La jueza federal María Romilda Servini de Cubría decidió esta mañana la intervención del PJ nacional y designó como interventor judicial al líder de los gastronómicos, Luis Barrionuevo.
El referente sindical, que encara su proceso de reconstrucción de relaciones con el Gobierno Naiconal luego de algunos cortocircuitos de fines de 2017, tendrá como tarea «producir los actos necesarios tendientes a la normalización partidaria».
Asimismo, el extitular de la CGT Azul y Blanca, aislado en el proceso de renovación de autoridades de la central obrera, «deberá realizar un inventario de bienes muebles e inmuebles del Partido Justicialista Orden Nacional, como así también deberá informar sobre la situación económico-financiera de la entidad».
Se trata de un guiño judicial a dos bandas. Por un lado se le da un lugar al gastronómico, amigo íntimo del operador judicial Enrique «Coti» Nosiglia en una estructura de poder, mientras ve naufragar su capital gremial. Y por otro, le otorga al Gobierno la intervención del principal partido de la oposición y le da cierto aire para surfear un momento del año con importantes debates.
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