Trabajadores de la empresa Textilana negociaron suspensiones en mejores condiciones y rechazaron la polifuncionalidad

La empresa Textilana anunció suspensiones para el 80% del personal, pero tras una fuerte resistencia gremial los trabajadores lograron mejoras en el esquema propuesto y frenaron la polifuncionalidad que pretendía imponer la empresa.

La Secretaría Adjunta de la Comisión Interna de Textilana informó que la empresa comunicó su decisión de paralizar la producción durante seis meses y suspender al 80% del personal de Textilana e Hilamar —unas 250 personas— en el marco de la crisis que afecta a la industria textil. La notificación se realizó la semana pasada durante una reunión convocada en el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires.

La propuesta inicial de la firma incluía suspender a 175 trabajadores durante seis meses, pagarles solo el 75% del salario de bolsillo, fraccionar el aguinaldo en tres cuotas y convertir esos pagos en no remunerativos, lo que hubiera dejado sin aportes jubilatorios a quienes quedaran afectados. Además, la empresa buscaba implementar la polifuncionalidad de tareas para quienes continuaran operando dentro de la planta.

El jueves 13 se realizó una masiva asamblea dentro de la fábrica, donde la casi totalidad de las trabajadoras y los trabajadores debatió la propuesta patronal. La Comisión Interna planteó un fuerte rechazo a las condiciones originales y exigió mejoras sustanciales, especialmente en los montos de pago y en la duración de las suspensiones.

Tras una negociación apoyada en las decisiones colectivas de las asambleas, se logró acortar el plazo de suspensiones a cuatro meses y medio, elevar el pago al 78% del salario de bolsillo y reducir el fraccionamiento del aguinaldo a dos cuotas, con fechas precisas: la primera el 28 de diciembre y la segunda el 8 de enero. Además, los trabajadores rechazaron de forma contundente la polifuncionalidad de tareas, al considerarla un intento de flexibilización laboral.

En el comunicado difundido por la Comisión Interna, los delegados remarcaron que los trabajadores no son responsables de la caída del consumo ni de la pérdida de actividad que enfrentan las empresas. Señalaron que la situación se explica por el deterioro del poder adquisitivo de la población y por la avalancha importadora que afecta especialmente al sector textil.

El texto también cuestiona que, mientras las compañías pueden reorganizar sus estrategias o especular con cambios normativos, los trabajadores solo cuentan con su empleo, hoy en riesgo. Recordaron que el plantel ya fue reducido en más de 150 personas entre despidos y retiros, y que quienes quedaron sostuvieron los ritmos de producción pese a salarios que no alcanzan a cubrir una canasta familiar.

Finalmente, la Comisión Interna advirtió que la empresa podría estar esperando una reforma laboral impulsada por el Gobierno que facilite contratar personal con nuevas reglas más flexibles. “Una vez más los trabajadores somos víctimas de los gobiernos y las patronales que avanzan sobre nuestras condiciones de vida”, concluye el comunicado.