Enfermera con Covid-19 esperó 48 horas una cama de terapia intensiva en un sanatorio porteño hasta que falleció: «Así morimos los que hemos trabajado en salud»

Una enfermera del Hospital «José María Penna» falleció tras esperar 48 horas sentada en una silla de ruedas que se habilitara una cama de terapia intensiva en medio de un severo cuadro de Covid. La muerte se produjo en el Sanatorio «Julio Méndez», de la obra social que atiende a los empleados municipales de la Ciudad. «Es inconstitucional lo que nos descuentan. Así morimos los que hemos trabajado en salud, sin poder acceder a una buena atención.»

La enfermera de neonatología se llamaba Gilda Zurita, tenía 52 años, y se había contagiado con Covid-19.

Según informaron a InfoGremiales trabajadoras del Penna, Zurita estaba atravesando un tratamiento reumatológico por lo que no se pudo vacunar: «Ella tenía mucho miedo y mucho cuidado. Estaba preocupada porque tenía que volver a trabajar. Como a todos apenas le alcanzaba con el sueldo que tenía.»

Durante la espera en el Méndez Zurita tenía al tanto a sus compañeras por chat: «Ella me decía «Me voy a dejar entubar, enseguida me van a derivar» y yo la escuchaba con el oxígeno tan fuerte. Pero no la derivaban. Eso fue aterrador. Estuvo 48 hs sin poder acceder a un respirador. El marido está muy delicado también.»

«Escucharla así y no poder hacer nada fue horrible. Tenemos una obra social que nos descuenta más que ninguna otra y ni siquiera poder acceder a una atención que necesitamos. Es inconstitucional lo que nos descuentan.», aseguraron las compañeras de Gilda.

InfoGremiales consultó con la presidenta de la Asociación de Licenciados de Enfermería Berta Leyton: «A nosotros la obra social del Gobierno de la Ciudad nos descuenta el 6%. Está desglosado en dos, dice 3% por un lado, 3% por otro. Desde SUTECBA nos dicen que es para que cuando nos jubilemos sigamos teniendo la obra social de Obsba pero yo sé por un compañero que estuvo cuando esto se decidió que ese 3% en realidad se hizo para dar salario de ministro a los dirigentes de la obra social. Por eso cuando se están por jubilar los distintos delegados de los distintos hospitales los van sacando del hospital y poniendo en la obra social, trabajan un par de años y se jubilan con jubilaciones altísimas. Para eso es el 3% extra que nos descuentan, debería ser el 3% nada más.», explicó.

Otra de las enfermeras expresó su enojo con el sindicato de municipales: «En el Julio Méndez sabían que por la cantidad de personal iban a necesitar terapia pero la mayoría de la plata estos delincuentes de SUTECBA se la guardan en los bolsillos. Así estamos, seguimos pasivos sin decir nada… hasta que nos toque a nosotros.», se quiebra.

«Así morimos los que hemos trabajado en salud, sin poder acceder a una buena atención. Es lamentable. Ella tenía muchas patologías por el estrés laboral que sufrimos las enfermeras, seguramente hubiera fallecido de todas formas, pero se merecía una buena atención de todas formas.»

En el Hospital Muñiz había aparecido una cama en un momento «pero no había personal para que manejara el instrumental”, explicó otra compañera de Zurita a AM 750. “Esta es una situación de desidia institucional y maltrato terribles. Tratamos incluso de encontrar una cama en nuestro propio hospital y no encontramos”.

Este gremio que no nos permite pasar a la carrera profesional, que violenta continuamente a las compañeras.

La obra social de la Ciudad de Buenos Aires «nos ofrece una mala atención. No por los profesionales sino porque no tiene capacidad para la cantidad de afiliados que somos.»

Claudia Ferreyra, enfermera del Hospital Rivadavia se lo confirmó al Diario Z : “Es una situación muy angustiante. Simplemente no hay camas para atender a la gente. En el Méndez, por ejemplo, hay 28 camas de terapia intensiva. Eso es para una obra social que atiende 100 mil afiliados y en medio de una crisis sanitaria sin precedentes”.