Tras el cierre de Whirlpool, llegan los despidos y cierres de proveedores en crisis en el Parque Industrial de Pilar

El cierre de la planta de Whirlpool en el Parque Industrial de Pilar desencadenó un efecto dominó entre sus proveedores: empresas logísticas y fabricantes de insumos comenzaron a despedir personal, paralizar líneas de producción y, en algunos casos, cerrar sus operaciones ante la pérdida de su principal cliente. Entre Translog, desarrollada especialmente para Whirlpool, y Novax ya hay unos 55 puestos de trabajo comprometidos.

El cierre de la planta de lavarropas de Whirlpool en el Parque Industrial de Pilar continúa generando un impacto profundo en su red de proveedores y empresas vinculadas. A medida que la multinacional se retira de la producción local para centrarse en la importación, sus pymes asociadas comienzan a reducir actividades, despedir personal o directamente a cerrar sus puertas.

La firma Translog, instalada en Pilar desde octubre de 2022, anunció el cese casi total de sus operaciones tras la salida de Whirlpool. Su centro de distribución de 15.000 m² había sido inaugurado específicamente para gestionar la logística de los electrodomésticos fabricados en la planta de Fátima.

En su momento de mayor actividad, la compañía movía hasta 80.000 piezas diarias, operando los siete días de la semana. Pero la situación comenzó a deteriorarse a mediados de este año, cuando se informó que las operaciones con Whirlpool tenían fecha de finalización.
A fines de agosto salió el último envío de lavarropas, coincidiendo con el avance de un nuevo centro de distribución propio que la multinacional construía frente a su fábrica.

Translog intentó sostenerse mediante contratos temporales, pero estos llegaron a su fin recientemente. El pasado viernes, 17 de sus 20 empleados fueron despedidos, mientras que los tres restantes fueron reubicados en otra filial.

Otra empresa afectada es Novax, dedicada a fabricar piezas plásticas para los lavarropas de Whirlpool. Su presidente, Máximo Donzino, había manifestado la intención de evitar despidos, aunque reconoció que la compañía enfrenta un excedente de personal tras el cierre de una de sus líneas productivas. Unos 38 puestos de trabajo están comprometidos.

Los casos de Translog y Novax se suman a los 220 despidos ya realizados por Whirlpool y a la creciente preocupación entre otras firmas proveedoras y de transporte, dependientes en gran medida del funcionamiento de la planta. Comercios y servicios locales también anticipan una caída del consumo a medida que el impacto laboral se multiplica.

La planta de Pilar, inaugurada en octubre de 2022 con un ambicioso plan de producción anual de 300.000 unidades —el 70% destinado a exportación—, nunca logró alcanzar sus objetivos. Desde el sector señalan que la compañía ya había tomado decisiones similares en el pasado, como en 2003, cuando cerró su planta de heladeras en San Luis.

Según fuentes de Whirlpool, dos factores resultaron determinantes: Altos costos locales, que dificultaron exportar a precios competitivos y una mayor apertura económica, que abarata los productos importados. En octubre, los lavarropas se vendieron un 20% más baratos que el año anterior, según datos de NielsenIQ.

El resultado fue contundente: la planta cerró, 220 trabajadores fueron despedidos y varias pymes proveedoras quedaron ahora al borde del colapso.