
Las medidas de aislamiento social dispuestas por el Gobierno Nacional y los gobiernos provinciales y municipales, generaron un impacto inmediato en muchos sectores. La paralización de los espectáculos y los show golpeó de lleno al ambiente artístico y visibilizó una cadena de trabajo informal, que involucra a miles de trabajadores.lación.
Entre las actividades que quedaron prohibidas se encuentran los conciertos durante la cuarentena. La medida fue tomada porque especialistas recomiendan evitar toda concentración de personas. «El problema no es ese sino otro: la gran mayoría de los músicos no cuenta con un salario y ´dejar de trabajar´ es dejar de comer», explica un comunicado firmado por la Asamblea de Músicos.
«Músicos y músicas, sonidistas, iluminadores/as, asistentes de escenario o de producción, managers y fleteros entran en una nube de suspensiones y promesas de reprogramaciones. No saben cuándo volverán a trabajar, cuándo recuperarán el ingreso (que casi nunca alcanza para cubrir una canasta familiar)», agrega el texto de la agrupación que es parte del Sindicato Argentino de Músicos (Sadem).
Además especifican que «ese parate no es solo un par de días. Hay bandas de rock, grupos de tango, orquestas y solistas que por el contrato con un festival que tenían en marzo no pudieron agendar fechas hasta un mes antes y un mes después, por lo cual el perjuicio es aún más grande».
Según relata la Asamblea, «solo unos pocos, quienes pagan monotributo para poder facturar los shows, tienen aportes previsionales. Otros pocos cuentan con obra social (de la mutual Sadaic porque la del sindicato es inexistente). Todos necesitan mejores condiciones de contratación».