Los recibidores de granos no se rinden y advirtieron que sostendrán la lucha por el bono compensatorio porque lo consideran «un derecho»

El 65° Congreso Nacional Anual Ordinario de la Unión de Recibidores de Granos y Anexos (Urgara) decidió continuar el plan de acción gremial en demanda del inmediato cobro de «un bono compensatorio por el esfuerzo realizado por los trabajadores y en igualdad de condiciones con los otros sectores de la actividad».

Lo informó el secretario general del gremio, Pablo Palacio, quien encabezó el encuentro anual sindical en la sede de esta capital.

«La Urgara no renunciará a ese derecho, ya que es imprescindible compensar el esfuerzo de los trabajadores en igualdad de condiciones con los otros sectores de la actividad. También exigirá el reconocimiento de la totalidad del personal representado por el gremio, en lo salarial y laboral», enfatizó el dirigente.

La organización formuló nuevamente esos reclamos luego de expirado el plazo de la conciliación obligatoria dictada por la cartera laboral ante un conflicto en demanda del pago del bono 2021, que provocó un paro general en los lugares de acopio.

Palacio sostuvo que «los trabajadores deben ser reconocidos en lo salarial y en las condiciones de labor según sus necesidades», y sostuvo su «preocupación» ante «la coyuntura económica», aunque consideró que un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es «el menor de los males ante un posible default».

«El endeudamiento externo condiciona las posibilidades de crecimiento y desarrollo productivo. El incumplimiento de las obligaciones provocaría consecuencias muy negativas para el mundo laboral. Es necesario el acuerdo para iniciar el crecimiento con inclusión, pero el ajuste deben pagarlo los sectores más concentrados», afirmó.

65° Congreso Nacional Anual Ordinario del gremio de recibidores de granos Urgara

Palacio añadió que la Urgara «no aceptará un retroceso de los derechos de los trabajadores, y tampoco una reforma laboral o previsional que arriesgue conquistas obtenidas», y sostuvo que la reducción de la jornada laboral en el país tendría «un impacto positivo para el personal y la totalidad de la economía nacional».

«En la Argentina, reactivaría la economía, permitiría a miles de ciudadanos acceder al mercado laboral y protegería la salud de los trabajadores que cumplen tareas en condiciones insalubres a partir de la desidia empresaria», concluyó el dirigente.