“No se va a tolerar en forma pasiva la pérdida de conquistas”

La política económica del macrismo “está conducida por sectores económicos”, abre el juego Rodolfo Daer, en su balance de los primeros 6 meses de gestión de Cambiemos. El histórico líder de Alimentación, que está de vuelta en el ruedo por la calle Azopardo para tener peso en el armado de la CGT unificada, anticipa tensiones para que no haya retrocesos en los logros sociales. “Se viene el debate de cómo reducir el costo laboral, en forma directa o indirecta”, augura.

A días de haber cerrado las negociaciones salariales, Daer recibió a InfoGremiales en su despacho de la calle Carlos Calvo, y habló de economía, política, el futuro de la CGT y su futuro personal en el gremio.

La idea que circula es que estamos frente a las paritarias más duras desde el regreso de la negociación colectiva

La política económica que comenzó con el gobierno que asumió el 10 de diciembre, está conducida por sectores económicos. A diferencia de lo que ocurría antes, y critico muchas cosas de antes, pero estaba la política antes que la economía. La liberación del mercado de cambios, la no administración con políticas monetarias, la eliminación de las retenciones agropecuarias, la eliminación de las retenciones a las mineras; trajeron una recomposición de valores en la macroeconomía que culminaron con los aumentos de luz, agua, gas, y que fueron pulverizando los salarios. Concretamente esta es una política que beneficia a los sectores más acomodados de la sociedad en desmedro de los sectores populares.

En la negociación paritaria, tengo que decir, con mucha honestidad intelectual, que el Ministerio de Trabajo fue un aliado del sindicato frente a la patronal. Yo dije en el plenario que íbamos a tener al ministerio poniéndonos tope y ocurrió todo lo contrario. Trabajo facilitó y contribuyó a haber alcanzado el incremento del 36,5%. Pero conceptualmente la política económica no está orientada laudando hacia los sectores populares.

¿Están empezando a sentirse en la actividad problemas vinculados a despidos, suspensiones o reducción de horas trabajadas?

No tenemos ni suspensiones, ni despidos, ni reducción de las jornadas laborales. Pero la alimentación no es una isla. En la medida en que se vayan masificando los despidos, las suspensiones, la pérdida de poder adquisitivo del salario, terminará repercutiendo en el sector.

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“Un titular de la CGT para una política económica que cierre socialmente”

¿Cuál es tu perspectiva sobre el proceso de unidad que se da en la CGT en este contexto?

Hay 3 corrientes de opinión, denominadas CGT, a las que las diferencian las visiones políticas respecto del gobierno anterior. Creo que el país, los trabajadores, necesitamos la unidad del movimiento obrero. Creo, y estoy convencido, que el movimiento obrero tiene que tener un secretariado y una conducción unipersonal. ¿Cómo va a surgir? Faltando dos o tres semanas, entre los 15 o 20 gremios que no pueden estar ausentes del futuro Consejo Directivo, porque son el grueso mayoritario cuantitativo y cualitativo, va a ir surgiendo la discusión y la necesidad de que haya un solo secretario general.

Remarcás que se necesita la unidad de la CGT, pero hay un proyecto unitario detrás de estas charlas o en realidad es sólo formal

Estamos en una etapa de compleja transición. El peronismo necesita un debate muy profundo que involucre también a los dirigentes sindicales, porque la mayoría de los dirigentes sindicales están vinculados al partido justicialista. Y en ese debate profundo sobre cómo se desarrolló la vida política de nuestro país desde el retorno de la democracia, pero en particular desde el estallido de la convertibilidad y el estallido de los partidos políticos a partir del que emergió con mucha fuerza el peronismo, tiene que darse una discusión para facilitar el surgimiento de una nueva camada de dirigentes políticos y sindicales.

Además la futura conducción de la CGT, por más que tenga raíces peronistas, tiene que tener criterios políticos propios. A nosotros nos elijen los trabajadores para defender sus intereses y desde esa visión de defensa de los trabajadores tenemos que tener la amplitud para discutir un proyecto de país que nos contenga a todos, no a sectores parciales. La mejor política económica es la que cierra socialmente y en ese cierre social tenemos que estar todos.

¿Vos como referente de alimentación tenés un candidato? ¿Tenés un proyecto y estás buscando un candidato? ¿Tenés las dos cosas?

Creo saber quién puede ser el que va a honrar a la CGT, pero se va a privilegiar el consenso por arriba de las individualidades. El gobierno comenzó a ver con mucha simpatía la alianza con el pacífico y también un tratado de libre comercio con Europa, esas políticas no apuntan al progreso y al bienestar de los trabajadores. Por lo tanto en esta complejidad de la etapa que vivimos la CGT tiene que tener un rol fundamental y central en estos debates.

Vamos a tocar intereses y esos intereses no tienen escrúpulos para atacar y desvirtuar a los dirigentes sindicales para facilitar la flexibilización, la desregulación del mercado laboral.

En los últimos tiempos comenzó a aparecer cada vez con más fuerza la idea de que el costo laboral argentino es muy caro, esto significa que los trabajadores tienen que ganar menos. Para ganar menos hay que segmentar las paritarias, tiene que haber convenios por regiones. Todo esto es un franco retroceso en la calidad de vida de los trabajadores. A todo esto nos tenemos que oponer.

instantánea_009“Con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes”

En dos editoriales de La Nación ya se hizo hincapié en los beneficios de la flexibilización laboral y de las tercerizaciones. ¿Es un debate que viene?

Claro que sí. En la medida en que más acelere el gobierno el ingreso en la Alianza del Pacífico, más rápido viene el debate de cómo reducir el costo laboral, en forma directa o indirecta. La experiencia demuestra que esas políticas traen retroceso.

La mayor flexibilización se da cuando existen grandes bolsones de desocupación, como ocurrió en los años 90, donde el compañero acepta cualquier forma de trabajo con tal de no perder el empleo. ¿Y cómo terminó? Con una tremenda desocupación y el espejismo de la convertibilidad estallando en mil pedazos.

Está claro que tenés una visión crítica sobre la política económica del gobierno nacional. ¿Cómo evaluás, entonces, los primeros seis meses de actitud complaciente de la CGT?

La CGT dio una demostración cabal el 29 de abril con un acto unitario, con todas las corrientes, en el monumento al trabajo y resolvió el avance en una sola CGT. No se pueden tomar medidas sectoriales o parciales, por más justa que sea la causa, tenemos que privilegiar la unidad del movimiento obrero, que tenga contenido para poder tener una agenda de discusión con el gobierno. ¿Bajo qué condiciones vamos a ir a la Alianza del Pacífico? ¿En desmedro de la calidad de vida del pueblo argentino? El pueblo argentino tiene una consciencia de estándar de vida y en la medida en que se vayan perdiendo beneficios va a haber tensiones. Ya lo dijo Perón “Con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes”. No se va a tolerar en forma pasiva la pérdida de conquistas. No se va a tener una actitud pasiva en la merma del salario.

¿La unidad de acción incluye a la CTA?

Por supuesto. La CTA también tendrá que tener un proceso de discusión, de debate interno, para que exista una sola CTA. Nosotros tenemos diferencias conceptuales de organización, pero en defensa de los trabajadores, de los sectores populares, por supuesto vamos a tener unidad en la acción.

instantánea_004“En los años 90, cuando asumí la CGT, lo primordial fue mantener las estructuras sindicales”

En los noventa estabas catalogado dentro del grupo de sindicalistas menemistas. Posteriormente no tuviste más cercanías con los gobiernos de turno. ¿Hacés una autocrítica de eso?

No, para nada. Me siento muy orgulloso de los 8 años en los que estuve al frente de la CGT. Cuatro años con Menem, 2 años con De la Rua, 1 año con Duhalde y un año y medio con Néstor Kirchner. En los años 90, sobre todo cuando asumí la CGT en el 96, lo primordial fue mantener las estructuras sindicales. La reforma sindical que pretendía la UIA en aquel entonces era eliminar como agente de retención a la patronal y era una forma indirecta de asfixiar económicamente a las asociaciones sindicales. El otro proyecto era el de hacer un seguro de salud a la chilena, por lo que hubieran desaparecido las obras sociales. Lo peor que hay es cuando la desocupación es tan grande porque es el regulador del conflicto social. Yo por eso digo que la virtud de aquel Consejo directivo fue de mantener los sindicatos, el CCT y el sistema de obras sociales.

La lucha tiene varios ámbitos, desde la discusión en un escritorio hasta, llegado el caso, las medidas de fuerza como las que se hicieron en la época de Menem y De la Rúa.

¿Considerás que es justo que te hayan catalogado de menemista?

Yo estoy muy tranquilo con la relación que tengo con la gente. Puedo transitar con mis hijos por las calles y muy contento de la relación que tengo con mis compañeros de fábrica.

Después no tuviste incursiones en la política, por lo menos no visibles. ¿Fue una decisión personal?

Es que fue duro. Fueron 8 años que sonaba el teléfono a las 6 de la mañana para las radios del interior, después de las 7 las radios locales, la televisión. Fue muy duro.

¿Alguien que fue secretario general de la CGT piensa en volver a serlo?

No, son etapas. Pensá que en Ferro yo lo único que aspiraba a ser era integrar la comisión revisora de cuentas o vocal suplente, nunca me imaginé que terminaba como secretario general de la CGT. Entonces fue un aprendizaje muy duro para enfrentar lo más duro del neoliberalismo con la responsabilidad de defender el modelo sindical, los sindicatos, la ley de asociaciones sindicales, la de obra social. De estaba todo desregulado menos las relaciones laborales. Ese hueso le quedó atragantado al neoliberalismo, de eso me siento orgulloso.

instantánea_003Disputa interna y futuro

El modelo sindical es criticado por la falta de democracia o la escasez de participación de las minorías. ¿Necesita alguna adaptación?

No. Con la misma ley que existe para todos los gremios, en este gremio siempre hubo lista opositora. Hace 4 años la minoría sacó el 36,5% y siguen existiendo los plenarios, participan las corrientes de opinión. Está la izquierda, están los chinos. Creo que es inevitable y es lógico, es parte de la democracia.

En los últimos años muchos jóvenes se incorporaron al mercado laboral: ¿los gremios los contienen?

En el año 2000 no se discutía de política en la fábrica. No existía la discusión política. A partir de Néstor empezó, progresivamente, a existir la discusión política. Todos estos jóvenes que se incorporaron al mercado laboral se entusiasmaron con una idea. Lo que hoy uno observa en la televisión no tiene que apagar esa llama de que se puede luchar por un país con menores desigualdades.

¿Quién devolvió la discusión política y entusiasmó a los jóvenes? Fue Nestor Kirchner, sin embargo tengo mucha bronca con todos los acontecimientos que están pasando en todos los medios de comunicación (y está bien), porque esos jóvenes que comenzaron a tener sueños, ideales, con ese romanticismo de luchar por una sociedad más justa, están golpeados.

La justicia tiene que ir hasta el fondo. La Corrupción no empezó ahora. Yo le hablo a los compañeros de la Patria Contratista que comenzó con la dictadura de 1976 con las empresas vinculadas sobre todo a las obras para el Mundial de 1978, no es un fenómeno de ahora. Lo que pasa es que la desfachatez que uno observa genera todo tipo de rechazo. Pero eso no tiene que opacar el sueño de un país mucho mejor.

Vos mismo contaste el ascenso de la izquierda en el gremio y ahora la consolidación de la lista verde: ¿Hacés alguna autocrítica? ¿Pensás que el gremio estuvo ausente?

Uno dejó la CGT y los medios, vos lo decías, me tildaban de menemista. Pero los compañeros se fueron dando cuenta de que Rodolfo es un hombre de carne y hueso, no es un extraterrestre, que participa de la vida del gremio, que nos encontramos en el campo de deporte, que voy a la fábrica, que almuerzo en la fábrica, que recorro, que escucho las críticas, que pongo el oído. Los compañeros saben que uno tiene la voluntad para resolver las cuestiones tensas que existen en el mundo del trabajo.

¿Tenemos Daer para cuanto?

No voy a ser un gran adulto en la conducción, sino que la composición de este consejo directivo se pensó con el objetivo de transmitir y formar dirigentes sindicales. Con los valores de esta agrupación que se formó en luchando contra la dictadura, con la libertad y la democracia como valores.

¿Hay vida después del sindicalismo?

No, siempre voy a estar ligado a la política. El que lleva en la sangre, la política y el sindicalismo, muere con eso. Uno tiene que tener la grandeza y la inteligencia de encontrar los lugares y que otros continúen y que la experiencia de uno que sirva para decir: un poco más a la izquierda, un poco más a la derecha. Para equilibrar.