En medio de negociaciones de último minuto y con las internas libertarias a flor de piel, se postergó la llegada al Senado de la reforma laboral y podría tratarse la semana próxima. El Gobierno aún no giró el proyecto y su tratamiento en comisiones no podrá hacerse en estos días, como era la intención original. En paralelo, la CGT mantiene sus críticas y acelera contactos con otras fuerzas para lograr, al menos, modificaciones.
El Gobierno aún no envió el proyecto de reforma laboral al Congreso. La razón técnica es la ausencia del presidente Javier Milei, de regreso desde Oslo, Noruega, luego de participar de la entrega en ausencia del Premio Nobel de la Paz a Corina Machado. Se necesita su firma para que se pueda iniciar el trámite. Adicionalmente se habla de internas respecto de temas sensibles.
De hecho, según pudo saber InfoGremiales en exclusiva, este miércoles volvió a circular una nueva versión de la Reforma Laboral. Tenía apenas tres artículos de diferencia con el borrador anterior. Todo indica que es parte de la estrategia de desgaste a la que está apostando el oficialismo.
Existe la duda si el giro del proyecto será este jueves. Con estos plazos, el lunes o martes podría reunirse la Comisión de Trabajo y Previsión Social y, si consiguen dictamen el miércoles (todavía no es seguro), recién el 29 o 30 de diciembre podría tratarse en el Senado. Por lo cual, este año no habrá una sanción, tal como esperaba el Gobierno.
La CGT, en tanto, convocó para este jueves al mediodía a su consejo directivo con el objetivo de fijar una postura unificada frente a la reforma laboral que el Gobierno incluyó en el paquete de sesiones extraordinarias. La cita fue formalizada por los triunviros Jorge Sola, Cristian Jerónimo y Octavio Argüello, quienes llamaron a la dirigencia a concentrarse en la sede histórica de Azopardo para discutir el avance oficial.
El encuentro llega en un clima áspero. Fuentes sindicales confirmaron que el bloque mayoritario de la central expresará un rechazo abierto al borrador que el Ejecutivo trabaja desde hace semanas. La discusión interna se reavivó luego de que Gerardo Martínez, jefe de la UOCRA y secretario de Relaciones Internacionales de la CGT, se ausentara de la última reunión del Consejo de Mayo, donde el Gobierno expuso las conclusiones preliminares de su propuesta para enviar al Congreso en extraordinarias y durante 2026.
Algunos pedirán empezar a mostrar los dientes para escalar la conflictividad y marcarle la cancha al Gobierno: «Este Gobierno no negocia con débiles», es la premisa que repiten hasta el cansancio aquellos que buscan escalar las hostilidades.
La jornada de este jueves, con la reunión interna en Azopardo y la visita al Congreso, se perfila así como un punto de inflexión.
La central obrera busca ordenar su estrategia frente a un proyecto que, aseguran, no fue discutido con quienes representan a los trabajadores. El Gobierno, por su parte, intenta calibrar el anuncio mientras enfrenta el riesgo de que la tensión sindical se consolide antes de que el debate legislativo comience.




