
(Por Jorge Duarte @ludistas) Jorge Penayo encabeza la lista de oposición que buscará desbancar al oficialismo, esta vez sin Rodolfo Daer, de la conducción del Sindicato de Alimentación. «Manejamos las empresas más importantes de la actividad y hacemos lo que nos piden nuestros compañeros», asegura. Desde Pacheco, lugar donde hace base, recorre las plantas para «recuperar el gremio».
Jorge Penayo de 51 años, será el candidato de la oposición para suceder a Rodolfo Daer, luego de 41 años, en la conducción del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA). Se trata de un dirigente que comenzó a trabajar en los 90´s en Navisco y que desde la empresa más importante del sector, Mondelez, trata de proyectarse para comandar una de las organizaciones de la industria más trascendentes de la Argentina.
– InfoGremiales ¿Cuál es el motivo de pelear por la conducción del Sindicato de Alimentación?
– Jorge Penayo: Hace años que buscamos recuperar el gremio. Yo arranqué a trabajar en la fábrica en los 90´s. Desde 2001 comencé como delegado y en 2004 fue la primera vez que presentamos lista contra Rodolfo Daer. En 2012 logramos una lista que encabezó (Javier «Poke») Hermosilla y que llegó al 43%. La bronca siempre estuvo.
– ¿Por qué decís que hay bronca?
– Porque ellos dejaron de representar a los trabajadores como debían representarlos. No le dan la facultad ni las herramientas a los delegados ni a las comisiones internas para que levanten los reclamos y resolver los problemas de la gente. Cuando llevas algún reclamo al gremio te miran mal o te tildan de que sos de izquierda. En las fábricas más grandes no nos pueden controlar, por eso somos independientes. En las más chicas los controlan, porque a los delegados que van con reclamos los hacen a un costado y eligen otro afín a ellos.
– ¿Qué pasó desde 2012 hasta ahora que la oposición estuvo muy competitiva y después no pudo avanzar?
– En 2012 fuimos todos unidos. En 2015 nosotros recuperamos la Comisión Interna en Pacheco, en un proceso de unidad que tuvo hasta compañeros de la Lista Verde, y en 2016 no pudimos armar lista de unidad para el sindicato. La Bordó salió segunda y nosotros sacamos un 7%. En 2021 también hubo tres listas, no logramos ponernos de acuerdo en la oposición porque desde la Bordó nos pusieron muchas condiciones. Nosotros, la Celeste y Blanca, salimos segundos y nos faltaron 120 votos para llegar a la minoría. Fuimos creciendo y hoy llegamos a un acuerdo.
«Cuando llevas algún reclamo al gremio te miran mal o te tildan de que sos de izquierda»
– ¿Las discusiones costaron?
– Es sano, siempre y cuando el fin sea organizar a los compañeros para la lucha y velar por los intereses de nuestros compañeros en cada una de las fábricas. Para lograrlo hay que recostarse en la necesidad de cada trabajador en cada fábrica.
– ¿Cuál es el objetivo en esta elección?
– El objetivo es ganar. Entendemos que la minoría ya la tenemos. Hay posibilidades. Las empresas más importantes no las dirigen ellos. Al recorrer cada fábrica encontramos una bronca tremenda con la dirección del gremio porque no hacen reclamos de ninguna índole. Las empresas aprietan y ellos son bomberos tratando de apaciguar las situaciones. Tenemos el caso de Alijor que ha llegado al extremo de que no les pagan en tiempo y forma y la Comisión Interna les pide paciencia.
– Si tuvieras que referenciarte en algún sindicalista…
– Nosotros hemos tenido reuniones con los Aceiteros. Es un gremio que su salario está muy por arriba de los demás. También (Sergio) Palazzo, que es un gremio que discute sus paritarias. Nosotros hemos ido al sindicato a hablarlo con Daer en persona: ¿Por qué nosotros no podemos tener un salario como corresponde?. Ellos dicen que no podemos compararnos con Aceiteros porque es un sector que exporta y está en otras condiciones. Con la Bancaria lo mismo. Yo no digo que vas a ir y vas a conseguirlo mañana. Pero vos como sindicato lo tenés que plantear. Hoy tenemos 3 categorías del convenio por debajo de la línea de la pobreza.

– ¿Cuál es tu mirada sobre la negociación?
Yo creo que están en la cómoda. Los plenarios y los Congresos de delegados están digitados y no sirven para nada. Les sirve a ellos.
– ¿Cuáles son los problemas en la industria de la alimentación?
– El problema fundamental es que falta representatividad. Ahí está la base: condiciones laborales, la comida, el trato, la obra social que está casi quebrada. El gremio tiene que ser más transparente con el manejo de los recursos. Se puede si vos no tenés nada para ocultar. Los trabajadores tienen que saber
Penayo tiene 4 hijos de 3 parejas distintas. La más chica es una beba de apenas 5 meses. De ascendencia correntina, toca la guitarra y canta «sólo chamamé», aclara. Es su hobby. Sin pasión por el fútbol trata de ir al gimnasio 3 veces por semana aunque sin demasiada suerte: «Nosotros tratamos de inculcarle eso a los compañeros. Es bueno para la salud». Ingresó a trabajar en Navisco en 1995 y el quiebre en su militancia fue la histórica toma de Kraft, que tuvo 38 días de ocupación, una brutal y mediática represión y una resolución histórica con reincorporaciones. Ese conflicto fue tan trascendente y tan profundo en la opinión pública que hasta empujó el cambio de nombre de la empresa.
– Esta elección tiene la particularidad de que no van a enfrentar a Daer
– Es histórico. No porque Daer es fuerte y está desprestigiado. Hay que ver como se mueve Escalante, su sucesor.
– ¿Es beneficioso no enfrentar a Daer?
– Para su fuerza es beneficioso, porque una parte de ellos quedaron desencantados. Para quien está enojado con el gremio da igual. En este momento es en el que hay que plantear todas las cosas para ganar. Una vez pasado esto hay que unirse porque hay que seguir defendiendo los intereses de los trabajadores. Vos no podés vivir 4 años peleando.
«Hay una crisis de representación. Los gremios no discuten las condiciones laborales y los convenios quedaron desactualizados»
– ¿Va a pasar?
– Nunca nos han escuchado. Lo dudo. Escalante dice que va a seguir la política que se hizo hasta ahora. Escalante dice que ahora le sacaron las rueditas, nosotros sabemos manejarnos solos. Manejamos las empresas más importantes de la actividad y hacemos lo que nos piden nuestros compañeros y no necesitamos nada: ni rueditas, ni muletas, ni nada.
– ¿Cuál es el eje de las propuestas salariales?
– Lo que ya hacemos. Mondelez es la única empresa que paga el 200% las horas extra los feriados y el sábado después de las 17 horas. Tenemos un adicional nocturno del 50% sobre todos los conceptos. Tenemos un jardín maternal dentro de la planta. Hicimos poner dos bancos dentro de la fábrica con cajero automático, una proveeduría interna donde se vende lo que fabricamos con precios de un 30 al 40% más económico. Logramos recategorizar a todos los trabajadores entre 2 y 3 categorías más arriba. Logramos un plus de gratificación trimestral.
– Te van a decir que eso lo podés hacer porque es una multinacional…
– Tenemos propuestas. Los gremios dejaron de discutir los problemas de la gente. Al final del Gobierno de Macri nos quisieron suspender 500 trabajadores. Me llamó Daer y nos planteó que la situación. Nosotros nos negamos. Les dijimos que íbamos a un conflicto y pedimos que sostengan los empleos. Les dijimos que se hagan cargo ellos, sino el Estado Nacional, el Estado Provincial o el Municipal. Finalmente se resolvió. Si hubiésemos aceptado, las suspensiones se hubiesen plasmado.

– ¿Cuál es la relación que ves entre el sindicalismo y la política?
– Nosotros somos un frente. Nosotros apoyamos a Fuerza Patria. Otra parte está con el Frente de Izquierda. Entendemos que hay una correlación pero eso no te tiene que condicionar. Así como los gobiernos representan a la sociedad en su conjunto, nosotros representamos a nuestros trabajadores. Lo que no tiene que haber es seguidismo.
– ¿Hay una crisis de representación en los sindicatos?
– Totalmente. Los gremios no discuten las condiciones laborales y los convenios quedaron desactualizados. Nosotros tenemos varias actas complementarias por encima del Convenio. Nuestra propuesta es que las grandes empresas generen nuevos puestos de trabajo con turnos de 6 horas. Las medianas tienen que discutir con los gobiernos créditos de producción. Para las pequeñas se tienen que aliviar los impuestos. Ellos no lo plantean, por eso decimos que son vagos. Ellos quieren 2 turnos de 12 horas y si nosotros no tenemos nada, es obvio que van a avanzar.