#ENFOQUE Resucita una disputa entre dos pesos pesados y arroja un manto de duda sobre la unidad de la CGT

(Por Jorge Duarte @ludistas) A días de renovar las autoridades, la central obrera revivirá una vieja disputa de encuadre entre Carlos Acuña y Ricardo Pignanelli. Es por la cobertura de varios cientos de afiliados de la zona marplatense. El resultado de ese diferendo intersindical, que dejará poderosos heridos, condicionará el marco de la unidad. Además puede abrir una multiplicidad de frentes de conflicto.

La CGT avanza en su cronograma de renovación de autoridades. Con las fechas fijadas, los pasos estipulados y hasta los nombres de los principales candidatos en danza, todo parece aceitado para que se encare un proceso natural que pueda ampliar la base de representación de la central obrera y que incluya a los, varios, actores que hoy están formalmente fuera de la conducción.

Sin embargo asoma un tema espinoso que puede convertirse en el vórtice de un huracán. Es que los popes cegetistas, empujados por un pedido judicial, resolvieron revivir un viejo choque entre dos pesos pesados con implicancias en múltiples sentidos. Se trata del histórico conflicto de encuadramiento sindical que existe entre los sindicatos de Estaciones de Servicio (Soesgypfe) y los Mecánicos (Smata). Se suben al ring nada más ni nada menos que Carlos Acuña y Ricardo Pignanelli. Específicamente se disputan la representación de los empleados de estaciones de servicio de Mar del Plata y las zonas aledañas. Adicionalmente, miden su poder y su capacidad de influencia.

Carlos Acuña llegando a la Casa Rosada

La pelea es entre uno de los alfiles de Luis Barrionuevo, cotitular de la central obrera y candidato a mantenerse como una de las patas del cuerpo colegiado de la CGT modelo 2022, y uno de los gremialistas más cercanos al kirchnerismo que, además, es una de las cabezas del Frente Sindical para el Modelo Nacional, espacio que comparte con Sergio Palazzo y Hugo Moyano, entre muchos otros, y que tiene serias aspiraciones de retornar a central con un rol protagónico.

En lo institucional la resolución será a través de un fallo de la Comisión Arbitral que preside el aduanero Carlos Sueiro y que componen, también, Claudio Burgos (Sindicato del Hielo), Walter Merkis (FATUN), Ruben Sandoval (Perfumistas) y Daniel Vila (Carga y Descarga). Se dará a conocer el 22 de septiembre, en el marco del Comité Central Confederal. Sólo un mes y medio antes del Congreso en el que se buscará la unidad. Muy poco tiempo para sanar las heridas.

Las versiones, que por estas horas recorren los pasillos gremiales, indican que la sentencia saldría en favor de Acuña. Sería una reafirmación de una decisión que ya se dio a conocer en el pasado pero que la justicia pidió que sea ratificada. Implicaría un cachetazo a un gremio emblemático que desde hace algunos meses, además, se convirtió en una de las cabezas de la refundada Confederación de Sindicatos de la Industria.

Según dejaron trascender desde el entorno de los mecánicos, Pignanelli y los suyos participarán de los cuerpos orgánicos de la central obrera. Aún sabiendo que podrían tener un revés en la resolución, no le sacarán el cuerpo a la situación.

Según los laboralistas consultados, la argumentación con la que la CGT resolvería el asunto podría promover otra serie de disputas intersindicales donde las actividades se solapan y hay acuerdos históricos firmados entre los gremios para una convivencia pacífica. Sería toda una erupción que trasladaría ruido a varios sectores, justo en momentos en los que el empleo formal empieza a mostrar algunos signos positivos.

Reunión del Frente Sindical

Para muestra un botón. Con la misma lógica con la que Acuña le reclama para si la representación de ese universo a Pignanelli, a pesar de haber firmado un entendimiento intersindical de cesión, el mecánico podría darse vuelta y reclamarle a Antonio Caló la representación de los trabajadores de PSA Peugeot, única planta automotriz que hoy están bajo la representación de la UOM. Y la lista podría seguir.

En el plano político, es claro que la onda expansiva del fallo podría ser un golpe difícil de asimilar para quienes buscan retornar a Azopardo. Les abren la puerta con una mano y los castigan con la otra. Una señal que deja poco margen para dudar quien tendrá las riendas en la coalición de gobierno que se proyecta.

Los más atentos observadores del clima gremial hablan de un hecho «premeditado» con dos fines. Servirá para marcar la cancha y será un forma de cobrar viejas facturas de algunas de las diatribas mediáticas del último lustro que fueron archivando puntillosamente.