Amichetti señaló que los padres desaparecidos del nieto 131 eran trabajadores gráficos

El jueves 22 la organización de Abuelas de Plaza de Mayo anunció el encuentro con el nieto apropiado número 131. El hombre de 44 años es hijo de una pareja desaparecida. Ambos eran encuadernadores. El secretario general de la Federación Gráfica Bonaerense celebró la restitución de identidad: “Es una doble satisfacción para la familia gráfica” y anunció un libro sobre desaparecidos del gremio para marzo de 2023.

Abuelas de Plaza de Mayo anunció este jueves la restitución de la identidad del nieto 131. El hombre de 44 años es hijo de Lucía Nadín y Aldo Hugo Quevedo, militantes del Partido Revolucionario del Pueblo (PRT) y trabajadores gráficos de Mendoza.

El secretario general de la Federación Gráfica Bonaerense Héctor Amichetti celebró la restitución de identidad en diálogo con Radio Gráfica: “Es una doble satisfacción para la familia gráfica”.

«Tuvimos la comprobación de que era hijo de nuestros compañeros gráficos detenidos desaparecidos. El padre y la madre trabajaban en una encuadernación, en el gremio, y fueron secuestrados en octubre de 1977″, detalló «el Gringo», que se enteró de la noticia mientras sostenía un acampe para pedir por el indulto de Milagro Sala.

Amichetti explicó que el sindicato gráfico está recabando información para dar con el listado de trabajadores gráficos desaparecidos por la última dictadura militar y aclaró que Nadín y Quevedo “no aparecían en los primeros listados nuestros de detenidos desaparecidos, en principio teníamos 100 registrados y hoy estamos en 200 gráficos detenidos desaparecidos. Era difícil configurar un listado, saber dónde trabajaban”.

En ese sentido, anticipó que en marzo de 2023 van a presentar un libro “con testimonios de amigos y familiares” de desaparecidos gráficos. “Estamos en el medio de recabar historias. A través de la Secretaría de Derechos Humanos del gremio, hemos logrado que los familiares hablen un poco más, cuenten historias de nuestros compañeros”.

FInalmente, Amichetti propuso «que el libro sea un ejemplo para todos los gremios, que el movimiento sindical reivindique a todos los compañeros y las compañeras que dieron la vida en la lucha por un país mejor«.