Cresta Roja: palos y principio de solución

Un día de furia. Eso fue lo que se vivió ayer en Ezeiza en la protesta que los empleados de la avícola Cresta Roja mantenían en reclamo de sus puestos de trabajo y el cobro de salarios caídos. Aunque habían negociado con la Gendarmería Nacional para seguir manifestando sobre la Autopista Ricchieri liberando dos carriles, apareció al orden de reprimir y con palos y carros hidrantes se los desalojó.

Pero eso no fue todo. Los uniformados destruyeron el campañamento que los trabajadores habían levantado al costado de la ruta sin ninguna explicación y hasta una cámara de TN sufrió la violencia de los carros hidrantes.

Cuando todo parecía volver a la normalidad, pasado el mediodía, llegó una segunda tanda represiva. En esta oportunidad la violencia fue mayor y las balas de goma llovieron sobre los manifestantes. Por ese accionar de Gendarmería Carlos Mansilla, delegado gremial, recibió una decena de perdigonadas en la espalda que le provocaron graves heridas y por las cuales fue trasladado de urgencia a un hospital cercano.

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El abogado de los trabajadores, Gerardo Barriento, declaró en C5N que «es un desalojo totalmente ilegal y político» y que «la causa de los incidentes es la agresión de Gendarmería, entonces los muchachos reaccionan».

«No he visto ningún trabajador de Cresta Roja con objetos contundentes», aseveró. Tras los enfrentamientos y el regreso temporal de la calma a la vera de la autopista, el letrado adelantó: «Ahora trataremos de dialogar y ver qué se resuelve en la asamblea. Los trabajadores quieren una solución, quieren cobrar».

Mas tarde comenzaron a llegar mejores noticias. La titular del Juzgado en lo Comercial número 36, secretaría 18, Valeria Pérez Casado, decretó la quiebra de la empresa Cresta Roja, dando por terminado el proceso judicial. La magistrada tomó esta decisión mientras se esperaba que los dueños de la avícola, perteneciente a Rasic Hermanos, presentaran una propuesta de salvataje.

La medida de la jueza Pérez Casado se conoció en el mismo momento en que delegados de la compañía ingresaban al Ministerio de Trabajo para negociar con el titular de la cartera laboral, Jorge Triaca. Una vez finalizada esa reunión, Triaca y el delegado Cristian Villalba dieron una conferencia de prensa buscando bajar la tensión luego de lo ocurrido en Riccheri.

Durante el contacto con la prensa, Triaca anunció que el Gobierno está dispuesto a otorgar una ayuda de 6 mil pesos a los trabajadores de Cresta Roja hasta que se resuelva su situación. Además, el Ministerio de Desarrollo Social y la gobernación bonaerense aportará bolsones con productos navideños.

Ahora, decretada la quiebra, se iniciará un proceso de liquidación de activos que tendrá como propósito retomar la actividad y resguardar las fuentes de trabajo de la segunda avícola más importante del país.

Antes de la quiebra, la jueza estaba a la espera de un aporte de 100 millones de pesos que habían comprometido el Gobierno de Daniel Scioli y de las autoridades nacionales anteriores, pero nunca llegó.

Legalmente, la quiebra no se dispone en el concurso preventivo sino por un pasivo posconcursal y como consecuencia de la inviabilidad de la compañía. Además, con el fallo, la magistrada dio intervención al Poder Ejecutivo y por ello deberá resolver la situación del personal y de la firma. Por eso, ante la falta de compradores, la jueza dispuso la clausura definitiva y ahora se espera que ingrese algún comprador.

Cresta Roja había entrado en convocatoria de acreedores en julio de 2014 con un pasivo de más de 1.500 millones de pesos y pese a la ayuda oficial no pudo normalizar la producción.