Fabián Boccella: «Los servicios básicos universales y los servicios públicos tienen que ser estatales o que el Estado tenga la mayor participación en ellos»

(Por Luis Autalán @luisautalan / Fotografía Ariel Gaspardi) Haciendo hincapié en la necesidad de que se consolide un proyecto nacional y popular de cara a las elecciones, con una fuerte crítica al Presidente Alberto Fernández y considerando que la obligación política y de los dirigentes gremiales, «es un país de trabajadores con trabajo», el titular de los Jerárquicos Telefónicos (UPJET) Fabián Boccella dejó a un costado su bajo perfil y además realzó a la Corriente Federal de los Trabajadores como modelo sindical y de país.

Este 17 de julio el ciclo de entrevistas de InfoGremiales cumple 2 años y suma a la fecha, con la presente, 82 conversaciones y sus respectivas producciones fotográficas. Así jugando con los números, como sugiere el gran Adrián Paenza, para un sano y divertido ejercicio, diremos además que esta es la tercera charla consecutiva con rosarinos y rosarinos en la serie que arrancó con Sonia Alesso, titular de la CTERA, siguió con el maestro de periodismo y escritor Reynaldo Sietecase la semana pasada y suma en esta entrega a Fabián Boccella, el Secretario General de la Unión del Personal Jerárquico de Empresas de Telecomunicaciones (UPJET). Un ingeniero y escritor, que incluso nos obsequió su libro «Los Mandos Medios», que versa sobre los «20 temas para ser excelente junto a su equipo de trabajo».

Esa frase conjuga tres elementos que Boccella considera indispensables para la vida de la gente: la excelencia, un equipo y el trabajo. Incluso la amplifica respecto a la teoría de conjunto hacia un país que exige desde su labor y prédica con un «Estado Presente», desde trazos mundiales incluso. Apeló al humor para comentar que la CGT todavía no gestionó el ingreso de su organización a la estructura de Azopardo, y frunció el ceño para referirse al caso Vicentín, un error no forzado del actual Gobierno. Pero a cuenta que dentro del factor sorpresa que a los obreros de la tinta y el papel nos seduce para contar noticias, hilvanar reportajes o hasta para dejar una postdata (lo que se agrega a una carta ya firmada), él se sentó a la mesa de su oficina e invitó dos ruedas de café mientras comentaba con franqueza que no sabía muy bien de que se trataría la conversación.

Es decir que no nos había «googleado», ningún colaborador suyo nos ofreció una charla técnica -no pedida- antes de la entrevista sobre cuestiones «para no preguntar», ni que se rompió su auto camino a la hora de la cita pactada (como nos sucedió este año y suponemos que el protagonista ya debe haber reparado su vehículo) o evitó la conversación porque en realidad «pensaba que sería una charla off the record» y mucho menos la canceló con todos los vectores acordados en el protocolo asumido de que «nadie tiene la obligación de prestarse a la conversación periodística». La carpeta gajes del oficio se asume, los puntos comentados tuvieron lugar y hoy son motivo para abrazarlos con humor, como sugiere desde su prédica impresa Arturo Jauretche: «Nada grande se hace sin alegría» y no es necesario dar nombres, apellidos o señales. Esto también pasará.

Boccella sin citarlo una sola vez por su nombre, se coincida o no con sus conceptos, hizo gala del pensamiento crítico es sus respuestas. Léase, la capacidad de analizar y evaluar la consistencia de los razonamientos. «El pensamiento crítico es una habilidad que todo ser humano debe desarrollar», remite la cátedra, ya que nos dota de cualidades muy específicas que nos ayudan a resolver problemas de una mejor manera, «nos hace más analíticos, nos ayuda a saber clasificar la información en viable y no viable, nos hace más curiosos, nos hace querer saber».

Boccella incluso comentó en la previa que si bien viajó a Europa todavía no conoce el pueblo de Italia donde nació su padre, con la simpleza de «ser universitario como una forma de vida». Sumó un párrafo inclusivo además para aceptar, entre sonrisas, que hay quienes en su gremio «no se consideran parte de la clase trabajadora» lo cual infiere como un desafío para convertirlos vía la conciencia de clases.

Siendo el Secretario General, del sector de los jerárquicos telefónicos, hoy que esos aparatos nos desafían a considerar también con más que respeto y cautela a la Inteligencia Artificial, Boccella no miró durante todo el encuentro con este medio su celular.

Señoras y señores, cumplimos 2 años de entrevistas y es tiempo de preguntas y respuestas:

«En los países desarrollados los trabajadores participan de las ganancias empresarias. Es más, hay directores obreros en los directorios de las grandes empresas que a la larga, son de todos»

Fabián Boccella

-Estamos viviendo por teléfono, compramos, nos informamos, escuchamos música, vemos el estado del tiempo aquí y en China, ni hablar de los servicios bancarios etc. ¿Hubiera imaginado alguna vez esta evolución y todo lo que iba a pasar por un teléfono?

-Realmente no. Yo empecé a trabajar como aprendiz de artesanía en la ex Entel, en 1984, donde estaban las centrales paso a paso las electromagnéticas, y uno podía ver cómo evolucionaba la comunicación cuando uno iba dictando, cómo se iban moviendo los electores y se iban enrutando las llamadas. Hoy todo eso lo maneja la alta tecnología, unas cajas negras con dispositivos electrónicos, semiconductores. Han evolucionado las telecomunicaciones de una manera que nunca lo hubiéramos pensado. La industria no tiene techo tecnológico, es como que en pocos años hemos vivido casi toda la historia de las telecomunicaciones. Y recuerdo los equipos que nosotros empezamos a trabajar en el 84, en una central en Rosario, cuando desafectamos el servicio después de 64 años. La tecnología es como que en 50, 60 años no cambió, y en los últimos 30, 40 años pasó de todo, no hay techo y sigue evolucionando.

-¿Siendo un pibe pudo ver a las operadoras que nos comunicaban en las centrales telefónicas, enchufando cables en una consola, trabajando horas y horas?

-Sí, los últimos años de los conmutadores manuales, luego ya empezaron las centrales automáticas.

-¿Cuándo comenzó su vocación sindical?

-Empecé como aprendiz de artesanía en el año 84, después me recibí de ingeniero, con la privatización en Rosario pasé a Telecom, tengo posgrados, pasé por cargos gerenciales y después en el sindicato empecé en el año 2007 como delegado del personal jerárquico y en el 2008 ganamos las elecciones. Fui secretario de actas, en 2012 secretario gremial y desde 2016 secretario general. Pero mirá, también cuando era chico, en los primeros años que estaba estudiando, también estaba agremiado a Foetra, que en ese momento era la federación de todo el país. Ahí participaba de la Comisión de la Vivienda. Al recibirme pasé a tener cargos jerárquicos, pero uno siempre vuelve también porque acá lo importante es que somos todos trabajadores. Por más cargos jerárquicos que tengamos somos trabajadores y lo primero que hay que hacer es respetar a la gente, respetar al trabajador, y eso lo tengo incorporado.

-Nombró 1984, el regreso a la democracia, el respeto a la gente, una trayectoria universitaria y dirigente sindical. Eso habla de una interacción con el prójimo muy importante.

-La mayoría de la gente no conoce el mundo sindical, escuchan cosas y las repiten muchas veces. Aquí se trata de tener vocación de servicio, porque uno tiene que servir al otro, el otro puede ser el compañero, puede ser también la sociedad -los sindicatos somos organismos intermedios que interactúan con diversos factores de la sociedad- , y lo que siempre digo es que se trabaja más en el sindicato, a pesar de que la gente cree, que cuando uno trabaja en la empresa. En el sindicato se trabaja las 24 horas porque cuando un compañero tiene un problema llama.¿Cuándo te va a llamar tranquilo? Fuera del horario de trabajo. Entonces vos tenés que estar a disposición de los compañeros las 24 horas del día y los 7 días de la semana.

Fabián Boccella - InfoGremiales

-Puede sonar antipático pero también es real que hay compañeros y compañeras que apuntándole a un delegado o delegada de base le espetan: «Yo soy tu jefe/a».

-Sí, y está bien porque la gente exige y tienen derecho a exigir. Ahora, una cosa es exigir y otra cosa es -entre comillas- «ser el sirviente de». Son dos cosas distintas, pero nada, nadie nos puso la pistola en la cabeza para estar acá. Entonces, esto es vocación de servicio, si estamos en el sindicato es porque queremos dar un servicio a otro y a otros para también beneficiar el colectivo de los trabajadores que representamos y tenemos que actuar en consecuencia.

-¿Y la familia banca?

-Es un tema interesante. Gracias a Dios tengo una vida familiar ordenada, dos hijos, que ya son grandes, de 26 y 24 años, y estoy casado con mi actual esposa desde 1996, y te digo que me bancan. Si acá no te banca la familia la cosa por ahí se complica y uno empieza a desordenar su vida.

-Además el teléfono de un dirigente sindical suena o recibe mensajes los 7 días de la semana.

-Sí, las 24 horas (sonrisas), se trabaja mucho con el teléfono. No soy mucho de las redes sociales, les escapo, no tengo tiempo para eso. En mi caso me gusta hablar con los compañeros, me gusta el cara a cara, presencial o la llamada on line. No el chat o el Whatsapp, me gusta sentir que uno está comunicado con el compañero. Todos los compañeros conocen mi número de teléfono. Por ahí me dicen, «a vos todo el mundo te llama, tenés que poner un poco más de filtro», pero mientras podemos atendemos a todo el mundo. Y si hoy no lo puedo atender, después me comunicaré con él en algún momento y todo se responderá. Es un modelo de gestión que también se traslada al sindicato, o sea, acá atendemos a los compañeros y tanto los empleados como los miembros de la comisión, porque tenemos un muy buen equipo de trabajo. Cumplimos la premisa de que tiene que haber reciprocidad, hay que contestarle la llamada al compañero, se le solucionará o no el problema, pero hay que contestar.

-¿A cuánta gente representa?

-Nosotros representamos al personal jerárquico de la industria de las telecomunicaciones y el ámbito es a nivel nacional. Somos el único gremio jerárquico de la industria de las telecomunicaciones. En estos momentos serán 2.000 representados, tendríamos que ser más porque hoy las empresas de telecomunicaciones, estamos hablando de las empresas más grandes del país, las más poderosas del país y las que más facturan en el país. Bueno, ese tipo de empresas también son las que -entre comillas- no colocan a los trabajadores en los convenios colectivos donde los tienen que convencionar. Entonces, estas empresas -que ya sabemos quiénes son porque son todas las grandes-, al personal jerárquico lo quieren tener fuera de convenio, no bajo un convenio colectivo. Son fraudes laborales que, fíjate, lo están haciendo las empresas más grandes, las que más plata tienen, te digo que nosotros hoy tendríamos que tener mucha más gente.

«Si sos empresario tenés que tener una empresa que sirva para la sociedad, después vas a ganar la plata que tenés que ganar y no al revés. Ahí es donde hay que cambiar la cosa»

-¿El doble?

-Sí, exacto, el doble. Y aparte, porque también hay otras empresas más chicas, todo lo que está asociado a Internet y a los servicios OTT, donde nosotros tendríamos que tener la representación de los trabajadores y estamos transitando ese camino. Es una industria donde está el crecimiento que no tiene techo y debería haber más trabajadores convencionados, no solo en el gremio nuestro, también en los otros de nuestra actividad. Luchamos por eso, legítimamente.

-¿Hay trabajadores que le facilitan ese ·no convenio· al empleador?

-Es una pregunta muy interesante, porque es todo un tema. El colectivo nuestro es complicado porque, al ser personal jerárquico, priva cierto individualismo. O sea, el «soy jerárquico porque tuve el mérito de llegar». Sí, es verdad , vos tuviste el mérito pero también hay todo un sistema, hay alguien que lucha y pelea los sueldos por vos. Si nosotros elevamos los niveles salariales, por más que vos quieras estar fuera de convenio, nuestra lucha te ayuda a que estés más arriba. Entonces ahí prima el individualismo. Y nosotros estamos en el medio, tenemos que hacer cumplir los objetivos como gremio jerárquico, pero somos trabajadores a su vez. No tenemos que caer en la trampa de que «porque somos jerárquicos somos más que cualquier otro», no es así. Tenemos que defender nuestro colectivo y estar en el sindicato que tenemos que estar.

-Lo que acaba de decir lo expresaron en una diplomatura de la Universidad Nacional de San Martín donde participamos. Que un gran truco es quitarle a los trabajadores la conciencia de que realmente son trabajadores, sean del nivel que sean. Y que está todo calculado.

-Claro que sí, y los triunfos del capitalismo son cuando te hacen creer que vos sos empresario, que estás a un nivel socioeconómico superior o que pertenecés a una clase superior. Hay que tener conciencia de clase. Soy un trabajador y también, si quiero, puedo andar en Mercedes Benz. ¡Ojo con eso, no entremos, no nos confundamos tampoco, que no nos hagan confundir!

-¿Cuánto lo ayudó su carrera universitaria en la responsabilidad sindical?

-Tengo una formación en ingeniería electricista, la parte técnica es como que ya la olvidé, pero después tengo posgrados en ingeniería gerencial y en administración, eso me ayudó mucho en todo lo que es gestión. Y haber gerenciado y conducido gente durante muchos años también te ayuda, siempre que vos, vuelvo a citar nuestra convicción, respetés a la gente que trabaja. Porque podés tener posgrado, saber mucho de management, pero si no respetás a la gente que trabaja con vos, no la atendés, no la cuidás, sino les das los beneficios o tratás que mejoren, por más estudios que tengas no te van a servir.

-Nos iría un poco mejor como país incrementando esa tendencia.

-Sí, más vale. Yo doy clases en la facultad y cada tanto cursos de conducción, de liderazgo, de gerenciamiento. He dado clases de administración -en forma regular- pero ahora me salen más los cursos de extensión universitaria, no de la carrera de grado. Y dirijo una licenciatura en comercialización en la Universidad Tecnológica de Rosario. Y una de las cosas, en esto de la administración de la gestión, es que se habla de las empresas, que está bien tienen que tener un lucro, pero ahí es donde hay que cambiar el chip, porque muchas universidades te enseñan o tienen esa tendencia de que «hay que tener una empresa para ganar plata», y no es así la cosa, el tema es al revés. La empresa tiene sentido si cumple una misión, si tiene un fin, un propósito, que sirve para la sociedad o para los grupos de interés que tiene que atender. Si cumple con ese fin, ergo, luego, podrá ganar plata, pero no es al revés. Si la empresa no propicia el beneficiar a la sociedad, no tiene sentido. Entonces acá hay que cambiar el chip porque muchas universidades, sobre todo las privadas, van para ese lado, y así estamos como país. ¿Cuál es el sentido de tener empresa? ¿Por qué el empresario tiene que ganar guita? No, si vos sos empresario tenés que tener una empresa que sirva para la sociedad, después vas a ganar la plata que tenés que ganar y no al revés. Ahí es donde hay que cambiar la cosa.

-Si a usted le gusta el fútbol, estaríamos hablando eso de «jugar bien para ganar».

-Sí, el fútbol es resultadista pero si uno juega bien tiene más posibilidades de ganar.

-¿Es rosarino?

-¡Sí, y soy hincha de Central!

-Así que desde la Copa del Mundo Qatar 2022 está chocho.

-Más vale. Uno anda por el mundo, levanta una baldosa y aparece un hincha de Central.

«Yo no las sé todas  pero cuando vos conducís hay cosas que tenés que hacer de manual. No puede ser que después de casi 4 años de este Gobierno, todavía haya funcionarios con cierto poder de decisión que integraron el Gobierno anterior»

-Me imagino que con ese espíritu lo habrá emocionado cuando la hinchada de Newell’s en el homenaje a Maxi Rodríguez, ovacionó a Angelito Di María en una ciudad que vive su clásico tan picante. Creo que después de Boca-River debe ser el más picante de todos.

-Claro que me emocioné y te digo, Central-Newell’s creo que es más picante que un Boca-River. Hay que estar y vivir nuestro clásico en Rosario. A ver, el Boca-River puede ser el más importante porque son los clubes más grandes, pero en lo vivencial para mí es más picante el rosarino. Respecto a la primera parte de la pregunta, fue un gran gesto de los hinchas de Newell’s porque también ahí hay un tema interesante, Di María, Messi, es como que ya trascendieron sus clubes, y entonces son parte de la sociedad toda.

-Y esa ovación pasó en una época con tanta inyección de odio por todos lados.

-¡Claro que sí! Es gratificante.

-Además Scaloni lo fue conteniendo a Di María, no lo dejaron entrar solo a la cancha frente a tremenda multitud leprosa. ¿Usted tiene amigos de Newell’s?

-Lionel Scaloni es hincha de Newell’s, pero también una persona con perfil de laburo, de trabajo en equipo, no es personalista. El tipo vino, hizo su laburo, formó un buen grupo, lo supo entender y salieron campeones mundiales por un trabajo en conjunto que se hizo. Eso es lo importante. Y por supuesto que tengo muy buenos amigos hinchas de Newell’s.

-¿Sus hijos son de Central?

-Sí, los dos. El más chico va siempre al Gigante de Arroyito. Yo desde el 80 voy a la cancha pero este último tiempo no estuve yendo mucho porque hay demasiada actividad y me cansaba  bastante.

-Más allá del fútbol. ¿Le duele la Rosario de hoy?

-Y es un tema. Tampoco lo voy a maximizar como que está todo mal en Rosario, hay zonas donde se puede andar más tranquilo y otras que no. Pero sí se habla demasiado, con su razón, y duele que se diga que hay tanta inseguridad, que en parte es verdad, pero hay temas que trascienden la ciudad, y que demandan soluciones a nivel global, nacional y provincial. A ver, para mí uno de los grandes problemas de este país es la justicia, si no lo solucionamos la cosa no va a funcionar. Y hay otro tema es que tiene que haber un contrato social, hay que respetar los contratos sociales. Me refiero, por ejemplo, hoy a la Argentina en general, son cuestiones que los políticos tienen que entender en general, no vamos a particularizar. Nuestro país tiene 47, 50 millones de personas y dicho entre comillas, no puede tener gente que está al pedo, tiene que tener laburo, la gente tiene que estar ocupada. Ahora ¿de quién es la responsabilidad de generar trabajo? Está bien, el Estado y la política, generan condiciones. Ahora acá si dicen que todas las empresas tienen que ser privadas, ¿de quién es la responsabilidad de dar trabajo? También de los empresarios. Entonces, el Estado tiene que generar condiciones a través de la política, y los empresarios tienen que generar empleo, generar empresas que beneficien a la sociedad. De vuelta y vamos de nuevo, la gente no puede estar al pedo. En un país con 5 millones de personas tal vez no tengas la cantidad suficiente para producir todos los bienes y servicios que requieran esas personas porque no tenés escala de producción. Entonces podés importar muchas cosas porque no te da la escala para producir. Ahora la gente tiene que estar ocupada y tenés que empezar a producir casi todos los bienes y servicios que necesitás para vivir. No se puede vivir de la importación como algunos pretenden. Si tenemos empresarios buenos hay que decirles: “Muchachos generen trabajo, inventen cosas, desarrollen patentes y pongan empresas que produzcan bienes y servicios en el país”.

-La grieta atraviesa esto también, liberales, libertarios, nacionales y populares…

-Por eso, acá no hay que empezar o seguir echándose las culpas, la gente tiene que estar ocupada, no pueden quedarse con actividades que son totalmente primarias, eso expulsaría al 50% de la población. Entonces dejémonos de joder. Tiene que haber acuerdos políticos, un pacto social, tiene que haber contrato social y de ahí en más vayamos para adelante.

-Sobre todo en la Argentina que tiene un nivel de ganancia empresarial sin igual.

-Más que en cualquier otro país del mundo y siempre con «el cuento» de que «acá no hay seguridad jurídica». Es todo mentira, como también que «no somos confiables» y nadie quiere invertir. Son todos cuentos, generamos una profecía autocumplida que después nos juega en contra. Y esa profecía autocumplida la generan 10 tipos, 20 tipos que quieren ser los reyes del país.

-¿Está favor de la participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas?

-Sí, por supuesto. Nosotros teníamos -como ex empleados de Entel- bonos de participación en las ganancias y todo eso se perdió. En los países desarrollados los trabajadores participan, es más, hay directores obreros en los directorios de las grandes empresas que a la larga, son de todos.

-¿Le cicatrizó el dolor por la forma en que detonaron a Entel en la Argentina?

-Empecé a entender el tema muchos años después. Mi viejo, que en paz descanse, era delegado regional de UPJ, el gremio nuestro, de los jerárquicos de UPJET, y él se oponía a la privatización. Pero, nada, a la política, a todo el mundo eso lo pasó por arriba. Una picardía, porque fue todo un plan para hacer creer que Entel era insuficiente y generar las condiciones para la  privatización. Para mí los servicios básicos universales y los servicios públicos tienen que ser estatales o que el Estado tenga la mayor participación en ellos.

-Padre peronista, ¿usted también?

-Claro, soy peronista. Nadie tiene el peronómetro y todos decimos que somos peronistas, pero acá la cuestión central es que hay que aplicar las políticas peronistas.

«Somos parte de la Corriente Federal de los Trabajadores que, para nosotros, es la expresión más genuina del sindicalismo»

-¿Y no perder tanto tiempo en discutir si el kirchnerismo es peronismo o no?

-Más vale. Cuando uno trabaja o hace cosas a favor de otros, y reparte, los que no quieren eso atacan a las personas o a ciertos representantes y tratan de atacar también a ciertas organizaciones.

-¿Y libres de todo mal están el amo oculto y el empleador fantasma. Se apunta a los políticos, dirigentes sindicales y legisladores como los culpables exclusivos de todo lo que pasa?

-Esa es la curva que por ahí, entre comillas, el que vota no se la tiene que comer. Mirá, ¿por qué tendríamos que suponer que todos los políticos pueden ser malos? Porque tratan de decir que todos los políticos son malos, que ninguno sirve, que andan en cosas raras. Aún suponiendo que eso podría ser así, ¿díganme quién repartió más entonces? Muchachos voten lo que quieran pero votá al que más reparte, al que más te beneficia a vos, después lo que haga de su vida particular no importa, pero a ver ¿quién reparte más muchachos?.

-¿Dónde se ubica su organización gremial en el mapa del Movimiento Obrero Argentino?

-Nosotros somos parte de la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) que integra la CGT. Hoy tenemos la solicitud de afiliación presentada ante la CGT pero todavía no fue tratada (risas). Bueno, porque los muchachos tardan, hay muchas organizaciones chiquitas que quieren meterse en la CGT. Somos parte de la Corriente Federal, que para nosotros es la expresión más genuina del sindicalismo, del pensamiento de lo que debe ser donde deben apuntar los sindicatos y a su vez el modelo del país que se debería tener o pregonar.

-¿En cuánto lo decepcionó el gobierno actual?

-Hoy uno puede hablar con la leche derramada, digamos, es opinar con el diario del lunes. Hay cuestiones que son políticas, donde para hacer ciertas cosas tiene que acumularse poder y generar consenso. A mí el Presidente me decepcionó, pero uno lo podía prever. El hecho de no haber expropiado Vicentin, por ejemplo, es un error político, el haber retrocedido. Pero también había un proyecto que cumplir, y vamos a suponer, se retrocedió en la expropiación de Vicentin, le hubiera pedido ese día la renuncia al Presidente, y se hubiera tenido que armar un tema interno político, fenómeno. ¿Pero sabés qué? Que renuncie, porque vos no querés cumplir, por lo que sea, el proyecto político al que todos nos comprometimos. También he hablado con algunos políticos de peso y bueno, lo de Vicentin fue una cagada, hablando mal y pronto. «Vicentin, no. Porque el Estado por ahí no tiene la plata para hacerse cargo de todo eso», argumentaban algunos políticos de peso con los que hablé, bajo esa excusa. Digo, dije, está bien, vos decís que no tenés plata, fenómeno, decime ¿un 1% de inflación cuantos Vicentin son? O sea, un 1% de inflación son muchos Vicentin y un 1% de inflación quiere decir que el PBI del país nuestro, en términos relativos, cada vez vale menos, producimos menos, o sea a nivel global valemos menos. Entonces, no me jodan con que no se hubiera podido privatizar Vicentín. Vos te metías en el mercado  de los alimentos, y vos lo podías regular. Y está el tema del río Paraná, donde no hay control de cuántos productos se van, son habladurías por supuesto pero también tienen su asidero: De cada tres barcos uno va en negro. Otro tema, nosotros estamos en las telecomunicaciones. No lo quiero ni nombrar, al anterior Presidente pero el gobierno anterior, apenas asume, sacó el decreto donde anulaba la Ley de Medios. Entonces, cuando vos asumiste, lo primero que tenías que haber hecho era  un decreto anulando el  decreto anterior, y volver a la Ley de Medios. Y si no te gustaba cómo era la Ley de Medios, ahí nomás buscar los mecanismos para aggiornarla, mejorándola más todavía, no dejando el decreto del presidente anterior. Todas esas cosas para mí son errores estratégicos donde uno puede decir «no hay volumen político». Te aclaro, yo no las sé todas  pero cuando vos conducís hay cosas que tenés que hacer de manual. No puede ser que después de casi 4 años de este Gobierno, todavía haya funcionarios con cierto poder de decisión que integraron el Gobierno anterior. Y así nos va.

-¿La fórmula Sergio Massa-Agustín Rossi lo entusiasma?

-Tiene que continuar un Gobierno Nacional y Popular, y en los sucesivos tenemos que ser cada vez mejores. Ahora, el peor Gobierno Nacional y Popular siempre va a ser muy superior que el mejor Gobierno de la derecha. Bueno, si eso no lo entiende la clase trabajadora y la mayoría de la población, porque más del 70% de ese colectivo vivimos de nuestro laburo y no somos empresarios. No se le puede dar el voto a la derecha que va en contra de lo popular. Entonces hay que apoyar a esta fórmula y se va a mejorar. Hay que tener el proyecto, hacerlo cumplir y la gente tiene que entender esa problemática. Se dice que acá en nuestro país el voto es emocional, bueno, hagamos que sea racional, vayamos para ese lado, sino la cosa no va a andar.

-¿Su cable a tierra? ¿Películas, música, lectura favorita?

-He jugado al fútbol pero desde el 83 que hago gimnasia, pesas. El día que no pueda hacer los fierros estoy para el suicidio (risas). Es mi gran cable a tierra. No tomo ningún tipo de remedio así que si lo dejo va a ser un problema. Viajar es un cable a tierra. Película favorita, no soy mucho de ver en el cine, Hollywood no me copa demasiado, pero El Padrino es una gran película, la saga completa y la serie de Los Borgia también estaba muy bien hecha, películas viejas como Doctor Zhivago, me gustan esas películas tipo históricas, Stalin.

-¿Música?

-Me gusta lo nacional. En su momento tenía también todos los discos y cassettes originales de Joan Manuel Serrat también. Me gusta el rock nacional, la música bolichera de los 80 que uno vivió.

-¿Charly, Fito y Spinetta, la línea de 3 ideal?

-Spinetta no tanto, es más tranquilo. Fito sí y Charly un capo, Soda Stereo también .

-¿Los Redondos menos?

-No soy de Los Redondos pero son buenos.

-¿Un libro?

-Hay que leer El Príncipe, de Nicolás Maquiavelo.

-¿Sí o sí?

-Sí o sí.