Escriben esvásticas sobre los carteles de la Comisión de Mujeres de Comodoro Py

Como en tantos otros lugares de trabajo, las empleadas del Poder Judicial comienzan a reunirse y organizarse para debatir, y poner en común, los derechos de las mujeres, las deudas en materia de género y, en particular, cómo se tratan en la justicia los derechos de las mujeres.

IMG-20170321-WA0011Ante esa iniciativa en el tradicional edificio de Comodoro Py, tan simbólico para la justicia y tan cerrado para el público en general, ocurrió un hecho repudiable, que vislumbra los más rancio del conservadurismo enquistado en la Justicia. Tras haber realizado dos recorridas por las oficinas y haber garantizado el cese de tareas en el marco del Paro Internacional de Mujeres del último 8 de marzo, las trabajadoras comenzaron a organizar la Comisión de Mujeres de Trabajadores de Comodoro Py.

En la actividad del #8M, de la que participaron unas 150 mujeres, promovieron una asamblea en planta baja (lugar de máxima exposición del edificio) para debatir las problemáticas de género y gritar Ni Una Menos.

Para darle continuidad a las deliberaciones realizaron una pegatina informando las reuniones venideras. Pero la respuesta fue brutal. «Lo pegamos el lunes y ese mismo día en uno de los ascensores estaban arrancados y en otro de los ascensores apareció uno con la esvástica», relató Sofía Corradini Sagretti, una de las promotoras de la organización, que reveló no haberse sorprendido con la reacción.

IMG-20170321-WA0018«Nuestra idea fue visibilizar las problemáticas de ese edificio, que es donde mas se produce esa diferencia de genero en la Justicia», agregó Sofía, para quien los hechos demuestran «lo conservador del Poder Judicial y como está enquistado el modelo patriarcal en él».

Desde la comisión creen que el ataque vandálico surgió desde el mismo personal que trabaja en Comodoro Py que se resiste a la incipiente organización de mujeres, y recordaron que cuando salieron a hacer la primera recorrida en el marco de Ni Una Menos las descalificaron nombrándolas en los pasillos como «lobas aulladoras».