Sigue el conflicto en Lear

Los trabajadores informaron despedidos por la autopartista informaron que el lunes volverán a manifestarse frente a la planta ubicada en el kilómetro 31 de la ruta Panamericana. Además aseguraron que el miércoles realizarán otra «jornada nacional de lucha», que incluirá bloqueos de tránsito en varias ciudades del país. «Como quedan 110 cesanteados, el conflicto persiste insistieron.

Se hizo una asamblea y fueron votadas nuevas protestas», ratificó el representante legal de los operarios, Edgardo Moyano al ser consultado sobre la continuidad de las medidas de fuerza.

El abogado confirmó que el martes la autopartista reincorporó a 30 de los trabajadores despedidos, tras una audiencia en la sede que el Ministerio de Trabajo tiene en el barrio porteño de Congreso, pero recordó que el 28 de mayo Lear «suspendió por tiempo indeterminado a 330 trabajadores» y decenas de esos operarios recibieron telegramas de despido.

El conflicto con la multinacional con capitales principalmente estadounidenses, que hace mazos de cables para Ford, se agravó días después con otra serie de cesantías, por lo que los trabajadores iniciaron un plan de lucha.

Las medidas de fuerza incluyeron manifestaciones y cortes de tránsito sobre la Panamericana, varios de los cuales fueron liberados por la Gendarmería Nacional encabezada por el secretario de Seguridad, Sergio Berni. Uno de los más graves se produjo el 8 de julio cuando gendarmes reprimieron un piquete y hubo enfrentamientos con operarios y militantes de partidos de izquierda con al menos diez personas heridas y varios detenidos.

Los operarios de Lear también efectuaron marchas y bloqueos de tránsito frente a la sede de la cartera laboral en Congreso. El miércoles los trabajadores apelaron a un inédito mecanismo de protesta al cortar por tres horas la Panamericana, en Pacheco, con varios autos detenidos en la autovía en dirección al norte bonaerense, mientras los agentes de la fuerza federal procuraban convencerlos de retirarlos y anotaban las patentes para labrarles eventuales multas.

En tanto, organizaciones sociales, partidos de izquierda y agrupaciones de derechos humanos marcharon el jueves a Plaza de Mayo contra la «criminalización de la protesta» y las políticas de «ajuste» aplicadas por el Gobierno para el pago de la deuda, entre otros reclamos. La movilización se realizó luego de las protestas realizadas en los últimos días por trabajadores de la autopartista Lear y empresas ferroviarias, que fueron desarticuladas por efectivos de Gendarmería.

A este panorama se le suma el abierto enfrentamiento que mantienen los despedidos, opositores a la conducción de Ricardo Piganenlli en el SMATA, con la cúpula del gremio. De hecho ya radicaron denuncias contra el propio Pignanelli como contra parte de la conducción del sindicato.

Sigue el conflicto en Lear

El viernes por la tarde  una orden de desalojo dictada por el juez Ricardo Costa y del fiscal Molina Pico llegó al acampe y bloqueo que realizan los trabajadores despedidos de la autopartista multinacional Lear. Con un importante despliegue policial y ante una creciente concentración de trabajadores y estudiantes, la Policía Bonaerense decidió retirar el operativo y posponer la actuación.

La orden del juez implica el desalojo de las protestas de la puerta de la planta de la empresa norteamericana que despidió a 100 trabajadores, suspendió a otros 100 sin que cobren salario e impidió que ingresen a la planta los delegados gremiales de la Comisión Interna sin ninguna orden judicial.

Los trabajadores de Lear reclaman que el SMATA, gremio del sector, actúe en favor de los empleados ya que denuncian que por el momento «viene siendo cómplice» de los empresarios.

El Ministerio de Trabajo de la Nación, luego de declarar ilegales las suspensiones, no ha adoptado ninguna resolución por la violación de los derechos laborales y gremiales.

La semana culminó con un paro total de actividades de la planta por parte del conjunto de los trabajadores y se espera que esta semana las protestas crezcan aunque se teme un nuevo intento de desalojar las protestas.