Según la UCA, si las estadísticas oficiales hubiesen incorporado a quienes no salieron a buscar trabajo por el «efecto desaliento» la desocupación sería del 28,5%

El tradicional informe de pobreza de la UCA valoró el IFE y la Tarjeta Alimentar como políticas para contener la pobreza extrema y encendió las alarmas sobre la desocupación: «Si las estadísticas oficiales hubiesen incorporado a aquellos que no salieron a buscar trabajo por el denominado ‘efecto desaliento’, la tasa no sería del 13,9% sino del 28,5%».

El director del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, Agustín Salvia, reclamó «mucho más compromiso de nuestra dirigencia» para poder revertir el crecimiento de la pobreza. Reconoció, además, que sin la implementación del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y la tarjeta Alimentar, la pobreza extrema se habría «duplicado».

«El diálogo es urgente, porque sin él la catástrofe será mayor», alertó Salvia, quien reclamó «reformas estatales tributarias», y encarar una lucha decidida contra la inflación, la cual, advirtió, «derrumba los pocos recursos de la población, pero también la proyección de un futuro».

Salvia realizó ese llamado en el marco de la presentación del informe «Un rostro detrás de cada número. Radiografía de la pobreza en Argentina», que la UCA hizo en forma conjunta con Cáritas Argentinas, en vistas al lanzamiento de la tradicional Colecta Anual en forma presencial el fin de semana del 12 y 13 de junio en todo el territorio nacional, si bien ya se está llevando a cabo de manera virtual.

El economista consideró al informe como «una forma de interpelar a la dirigencia» para que comprenda que «nuestras deudas sociales son estructurales, no surgieron con la pandemia ni van a terminar cuando finalice si no hacemos lo necesario».

«Se esperaba que este año, con la recuperación económica, iba a comenzar una etapa de recomposición, pero no está ocurriendo eso», lamentó.

Además de Salvia, el informe dado a conocer en forma remota contó con la participación de monseñor, Carlos Tissera, presidente de Cáritas Argentina; Ianina Tuñón, coordinadora del programa Infancia (ODSA-UCA); Nicolás Meyer, director ejecutivo de Cáritas Argentina; Macarena Sarmiento Peretti, de Cáritas Buenos Aires; y Solange Rodríguez Espínola, coordinadora del programa Desarrollo Humano (ODSA-UCA).

Tissera instó a participar colaborando en la Colecta de Cáritas y señaló que los argentinos, más allá de los reclamos y las expresiones críticas, «no debemos quedarnos de brazos cruzados»-

El lema de la Colecta de este año es «En tiempos difíciles, compartamos más», tras alcanzar a más de 3 millones de personas con ayuda material durante la pandemia de COVID-19.

«Aunque se mantendrán los tradicionales sobres y urnas para quienes deseen acercarse a las parroquias y colaborar de forma física, la campaña 2021 estará a tono con las instrucciones sanitarias vigentes, para evitar contagios», indicaron.

Tissera remarcó que «la pandemia ha puesto a millones de familias argentinas en una situación dramática, al agravar de modo significativo las difíciles condiciones que ya enfrentaban».

Entre los aspectos principales de la presentación, se destacó la evolución de los niveles de pobreza que, como habitualmente remarcan en la UCA, se aborda desde un enfoque «multidimensional», que supera el criterio ceñido exclusivamente a los aspectos relacionados con los ingresos monetarios.

Desde esa perspectiva, Salvia puntualizó que en 2020 «uno de cada cuatro argentinos es pobre en forma multidimensional» y solamente el 28 por ciento de los habitantes está «liberado de la pobreza en todas sus dimensiones».

En la presentación se puso énfasis en «el aumento de las desigualdades» entre los estratos altos y bajos de la población y se alertó que esa brecha se viene profundizando «desde antes de la pandemia».

Salvia destacó la importancia de los programas de asistencia social tomados en el marco de la emergencia, aunque advirtió que si bien «cumplen una función importante de alivio, no necesariamente lo son de inclusión».

En el mismo sentido se expresó Tuñón, al referirse a la situación específica de los niños y adolescentes, para cuya atención «las transferencias de ingresos son insuficientes pero necesarias en la coyuntura actual».

Al respecto, precisó que sin el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) implantado el año pasado y la Tarjeta Alimentar «la cantidad de argentinos en situación de pobreza extrema se habría duplicado».

En cuanto a los niveles de desocupación, señaló que, si las estadísticas oficiales hubiesen incorporado a aquellos que no salieron a buscar trabajo por el denominado «efecto desaliento», la tasa no sería del 13,9% sino del 28,5%.

Impacto psicológico

Otro aspecto considerado por el Observatorio fue el del impacto psicológico de la pobreza.

Al respecto, Rodríguez Espínola puntualizó que «a mayor precariedad laboral y socioeconómica y ante mayor inseguridad alimentaria, la sintomatología ansiosa y depresiva aumenta».

El 26 de agosto, Día de la Solidaridad, es la fecha en la que Cáritas Argentina da a conocer el número final de lo recaudado en cada Colecta.

En 2020, la recaudación total fue de $ 126.165.558, un 8,58 % de incremento respecto de 2019.

Cáritas indicó que «el dinero de la Colecta se destina al sostenimiento de programas de ayuda inmediata y de promoción humana» desarrollados todo el año.

Esos programas, añadió, están «relacionados con microemprendimientos productivos y de autoconsumo, capacitación laboral, planes de inclusión educativa, abordaje pastoral y comunitario de las adicciones, cuidado de la primera infancia, formación en ciudadanía, centros comunitarios de atención integral, jardines maternales, entre otros».