancialmente distinto al recibido por la administración anterior pero también los ha obligado a vidriosos pasos parlamentarios que horadan al que quizás sea, por formación y por edad, el triunviro con más proyección de futuro, Héctor Daer.

Dicho ésto, el meollo de este análisis.

A consecuencia del modelo económico propuesto por Cambiemos hay sólo dos gremios que por escala y por centralidad en los procesos de formación de divisas pueden afectar sustancialmente las bases del modelo económico por ser imprescindibles en el giro comercial del sistema financiero y del circuito exportador: Bancarios y Camioneros. Sergio y Pablo.

Todo hacía pensar que el bancario sería el elegido por sus pares para que lidere y exprese la protesta del movimiento obrero ya que poseía los modales y la originalidad para el gran público de la que carece Pablo Moyano. De hecho, la Corriente Federal es -centralmente- una apuesta a darle marco a ese liderazgo en lo público con un intento de colegiación en lo interno novedoso para la tradición sindical. Ahora Palazzo -como buen sindicalista- privilegió en la corta juntar volúmen para cerrar la agenda de su gremio, y en todo lo acontecido ayer no pareció filtrarse ni una consideración que extienda al resto de los conflictos gremiales presentes y futuros una línea de conducta, una impronta estratégica, un deseo de expresar algo mas allá del 24% y los bonos logrados.

Para todos, los que lo miran con desconfianza y los que precisan mirarlo con esperanza, Palazzo debe plantearse que significa ser un radical en el balcón.