Persecuciones a trabajadores de librerías Cúspide

La cadena de librerías Cúspide lleva adelante una potente política de persecución antisindical sobre los casi 230 trabajadores que emplea. Desde que la empresa está en manos del poderoso Grupo Clarín las arbitrariedades y las presiones se multiplicaron, tanto en las tiendas de atención al público como en los depósitos.

Hace un tiempo los empleados de Cúspide buscan sindicalizarse para defender sus derechos, pero la respuesta del Multimedios es feroz. Mientras se agremiaban comenzaron los despidos, las persecuciones, los descuentos compulsivos, los cambios de sede de trabajo, los cambios de horario y las arbitrariedades en las liquidaciones de salarios.

Sólo en el último año Cúspide despidió 5 trabajadores y tuvo numerosos enfrentamientos con los empleados representandos por el Sindicato de Empleados de Comercio (SEC) que intentan proteger las leyes laborales.

En los últimos meses, mientras los empleados de las distintas sucursales se aprestaban a convocar una elección de delegado sindical, el Grupo Clarín comenzó una ofensiva a través de Fernando Campos y Alejandro Costa. Los gerentes de Cúspide fueron por cada librería de la cadena y le informaban a los empleados que el que participase de la elección del SEC sería despedido indefectiblemente.

Como la idea de elegir representante sindical siguió adelante y los comicios se iban a realizar en el día de hoy en la sucursal de Santa Fe al 2000, la firma decidió cerrarla para que no se pueda votar.

Los empleados y el gremio pidieron intervención del Ministerio de Trabajo para que se den garantías mínimas de estabilidad.

Pero eso no es todo. En los últimos meses Cúspide decidió sacar a un grupo de empleados del convenio colectivo de trabajo de Comercio, aunque siguen realizando las mismas tareas, y pagar de manera discrecional el aumento paritario 2014. “Algunos cobraron un 5% de aumento, otros 10% y otros el 17% pautado”, le comentaron a Info Gremiales.

Además, la cadena de librerías tampoco paga el plus por trabajo nocturno y suele utilizar una política de moobing a los más díscolos.

Tan cotidianos son los castigos en Cúspide que entre los empleados saben que los cambios de horario arbitrarios y los cambios de sucursal son moneda corriente y hasta hay sedes «castigo».

Por estas irregularidades los trabajadores y el sindicato pidieron una mediación del Ministerio de Trabajo, pero con distintas maniobras dilatorias el Grupo Clarín no ha dado respuestas. El miércoles tendrán un nuevo encuentro donde el multimedios deberá explicar lo inexplicable.

Los empleados, por su parte, siguen reclamando que la empresa se adecue a derecho y les permita realizar el comicio electoral que les de la posibilidad de elegir dos representantes sindicales para poder peticionar de manera formal.

Hasta el momento sólo hubo castigo y despidos ante cada avance de los trabajadores que, con la intervención del Ministerio, esperan poder garantizar las condiciones que deberían regir por el convenio de empelados de comercio.

Desde el gremio advierten «que detrás de cada empleado hay una familia y no permitirán que Cúspide siga jugando con las necesidades de los trabajadores».