Tras la histórica paritaria aceitera, Yofra lanza una huelga nacional para que activen la revisión salarial de los desmotadores

La medida de fuerza definida por la Federación que conduce Daniel Yofra tendrá carácter nacional y comenzará a las 6 de la mañana de este lunes. Es por la demorada revisión salarial en la actividad desmotadora que tenía pautada su fecha el 15 de octubre del 2020.

La Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina, que lidera Daniel Yofra, inicia este lunes un plan de lucha con una huelga en las plantas desmotadoras a partir de las 6 de la mañana.

Para el gremio, que viene de conseguir una histórica paritaria en la rama aceitera luego de tres semanas de paro, la decisión la detonó «la pretensión patronal de rebajar los salarios en términos reales en la negociación paritaria desmotadora».

«Tras haber transcurrido más de cuatro meses desde la fecha establecida para la cláusula de revisión, la cual se encontraba pautada para el 15 de octubre de 2020 en el acuerdo salarial desmotador firmado en mayo último, los salarios de las trabajadoras y los trabajadores desmotadores de algodón continúan perdiendo su capacidad adquisitiva mes tras mes», señalaron desde la Federación.

Además acusaron a la patronal de «negarse a brindar una respuesta ante quienes nunca dejaron de trabajar ni de producir en una actividad declarada esencial desde el primer día de la pandemia, y que en este 2020 obtuvo grandes ganancias».

Desde el gremio sostienen que «mientras el salario real de la familia desmotadora caía mes a mes, el sector empresario desmotador realizó operaciones declaradas de exportaciones por 120 millones de dólares en 2020, obteniendo fuertes ganancias en divisas extranjeras que se fortalecieron ante el peso argentino en el que pagan los sueldos».

La revisión salarial ya lleva 4 meses de demora y los conducidos por Yofra lo atribuyen a la decisión empresarial de estirar «artificialmente» la negociación realizando ofertas salariales irrisorias que implican una fuerte pérdida del poder adquisitivo del trabajador.

«Las empresas desmotadoras buscan desconocer hoy que sus ganancias son fruto del esfuerzo de los trabajadores que arriesgaron su vida y la de sus familias dese el inicio de la pandemia, enfrentando riesgos e incertidumbres en el marco de una emergencia sanitaria sin precedentes en el mundo y que aún continúa», concluyen.