Ahora el Gobierno admite que cierra la planta Azul de Fabricaciones Militares

El interventor de la Dirección General de Fabricaciones Militares (DGFM), Luis Riva, reconoció que la fábrica de explosivos Fanazul, ubicada a 30 kilómetros de la ciudad bonaerense de Azul, cerró definitivamente sus puertas.

El funcionario señaló que la decisión se tomó luego de evaluar la necesidad de darle «viabilidad y fortaleza a la empresa». De esta manera fueron despedidos 219 empleados que estaban contratados.

En declaraciones a la radio LU32 de Olavarría, el interventor de la DGFM reconoció que la planta no volverá a abrir sus puertas y se refirió a la situación de los trabajadores.

«Eso le corresponde a la sociedad azuleña. Entiendo los problemas y dramas personales y familiares pero nosotros debemos cumplir la responsabilidad como empresa», dijo.

El funcionario aclaró que los 35 empleados de planta permanente que no fueron despedidos se dedicarán a cumplir tareas de seguridad de los explosivos y materia prima allí acumulados.

El delegado de ATE en la fábrica, Omar Menchaca, aseguró a su vez que casi la totalidad de los empleados del polvorín fueron despedidos y «los que quedan no tienen la capacitación para contener cualquier problema que surja».

Los trabajadores despedidos realizarán este una movilización por las calles de Azul, un acampe en las inmediaciones del Municipio y convocaron a un apagón en la ciudad entre las 21 y 21:30.

Cabe recordar que Riva aseguró que no «hay un plan para vaciar» la empresa, a pesar del despido de los trabajadores de los cuales más de 200 pertenecen a la planta de Azul, donde reclaman ser atendidos por el Gobierno nacional y advirtieron sobre el «riesgo» de reducir personal en áreas con material sensible.

En los últimos días no se renovaron 354 de los 1.674 contratos de trabajadores -el 85% del personal está en esa condición- en las plantas de Fray Luis Beltrán (Santa Fe), Villa María y Río Tercero (Córdoba) y Azul (Buenos Aires), donde se produjo la mayor parte de las cesantías, indicó el delegado de ATE, Juan Cacace.