Los sólidos puentes que desde hace dos décadas cosechó Sergio Massa en el mundo sindical y que lo empujan como Súper Ministro

Dos de los triunviros de la CGT fueron parte de las filas del Frente Renovador. Uno de los Moyano engrosó su tropa desde Azopardo. Los gremios del transporte supieron abrirle la puerta y Hugo Yasky celebra su posible desembarco. Expectativa en el mundo sindical por la llegada de Sergio Massa al gabinete.

El desembarco de Sergio Tomás Massa al gabinete nacional como una especie de Súper Ministro es el tema excluyente de la política Argentina por estas horas. Y, claro, también mantiene en vilo al mundo sindical que busca una brújula para entender el rumbo de la gestión política-económica de Alberto Fernández.

Los vínculos entre el de Tigre el sindicalismo son sólidos y desde hace tiempo. Para muestra un botón: dos de los triunviros de la CGT incursionaron en la política partidaria y formaron parte de los legisladores del Frente Renovador.

Héctor Daer fue diputado nacional electo por el FR. Allí cumplió un mandato en la cámara baja. También Carlos Acuña obtuvo una banca en 2013 como diputado provincial, de la mano del espacio que encabezó Massa y que venía de romper relaciones con el Frente para la Victoria.

Los sólidos puentes que desde hace dos décadas cosechó Sergio Massa en el mundo sindical y que lo empujan como Súper Ministro

Sus puentes llegan al moyanismo. El actual presidente de la Cámara de Diputados es amigo personal de Facundo Moyano, el referente de los trabajadores de peajes y ex diputado nacional por su espacio político. Facundo, con quien suele compartir eventos políticos y sociales, fue otro que le abrió puertas en el mundo sindical.

También gestó una buena relación con Hugo y Pablo Moyano, con quienes compartió más de un asado para poner en común la mirada respecto de la situación económica de la argentina.

En 2015, por ejemplo, llegó a la Confederación Argentina de Trabajadores del transporte (CATT). Allí habló ante los gremios que componían esa estructura y que lideraba Juan Carlos Schmid y los convenció de que era la mejor alternativa electoral, de la mano de una agenda que los seducía particularmente: la reducción del impuesto a las ganancias.

Un promotor silencioso del tigrense fue Hugo Quintana, jefe de APOC y uno de los hombres invisibles que supo ser de los más poderosos del mundo sindical. Movía la millonaria caja de obra social con la que cuenta para darle estructura y densidad al proyecto político de Massa.

Otro que lo conoce desde «pibe» es Luis Barrionuevo. La relación entre ellos data de 1994 cuando el gastronómico lo recibió en su casa de la costa y cosechó el traspaso político de Massa de la UCeDé a un espacio afín que estaba gestando en la localidad de San Martín.

Camaleónico, el espaldarazo a su arribo en el gabinete ahora encontró también un inesperado apoyo de Hugo Yasky, quizás uno de los dirigentes sindicales más cristinistas. «Creo que la incorporación de Sergio Massa al Gabinete sería bueno. Es una de las tres cabezas del Frente de Todos», sostuvo el ceteísta en las últimas semanas.

Con es haz de relaciones transversales, las miradas están puestas en La Rosada. Todos esperan la señal de largada para las felicitaciones públicas, aunque de fondo buscan algún tipo de certeza sobre el rumbo que se está tomando.