Jorge Triaca marcó posibles cambios en la Reforma Laboral porque considera que como está, «puede generar judicialización» y conflictividad

El exministro de Trabajo Jorge Triaca valoró aspectos de la reforma laboral impulsada por el Gobierno, pero advirtió sobre riesgos en la eliminación de la ultraactividad, el derecho de huelga y el financiamiento previsional, y pidió ajustes para evitar mayor judicialización y preservar el equilibrio entre trabajadores y empleadores.

La postergación del tratamiento parlamentario de la reforma laboral hasta febrero abrió una nueva etapa de negociación política y técnica. En ese contexto, Jorge Triaca, exministro de Trabajo durante el gobierno de Mauricio Macri, analizó el proyecto impulsado por el Poder Ejecutivo y consideró, como era de esperarse, que contiene “aspectos muy positivos”, aunque advirtió sobre artículos sensibles que requieren correcciones para evitar incertidumbre jurídica y mayores niveles de judicialización.

En declaraciones a La Voz del Interior, Triaca sostuvo que el paquete de “modernización laboral” presentado a comienzos de diciembre es ambicioso, pero aún necesita ajustes para lograr consensos amplios. “Construir mayorías es escuchar a los demás y aceptar modificaciones”, afirmó, al justificar la decisión del oficialismo de diferir el debate legislativo.

Uno de los principales focos de tensión es la eliminación de la ultraactividad de los convenios colectivos, que hoy permite que sigan vigentes aun después de su vencimiento. Según Triaca, se trata de un cambio que impacta sobre más de 1.700 acuerdos en todo el país y que requiere un análisis profundo para no debilitar la negociación colectiva.

También expresó reparos sobre la prioridad que el proyecto otorga a los convenios por empresa por sobre los convenios de actividad. Si bien reconoció que la idea resulta atractiva en términos teóricos, advirtió que, sin relaciones laborales maduras, puede alterar el equilibrio entre sindicatos y empleadores, especialmente en sectores con pymes o gremios de menor tamaño.

El dirigente ubicó la discusión en un contexto de estancamiento del empleo formal privado y altos niveles de informalidad. “Hace más de 12 años que el número de trabajadores formales del sector privado no crece”, señaló, y remarcó que más del 40% de los trabajadores se encuentra fuera del sistema formal.

En ese marco, consideró que la reforma representa una oportunidad para debatir incentivos a la formalización y revisar el esquema de aportes al sistema previsional, de salud y a los sindicatos. El proyecto incluye el Régimen de Incentivo a la Formalización Laboral, con reducción de contribuciones patronales para nuevas contrataciones durante los primeros años.

Uno de los puntos más controvertidos es la creación del Fondo de Asistencia Laboral, financiado con una contribución del 3% de la masa salarial, que se compensaría con una reducción equivalente de aportes patronales al sistema previsional. Triaca advirtió que esta reasignación de recursos exige una explicación clara sobre cómo se cubrirá el faltante en el financiamiento de jubilaciones y asignaciones.

Diversas estimaciones privadas calculan que el desvío de fondos podría tener un costo fiscal anual cercano a los 3.000 millones de dólares, lo que alimenta las críticas de sectores sindicales y de derechos humanos que alertan sobre un eventual desfinanciamiento de la seguridad social.

Respecto del régimen indemnizatorio, el exministro defendió algunos cambios destinados a reducir la litigiosidad y los extensos plazos judiciales, aunque insistió en que cualquier modificación debe preservar la protección efectiva de los trabajadores.

También cuestionó la redacción de los artículos vinculados al derecho de huelga y a la definición de servicios esenciales, al considerar que el texto actual es poco claro y podría derivar en conflictos judiciales posteriores.

Para Triaca, la prórroga del debate hasta febrero no debe interpretarse como un retroceso, sino como una oportunidad para priorizar los puntos con mayor consenso y dejar para una segunda etapa aquellos más conflictivos. “No se cambia la vida con una sola ley”, sostuvo, y llamó a avanzar gradualmente en la modernización del sistema laboral.