
La firma se creó para brindar asistencia a los empleados metalúrgicos de La Matanza. Desde la conducción local lo plantearon como una recuperación de la Salud, pero está a nombre de delegados y no tiene respaldo de capital. Debe casi un año de aporte a sus empleados. Cuestionamientos internos y cruces de acusaciones.
Luego de lo que fue una crisis profunda en la asistencia de los afiliados, la conducción de la seccional La Matanza de la UOM salió a promocionar una solución local: la recuperación del control de los servicios de salud. Lo hizo a través de la prestadora Metalúrgicos de Matanza Servicios de Salud, que promocionó como un paso adelante.
«Los Metalúrgicos de Matanza recuperamos la Obra Social», promocionaba el gremio que conduce Esteban Cabello. Curiosamente el logo para la prestadora es muy parecido al de la seccional local de la UOM.

Se trata de una prestadora, armada el año pasado, presentada ante la Superintendencia de Servicios de Salud y que hipotéticamente cuenta con un hospital de alta complejidad, consultorios externos y una amplia red de atención medica para afiliados de UOM.
«Ellos lo presentan como que la seccional conduce la salud, pero en realidad es una empresa prestadora. El tema es saber quien puso el capital, como llegaron esos delegados a estar ahí y que pasa con las ganancias», le dijo a InfoGremiales una fuente matancera.
Según consta en la publicación del Boletín Oficial del 17 de mayo del año pasado, Metalúrgicos de Matanza es propiedad de Alberto Ramón Otero y de Iván Gonzalo Guzmán, de apenas 26 años. Tiene un capital, para respaldar sus operaciones, de un millón de pesos puestos en partes iguales por cada uno de sus socios.
El objeto con el que se la creó fue el de brindar Servicios de Salud; Organización y prestación de servicios como empresa de Medicina Prepaga y/u Obra Social y/o Seguro/Coaseguro de Salud; Prestación de servicios de urgencias, emergencias con y sin internación en materia de salud, pre hospitalarias, atención médica, domiciliaria y traslados sanitarios de alta y baja complejidad; y Comercialización, importación, exportación, de equipamiento e insumos médicos, como así también medicamentos y materiales relacionados.

La preocupación en torno a la gestión empezó crecer en los últimos meses entre sus propios trabajadores. Es que Metalúrgicos de Matanza mantiene una deuda sostenida con los aportes de seguro social, de obra social y las contribuciones patronales de todo su personal.
«No pagaron nunca nada» aseguran. Ello queda en evidencia en todas las planillas de los informes requeridos respecto de su situación como empleador.
El tema todavía no estalló aunque está escalando. Lo que sí es cierto que empezó a preocupar a varios de los referentes locales que respondían al histórico Carlos Gdansky, virtualmente retirado pero patriarca del metalúrgico matancero, y que crecieron en la militancia contra los negocios privados de los dirigentes gremiales que desvirtuaban el rol sindical.