Trabajadoras y trabajadores de Textilana-Mauro Sergio denunciaron acoso y hostigamiento laboral

La comisión interna de Textilana – Mauro Sergio, de Mar del Plata, volvió a denunciar acoso y hostigamiento laboral por parte de la patronal hacia las y los trabajadores de la planta, en su inmensa mayoría mujeres. Piden la intervención del Gobierno.

La Comisión Interna de Textilana difundió un comunicado para informar sobre la grave situación que están viviendo en la planta marplatense. «Apercibimientos arbitrarios son moneda corriente, despidos con causas armadas, flexibilidad que plantea ritmos de producción incumplibles para cualquier ser humano, hostigamiento permanente hacia las representantes elegidas por les trabajadores y falta de pago a quienes están con licencias médicas.», enumeraron.

Denuncian persecución gremial: «Un conjunto de atropellos que vienen de años pero que se han potenciado desde que la fábrica se organizó eligiendo una comisión interna integrada en su mayoría por mujeres.»

Las trabajadoras de la Comisión Interna acudieron al Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de Nación, tuvieron reuniones con funcionarias de la cartera encabezada por Elizabeth Gómez Alcorta, sin que se obtenga ninguna respuesta.

«Sólo la Dirección de Políticas de Género de la Municipalidad, cuyas  especialistas recibieron a las trabajadoras, se expidió considerando que se trata de acoso laboral con perspectiva de género, acompañando la denuncia en el ministerio.»

El martes pasado concurrieron a una audiencia con el Ministerio de Trabajo de la Provincia que se declaró incompetente y pasó el tema a Nación. El próximo lunes 20 de septiembre tendrán una audiencia con la gestión de Claudio Moroni, para la que estarán difundiendo el hashtag #MauroSergioAcosaALasTrabajadoras

«Mientras 3 operarias con licencias médicas certificadas, con certificados que la patronal se niega a recibir, llevan ya 3 meses sin cobrar su sueldo. Mientras la patronal avanza con más despidos “armados”. Mientras sigue el hostigamiento dentro de la fábrica y las exigencias de productividad incumplibles», ellas siguen sin respuestas.