María Mercedes Cabezas: «Los trabajadores y las trabajadoras estatales tenemos planteos de políticas públicas, porque somos los que las materializamos»

(Por Luis Autalán @luisautalan / Fotografía Ariel Gaspardi) Trabajadora estatal a tiempo completo, María Mercedes Cabezas asumirá en noviembre como la primera Secretaria Adjunta en la historia de ATE Nacional. Ese devenir incluye las elecciones generales de octubre y en ese marco profundizó su mirada sobre la necesidad de Estado Presente, Democracia y Dignidad para los trabajadores y trabajadoras de todo el país. Marcó errores del actual Gobierno, comprende el desencanto que generó esta gestión pero apuesta al presente y futuro. «Porque las recetas de la derecha ya las conocemos y fracasaron», enfatizó.

La Lista Verde Anusate, que propuso como Secretario General a Rodolfo Aguiar y Secretaria Adjunta a María Mercedes Cabezas, se impuso por amplio margen en 21 de las 24 provincias en las elecciones nacionales de renovación de autoridades de ATE. De tal manera Aguiar y Cabezas asumirán la conducción nacional del gremio el 7 de noviembre próximo, y lo administrarán hasta 2027. En el caso de la trabajadora del SENSA hay un realce particular, será la primera mujer en ocupar esa responsabilidad en toda la historia de esa organización. Y el arranque en formato de crónica para esta entrevista de InfoGremiales viene de la mano de otra vocación diplomada de Cabezas, es periodista, y se graduó en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.

Qué mejor entonces para el reinicio de entrevistas de este portal que una conversación con una colega, condición que, con la pasión por lo informativo no privada de su sensibilidad manifiesta, recorrerá cada trazo de la charla. De allí que su énfasis surgirá cuando compartimos que el rol del Estado vuelve a aparecer camino a las elecciones y sobre todo después del tsunami de las PASO. Allí afloran convicciones, preocupación, entusiasmo para el trabajo urgente y hasta sensibilidades y  sonrisas. Y en días donde las declaraciones a cielo y grabador abierto con hombres y mujeres del Movimiento Obrero no son el denominador común, Cabezas afloró desde lo espontáneo para compartir sus pareceres y requerir también nuestra mirada.

Periodista al fin, sus descripciones y análisis son prolijas para el rigor informativo como también en ejercicio del pensamiento crítico, valor que atesora como fundamental. Y para agregar matices nos permitimos recomendar el tramo de la conversación donde habla de su padre, en modo spoiler claro.

No obstante comenzaremos por el principio, para la charla que tuvo lugar pocas horas después de que la Cámara de Diputados otorgó su luz verde al proyecto de ley para modificar el tributo salarial por Ganancias. Ocasión donde, después de años, la CGT y las dos CTA estuvieron unidas para el respaldo a las medidas y anuncios del ministro de Economía Sergio Massa.

El punto de partida pues, se cifra en las urnas de las Primarias para el desarrollo de esta nota:

«Mi mayor tristeza como dirigente sindical la viví con la fractura de la CTA. En general, cuando se fragmenta el Movimiento Obrero, en algún punto siento que son pequeñas ganancias de la derecha»

María Mercedes Cabezas

-Hasta el 13 de agosto, a cada uno de nuestros entrevistados les preguntamos si estaban preocupados por el avance de la derecha entre trabajadores y pobres. Muy pocos eligieron la autocrítica. ¿Usted veía venir lo que sucedió en las PASO?

-La verdad no. No la veía venir. Sí estoy preocupada por el avance de la derecha, sobre todo en nuestros compañeros y compañeras. Hay que tener en cuenta que más allá de la deserción en el voto, que es real, más allá de voto en blanco, que es real, nuestros compañeros y compañeras están decepcionados de la política, tienen desilusiones políticas, las faltas de  liderazgo político también, de la inactividad que tuvo este Gobierno, porque esperábamos mucho más de él. Muchos estatales votaron a este Gobierno con la esperanza, con la mirada y la posibilidad de volver a contar con políticas para las mayorías populares, de avanzar con el reconocimiento de sus tareas, de crear políticas que democraticen, por ejemplo, la producción, que se ponga si se quiere un lazo a controlar la producción porque el Estado tiene una gran función de ente regulador. Y la verdad es que mucho de eso no sucedió, y lo que pasó fue lento, y muchos de esos compañeros y compañeras, cuando firmamos los 30 mil pases a planta en la Casa Rosada, se ilusionaron y hoy no llegamos a esos 30 mil pases a planta. Por lo tanto, en términos de autocrítica, se pudo haber hecho más y y creo que hay que asumir el compromiso de avanzar en la posibilidad de hacerlo.

-¿Cambió en algo esa situación en estas semanas?

-La verdad es que este último tiempo también tengo que decirte que, en función de lo que viene, pareciera haber un avance de dejar el letargo de este gobierno, y a eso apostamos, porque lo cierto es que las recetas que proponen tanto Javier Milei como Patricia Bullrich o cualquiera de los exponentes de la derecha, son recetas que ya vivimos, como el achicamiento del Estado, todos hablan del achicamiento del Estado con mucha facilidad. Ahora, no hablan de producir más, de generar un Estado soberano, fuerte, de empezar  revisar cómo se tomó la deuda con el FMI y si hay que pagarla o no hay que pagarla. Nosotros decimos que no.

-Avisan que vienen para achicar el Estado y le agregan «en este país de mierda».

-Si, «en este país de mierda» subrayan, y este que es un país maravilloso, además, que no solamente tiene una amplitud de densidad territorial que permite pensar en todos los climas, en todas las producciones. Pensá que el país está pensado para sacar toda la riqueza de aquí hacia el exterior, incluso hasta los transportes están pensados de esa manera. Es tan simple como que vos mirás un mapa del transporte y están todo direccionado al puerto de Buenos Aires para irse. Parte de nuestro planteo, porque también los trabajadores y las trabajadoras estatales tenemos planteos de políticas públicas, porque somos los que las materializamos, es construyamos, draguemos el canal de Magdalena pero además construyamos vías marítimas y revitalicemos la marina mercante para que los productos de primera necesidad no lleguen más en transporte terrestre. Porque son más caros esos costos, entonces que lleguen en barcos, que vayan al puerto, que haya una red de astilleros en la Patagonia. Y entonces, además de arreglar los barcos que están más allá de la milla 200, y que son extranjeros y se van a otro lado a arreglarse, que esa plata quede en la Argentina, y además que se distribuyan los productos de primera necesidad vía agua.

-¿Hay tiempo para cambiar esta y otras tendencias pensando en el 30 de octubre?

-Sí. Hay tiempo para cambiarla. Yo creo que sí.

-¿Me lo dice con la mano en el corazón?

-Sí.

-¿Tomo como un punto de partida lo que vimos esta semana en el Congreso, con centrales sindicales que no recuerdo cuándo fue la última vez que coincidieron en movilizarse?

-Esta semana que finaliza coincidimos dos veces, por el mismo tema pero dos veces. Creo que el módulo fundamental está ahí, en la posibilidad de confluir el campo nacional y popular y de confluir el movimiento obrero y sindical organizado para que las organizaciones libres del pueblo tengan una voz preponderante. Hay que dejar de practicar la democracia cada cuatro años, porque la democracia se practica todos los días. Con esto quiero decir, para que se entienda, no es dejar de practicarla cada 4 años, porque hay que ir a votar. Lo que tenemos que hacer es romper con ese piso de compañeros y compañeras que están enojados y se sienten descreídos de la democracia. Hay que decirles que si tenemos que ir a votar es porque además ha corrido mucha sangre en este país para que exista democracia, y además este es el mejor sistema. ¿Perfectible? Sí claro, pero es el mejor sistema que hemos construido y que ha funcionado en la Argentina y en el mundo.

«Muchos estatales votaron a este Gobierno con la esperanza de volver a contar con políticas para las mayorías populares, de avanzar con el reconocimiento de sus tareas, de políticas que democratizan. Y la verdad es que mucho de eso no sucedió»

-¿No la motosierra de Milei y asociados?

-No la motosierra no, por supuesto. También hay que ser consciente que la democracia se perfecciona con más democracia y que para que se perfeccione con más democracia las organizaciones libres del pueblo tienen que estar en un marco de unidad, en las calles, bancando lo que hay que bancar y reclamando lo que hay que reclamar. Y no perdiendo de vista a quiénes son nuestros representados. Me parece que ahí hay una cuestión fundamental.

-Periodista, dirigente sindical, hincha de Arsenal de Sarandí. Usted  al estrés no le teme.

-No (risas), Con lo último y futbolístico ni te cuento. Pero no le temo al estrés para nada. Respeto muchísimo a los periodistas y a las periodistas que se animan a construir desde un medio una mirada que le dé herramientas a la sociedad para hacer críticas, y que sea verosímil con la realidad de la clase trabajadora.

-O sea, se enoja cuando escucha decir que el periodismo es un negocio más.

-Sí, me enojo. A ver, hay grandes grupos económicos manejando la prensa, la prensa que si se quiere hoy es hegemónica en el país, sí, es cierto, ¿Y tienen sus intereses? Sí, por supuesto. Ahora, también hay un montón de trabajadores y trabajadoras de prensa haciendo un excelente trabajo para llevarle lo que construyen como verdad todos los días a cada uno de los ciudadanos. Entonces, no puedo hablar mal de los periodistas y las periodistas generalizando, porque no todos son lo mismo.

-¿Cuántas veces la tentaron para irse a la actividad privada en los últimos 5 años?

-Muchas, un montón, pero la militancia es una forma de vida para mí, no es lo que hago es lo que soy. Es difícil salir de ese lugar. Por supuesto que si hablamos de periodismo hice colaboraciones, notas, y alguna opinión que me han pedido, pero no lo considero como un laburo permanente. Me identifico como trabajadora del Estado. Respeto la actividad privada, las iniciativas de un montón de compañeros y compañeras que han creado medios, que yo no llamo alternativos porque no son alternativos, sino que son construcciones mediáticas que tienen excelentes profesionales dentro de sus redacciones. Me pasó algo muy raro, que en realidad les pasa a todos los periodistas, yo salí con mi título debajo del brazo, pasaron ya pasaron 20 años desde que me recibí.

-¿Dónde se recibió?

-En la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Y cuando salí me dije “es la única profesión donde voy a tener que pagar para trabajar”. Y sí, pagaba mi espacio de radio y entonces intentaba que aparecieran anunciantes y hacer un poco de lo que quería mostrar que era también la lucha obrera y demás. En ese momento venía del Frenapo, lo milité en la facultad, después con los años fui parte de la construcción sindical del Frenapo, que era el Frente Nacional Contra la Pobreza y la Consulta Popular, y que fue uno de los grandes motores del Movimiento Obrero.

-¿No la asustan las utopías?

-Para nada. Me entusiasman.

-¿Cómo se lleva con su ego?

-Más o menos. La construyo todos los días la relación con mi ego.

«Si dentro de 4 años no están formadas un montón de nuevas líderes mujeres entonces yo me voy sin la tarea cumplida, más allá de lo que haya hecho para afuera»

-Lo trata de usted, se tutean?

-Nos tuteamos pero tratamos de ponerle límites, de practicar la generosidad y la solidaridad lo máximo posible, que son como enemigos del ego a veces. Creo que en la medida justa el ego no es malo. El exceso de ego puede ser muy nocivo para esta actividad. Y entender que cuando una mujer llega a un cargo de responsabilidad lo primero que tiene que hacer, como responsabilidad política, es abrir la puerta para que entren un montón de compañeras que no han podido hacerlo.

-Además de rendir algún o varios exámenes más.

-Además, por supuesto. La verdad es que si dentro de 4 años no están formadas un montón de nuevas líderes mujeres entonces yo me voy sin la tarea cumplida, más allá de lo que haya hecho para afuera. Eso también es un negociado con el ego, si se quiere, porque hay que tratar de construir una camada de líderes mujeres que terminen y que den vuelta la página con esa mirada patriarcal que tiene la política argentina, en términos genéricos lo digo. No sé si te acordás de la Mesa contra el Hambre que había llamado a conformar Alberto Fernández en una de sus primeras gestiones y ahí había creo que 2 mujeres como mucho, porque en general las organizaciones están construidas y lideradas por varones, aun cuando en muchos sindicatos -como este por ejemplo- mayoritariamente somos mujeres. En este sindicato el 78,9% son mujeres, en términos generales, después encontrás algunos compartimientos donde hay más mujeres, por ejemplo los trabajadores provinciales tenés un 66% de mujeres. Sin embargo, en 98 años de historia nunca hubo una mujer en la secretaría general, y por primera vez va haber una adjunta. Vos vas a decir “qué bueno esto”. Pero, a ver, pasaron 98 años en el medio. Hay algunas cosas que tienen que ver con la participación de las mujeres en la política, en la política sindical, y la mentira que circula sobre que las mujeres no queremos hacer sindicalismo o política.

-¿Aprendió a meter los codos para llegar a donde llegó?

-Sí, aprendí a meter un poco los codos pero también tengo que decirte que encontré muchas puertas abiertas, porque esta reforma del estatuto, que permite que una mujer esté dentro del esquema de la secretaría general, en cada uno de los casos no solo acá, sino en las provincias y demás, la votaron 5 secretarios generales mujeres y 19 secretarios generales varones. Entonces eso te habla de un trabajo de muchos años de crear conciencia colectiva. A veces es también la generosidad de abrir las puertas y de fomentar que las compañeras puedan hacerlo. Para que yo esté acá se tiene que poner en juego una maquinaria gigante, que tiene que ver con el sistema de cuidados de mi casa, que tiene que ver con un montón de cuestiones que las mujeres han naturalizado, que hacemos normalmente. Tanto para que esté sentada hablando con vos, o en un discurso o siendo parte de la política.

-O que participe en la reunión del Congreso por el tema Ganancias.

-En la reunión, en la movilización de afuera, se tiene que poner en juego una maquinaria enorme que en general los varones la tienen resuelta porque la llevan las mujeres las casas. Cambiar esa cabeza, más allá de que yo la tenga cambiada a nivel personal, es una tarea que es política, que es militante, que tarda muchos años y que pareciera a veces que va en contra de lo hegemónico dentro de la sociedad. Es una tarea muy importante a desarrollar en los próximos cuatro años.

-Pensar en Eva Perón y años después en Cristina Fernández entre otras, es inevitable.

-Dos referentas indiscutidas del campo popular, para copiarles muchas cosas, para aprender y además porque su condición de clase las define. Dicen que la historia se estudia después de 50 años porque se puede analizar mucho mejor. No estoy tan de acuerdo con eso, me gusta más la contemporaneidad que permite analizar otras cosas. Pero creo que con el paso de los años la historia va a ser muchos más generosa con Cristina de lo que ha sido hasta ahora y que la referencia del movimiento obrero de estas dos mujeres que han quedado en la historia es indiscutible.

-¿Su mayor tristeza como dirigente sindical?

-Puedo mencionar varias pero mi mayor tristeza como dirigente sindical la viví con la fractura de la CTA. En general, cuando se fragmenta el Movimiento Obrero en base a sus organizaciones, en algún punto siento que son pequeñas ganancias de la derecha. Trabajan sobre nuestra fragmentación y nuestro trabajo tiene que ser superar eso. Porque a veces la fragmentación entre dirigentes no necesariamente coexisten, es real y es consonante con lo que pasa en el campo popular. Fijate que la verdad es que con los compañeros que estamos en la calle nos cruzamos todos los días, militamos las mismas causas, somos parte de las mismas luchas. Entonces, bueno, eso es para trabajar hacia adelante, para pensarlo, hay algo que tiene que ver con la pregunta que me hiciste respecto de los egos de los dirigentes. Y nos corresponde trabajar mucho para que no suceda. Igual, creo que en el medio de la fragmentación de los dirigentes, las mujeres hemos podido construir la intersindical de mujeres donde nos unimos todas. Es un ejemplo que se puede seguir. Cuando es necesario hay que deponer las diferencias, los matices que podemos tener entre nosotros y centrarnos en las grandes causas.

«Hay postulados básicos dentro del sindicalismo. Primero, que tiene que haber un piso de dignidad por el cual por debajo no haya nada»

-Más allá de que algunos murmuren que «las internas de las minas son peores».

-Pasa, pero tiene que ver con la estigmatización de la mujer, porque la verdad es que hemos podido marchar en el campo popular, tener unidad de acción pero además tener una mirada propositiva sobre un montón de cuestiones. De hecho, las licencias de la Ley de Contrato de Trabajo no se hubieran podido modificar o no estarían en vías de modificarse si la intersindical de mujeres no hubiera podido trabajar todas juntas. La ley de identidad de género como la ley de la interrupción voluntaria del embarazo, son todas iniciativas que se forjaron en el campo popular y después aparecieron en una ley de la mano de un diputado, de una diputada, pero porque en realidad venían del campo popular que representaban. Ahí hay una experimentación que es importante.

-¿Es tan amplio el peronismo que algunas variantes incluyen juntarse con Javier Milei a semanas de las elecciones?

-No, no es tan amplio el peronismo (risas). También hay que decir que Menem ganó las elecciones de la mano del peronismo. Y de hecho se retiró luego de su última candidatura siendo ganador. Hay que remitirse a los postulados del peronismo, a la doctrina peronista. Ahí podés separar un poco lo que es peronismo de lo que no es y algunas ideas tenés que entender que se acercan más al fascismo que al peronismo. No es lo que dice cada persona que tomó una referencia política sino qué hace.

-Pensando en la división de la CTA que mencionó, generada o alentada inclusive no por los propios. También gravita la discusión interna y eterna para definir si el kirchnerismo es peronismo o no. En realidad en esa pelea las bases no salen beneficiadas.

-Hay que centrarse en la unidad del campo popular que es la unidad del peronismo.

-¿No solamente hacer remeras?

-Claro (risas), no solamente la remera. Hay una clave y es que hay que confluir en el debate político, empezar el debate político, nutrir a la sociedad de debate político. Ahí es donde salen las ideas, algunas peronistas y otras que no son tanto. Por eso hablé de la doctrina, sino en nombre del peronismo hacemos cualquier cosa. En el debate de ideas está la clave de qué era, qué es el peronismo y cómo volver a las mejores prácticas del movimiento obrero peronista, en función de sacar al país adelante. Porque es la única forma de sacarlo adelante la verdad, es fortaleciendo al Estado, generando soberanía y dejando de pensar que con la dependencia de otros espacios o la teoría del derrame, que no funcionó en ninguno de los países más avanzados, va a funcionar en la Argentina que es un país endeudado, Separando eso podemos llegar a algo

María Mercedes Cabezas - InfoGremiales

-¿Su música preferida?

-Mi banda favorita es “No te va a gustar”, de lo nuevo. Y de lo más viejo, mis papás escuchaban Credence. Con mi viejo me unió mucho, después que mi mamá falleció, los recitales de U2.

-¿Una película, un libro?

-En busca de la felicidad. Un libro, Cien años de soledad. La historia de los pueblos me interesa mucho, la fantasía del pueblo de Macondo me marcó mucho de chica. (Se emociona en estas últimas dos respuestas)

-¿Es de llorar?

-De emoción lloro mucho. De bronca, menos.

-¿Perdona pero no olvida?

-Perdono pero no olvido. No guardo rencor pero me queda la marquita de que eso estuvo ahí. Aprendí cómo protegerme.

«Hablan del achicamiento del Estado con mucha facilidad. No hablan de producir más, de generar un Estado soberano, fuerte, de empezar a revisar cómo se tomó la deuda con el FMI y si hay que pagarla o no»

-La Paritaria Nacional Municipal tomó impulso de una polémica del propio oficialismo por las sumas fijas. Fue cuando muchos argentinos “se dieron cuenta” que los peores salarios están en muchas comunas del país. Ahora se avanza hacia el Consejo del Salario Municipal.

-Hay postulados básicos dentro del sindicalismo. Primero que tiene que haber un piso de dignidad por el cual por debajo no haya nada. Tiene que haber un piso de dignidad salarial, un piso de dignidad en derechos. En un municipio tenés un grupo que es trabajador municipal, otro grupo que depende de una cooperativa y otro grupo que son planes sociales que dependen del Gobierno Nacional pero prestan funciones en un municipio. Todos hacen la misma tarea. Tiene que haber un piso de derechos y un piso salarial, lo cual se concreta a través de la creación de Convenios Colectivos de Trabajo, porque en la gran mayoría de las provincias no los hay, y en la gran mayoría de los más de los 2200 municipios tampoco. Y si bien en la provincia de Buenos Aires existe una ley de Convenios Colectivos Municipales, no todos los municipios los tienen. Hay un montón de cosas que hay que unificarlas, lo que te dugo de un piso de dignidad y por debajo de esto nada.  Se podría pensar en un Salario Mínimo Vital y Móvil para el trabajador estatal, para los trabajadores, bueno no sé qué nombre ponerle pero sí tiene que haber un piso de confluencia por dónde debajo no haya nada sino hay mucha disparidad.

-Y la Paritaria Municipal Nacional sería un camino.

-Sí, sería un camino con el que se puede llegar al objetivo. Depende de quién gane, después del octubre te digo. Hay propuestas que permeabilizan la posibilidad de llegar y hay propuestas que no.

-Va a asumir como Adjunta Nacional  de una asociación de trabajadores histórica. ¿Desde su padre, familia, pasando por sus referentes gremiales, la valoran en su dimensión?

-Me pasó algo raro con mi papá, y creo que tiene en su interior en alguna pelea con él mismo por su propia historia. En mi carrera, de raíz fui, más periodista gráfica, entonces ahora me encuentro con que tengo que dar un discurso, hablar delante de mucha gente. Estaba muy nerviosa, el día del cierre de campaña y no le dije a nadie que venga. Días después hablaba con mi viejo y le contaba «la verdad que tengo algunas dudas de esto y aquello». Y él me dijo, «vos tenés que hacer lo que le escuché decir a una persona hace muy poco tiempo: no tenés que olvidarte de dónde venís y siempre tenés que visibilizar a dónde vas». Entonces le pregunté dónde había escuchado esa reflexión. Y él me respondió, «el otro día lo escuché en YouTube de una tal, Mercedes Cabezas».

-Tremendo.

-¿Te das cuenta? Había escuchado todo lo que yo había dicho en mi discurso. Cuando corté la comunicación se me caían las lágrimas, porque no me lo esperaba, primero porque seguir un acto por YouTube es medio un bodrio y él se había comido todo el acto para escucharme. Me llenó el corazón. Como también que mi marido me banque en todo lo que hago, para mí es re importante, porque es el que me banca cuando llego a casa enojada a veces y por  todo lo que no conseguimos y a veces cuando se da algún triunfo son difíciles de visualizar porque ahí entendés todo lo que te falta y mirá que acá te cruzas con historias realmente complejas. Sin todo esto que te resumo es imposible. Sin el amor, sin la contención, el cariño y el abrazo de la gente que te quiere, esto es imposible.