La Crónica del vaciamiento

El conflicto comenzó cuando la empresa conducida por los hermanos Olmos (los mendocinos Raúl y Alejandro, dueños de Crónica y BAE) creó una nueva razón social, Aconcagua SA, de la noche a la mañana, y armó una mudanza en 24 horas (violando un compromiso asumido en el Ministerio de Trabajo). Acto seguido, presionó a muchos trabajadores para que firmaran un nuevo contrato laboral, armó una “lista negra” con 128 trabajadores de Crónica y BAE, incluyendo la totalidad de los miembros de sus comisiones internas, y hasta hoy impide, con patovicas en la puerta, su ingreso a la nueva redacción.

Después, hace más de un mes, los Olmos hicieron votar una “junta electoral” para elección de “delegados” pro-patronales en la nueva redacción de la calle Combate de los Pozos. Tras el rechazado de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA), se mantuvieron las comisiones internas que los trabajadores habían elegido de manera libre y legítima, pero a las que la patronal sigue manteniendo apartadas en la vieja redacción de la calle Mitre.

Y ahora la empresa tomó la decisión de mudar parte de su redacción no al edificio de Combate de los Pozos, donde funciona el resto de la redacción de Crónica (bajo la razón social Aconcagua SA), sino a otro edificio de la empresa en el barrio de Pompeya. Ahí irían a parar los trabajadores «problemáticos» que no aceptan firmar el pase a la nueva razón social.

Ante ese panorama, la asamblea de los trabajadores de la redacción del diario Crónica de la calle Mitre 760, junto con su comisión interna, sigue reclamando, como lo viene haciendo desde marzo pasado, el traslado de todos los trabajadores de prensa que hacen Crónica, incluida su comisión interna, al edificio de Combate de los Pozos.

Porque según explicó a Info Gremiales la actual comisión interna, la mudanza al edificio de Pompeya «es parte del plan de la empresa para liquidar la representación gremial genuina de los trabajadores del diario, en beneficio de una comisión interna trucha armada por la patronal».

A estos episodios se suma el reciente cierre de la planta del histórico edificio de avenida Garay -con la redistribución a otras plantas de la totalidad del personal que cumplía tareas allí-, los rumores de venta del edificio, y el anunciado cierre de la redacción de Mitre.

La sospecha de los trabajadores, negada por el Grupo Olmos, es que el objetivo empresarial es vaciar Editorial Sarmiento SA, razón social histórica del diario, que perdería su principal activo y quedaría en una situación similar a la de Editorial Aconcagua SA, cuyo patrimonio es desconocido.