#ENFOQUE ¿De qué hablamos cuándo hablamos de Justicia Social?: «Sin el apoyo del Estado, esa economía liberal emprendedora no existiría»

(Por Pablo Maradei) El debate está abierto respecto a la Justicia Social. Resumiendo, para el candidato libertario Javier Milei «la Justicia Social es injusta y aberrante»; mientras que otras expresiones políticas, que abogan por bajar derechos laborales y de otro tipo, entienden que los que tienen derechos son los menos porque cada vez más gente está fuera del sistema por lo que hablar de defender derechos cuando es un dislate. Pero, ¿de qué hablamos cuándo hablamos de Justicia Social? ¿El Estado de bienestar dejó de existir? ¿El de Milei es un discurso ideológico o económico? 

Quizás sirva de punto de partida a la discusión en cuestión lo que alguna vez pronunció Juan Bautista Alberdi, uno de los padres de la Constitución Nacional de 1853. En su libro Sistema Económico y Rentístico escribió lo siguiente respecto a Justicia Social: “La riqueza no nace por nacer: tiene por objeto satisfacer las necesidades del hombre que la forma; así es que luego que existe, ocurre averiguar cómo se reparte o distribuye entre los que han colaborado a producirla: para eso es producida (…) Reconociendo que la riqueza es un medio, no un fin, la Constitución argentina propende por el espíritu de sus disposiciones económicas, no tanto a que la riqueza pública sea grande, como bien distribuida, bien nivelada y repartida; porque solo así es nacional, solo así es digna del favor de la Constitución, que tiene por destino el bien y prosperidad de los habitantes que forman el pueblo argentino, no de una parte con exclusión de la otra. Ella ha dado garantías protectoras de este fin social de la riqueza. Dar utilidad a los unos y excluir de ellas a los otros, sería contrario a la moral cristiana”.

En esta seguidilla de notas vinculadas a expresiones discursivas propias de la campaña, InfoGremiales entrevistó a Andrés Stagnaro, Doctor en Historia e investigador del Conicet y autor de publicaciones para la Organización Internacional del Trabajo (OIT). 

-¿Cómo y cuándo nace el concepto de Justicia Social?– Nace para cuestionar el orden liberal de fines del siglo XIX. Va de la mano del fortalecimiento del movimiento obrero, tanto acá como en otros países. 

-De acuerdo a lo que se escucha de discursos políticos actuales se lo asocia a un Estado bobo….– A ver… hablamos de un Estado con un rol muy activo que garantiza otras prestaciones para los trabajadores considerando aquellos rubros a los que el salario no llega a cubrir como son salud, educación, vivienda, reducción de jornadas de trabajo, entre otros etcéteras.

-¿Cuándo se empieza a hablar de Justicia Social?– Es bastante difuso, más si consideramos que para todos no significa lo mismo. Para la OIT el proceso es un poco más claro porque cuando empieza la proliferación de su actividad, su mensaje llega a todo el mundo y a la par, para la OIT era un mecanismo para detener cualquier intento revolucionario comunista. De hecho, para el comunismo llega más tarde y con otro contenido. En nuestro país podemos apuntar como un punto de partida al gobierno de Yrigoyen.

– De acuerdo a los discursos políticos, la Justicia Social es un término difuso que engloba mucho, pero para el inconsciente popular es que el Estado reparte plata y derechos generando vagos…
– Es que la idea de Justicia Social plantea un Estado Social; y hay que recordar que el Estado Social surge del fracaso del Estado liberal. Milei lo menciona: el Estado liberal te deja a la suerte; llevándolo al extremo te deja morirte de hambre: de hecho, pasaba con los trabajadores que tenían jornadas de trabajo extenuantes. Lo que él quiere atacar, y en eso aprovecha para exacerbarlo, es que la Justicia Social está asociada al peronismo. Pero cuidado, el peronismo lo universaliza o lo encarna, pero era algo que ya había sido creado por otros movimientos políticos que ya habían levantado esas banderas. 

– Estas banderas de Justicia Social están siendo cuestionadas en otros países….– Sí. Y esto ocurre en otros países porque un montón de trabajadores no encuentran el Estado de bienestar porque el mercado de trabajo no absorbe a todos los potenciales trabajadores. Por eso, a medida que se rompen los estados de bienestar que arraigan a la Justicia Social surgen estas derechas porque justamente logran con sus discursos que esos beneficios sólo alcanzan a las minorías. Y esto hay que revertirlo. Para Milei, el asistencialismo es todo aquello que cubre lo que no da el mercado. 

-¿Cómo se revierte; o dicho de otra manera: ¿por qué se perdió ese terreno? Se revierte con lucha. Pero, ¿qué pasó? Justamente para lograr una mayor penetración en las sociedades de lo que llamamos Justicia Social es tener un movimiento obrero que no esté callado y luche. Por eso desde hace unos cuantos años observamos el abandono del movimiento obrero de esos espacios de lucha. Entonces es cierto, hoy en el mercado laboral hay una cantidad de trabajadores que están por fuera del mercado formal que podrían palpar esos derechos sociales pero no lo pueden hacer. Por eso hay sectores por fuera del mercado laboral que optan por Milei; porque el efecto es transversal. Cuando surgió se pensaba que eran estos desclasados que vivían con su mamá y papá y no tenían trabajo, pero las PASO mostraron otra realidad que es más amplia y transversal. 

-¿La Justicia Social sobredimensiona al Estado?– Primero habría que definir a qué alcanza un Estado sobredimensionado. Segundo: que el Estado de bienestar que alguna vez existió, ya no existe más. Esto se puede revertir como decías antes con un movimiento obrero que luche y defienda la Justicia Social. Tercero: el riesgo de pensar hasta dónde está sobredimensionado el Estado nos lleva a este análisis histórico que arranca en el Rodrigazo con una brusca baja de la actividad, a lo que le sigue la Dictadura para luego terminar con las privatizaciones ocurridas durante el menemismo. Todo esto nunca permitió revertir esa desarticulación del Estado social. 

-¿Qué rol debería ocupar el Estado?– Nos convencieron de que el Estado está sobredimensionado y que no es eficiente. Muchos políticos han ido por ese lado, de que todos los problemas económicos son por el sobredimensionamiento del Estado, pero yo digo que sin el apoyo del Estado, esa economía liberal emprendedora no existiría. Y hablando de Milei sostengo que oculta que el Estado Social también posibilita la relación del trabajo y el salario; y hoy podemos decir que las necesidades de un trabajador hay que cubrirlas con salarios que ningún empresario está dispuesto a pagar.