Dos regionales del Ministerio de Trabajo bonaerense llevarán el nombre de laboralistas asesinados por la última dictadura

Una decisión de Axel Kicillof, publicada el día del abogado laboralista en el Boletín Oficial bonaerense, estipula que dos regionales del Ministerio de Trabajo de la Provincia llevarán el nombre de dos reconocidos laboralistas secuestrados y asesinados por la última dictadura cívico-militar.

El decreto, que lleva también la firma de la ministra de Trabajo, Mara Ruiz Malec, «propicia la asignación del nombre ‘Norberto Oscar Centeno’ a la sede de la Delegación Regional – Mar del Plata, y la asignación del nombre ‘Carlos Alberto Moreno’ a la sede de la Delegación Regional – Olavarría».

<blockquote class=»twitter-tweet»><p lang=»es» dir=»ltr»>En el día del abogado laboralista, el Gobierno Bonaerense le pone a dos delegaciones del Ministerio de Trabajo los nombres de Oscar Centeno y Carlos Alberto Moreno. Justo reconocimiento para dos bogas que dieron su vida por los derechos de los trabajadores <a href=»https://t.co/DCRIJ4OXdj»>pic.twitter.com/DCRIJ4OXdj</a></p>&mdash; jorge duarte (@ludistas) <a href=»https://twitter.com/ludistas/status/1280477793650958336?ref_src=twsrc%5Etfw»>July 7, 2020</a></blockquote> <script async src=»https://platform.twitter.com/widgets.js» charset=»utf-8″></script>

Centeno, fue un abogado laboralista marplatense vinculado a los sindicatos y a la CGT. Fue un militante social. Estuvo preso por el Plan Conintes y fue asesinado por la dictadura.

Se lo considera, además, el autor intelectual de la Ley de Contrato de Trabajo porque en su rol de académico contribuyó decididamente en la elaboración del anteproyecto que, juntamente con el de la CGT, constituyen en sus antecedentes más sólidos.

En la tarde del 6 julio de 1977, cuando regresaba a su estudio jurídico acompañado de Ernesto Tomaghelli, fue secuestrado por un grupo «paramilitar». Apareció muerto cuatro días más tarde.

Moreno, por su parte, fue un abogado que defendió los derechos de las y los trabajadores de los mineros y mineras de Loma Negra. En ese marco trabajó por el reconocimiento de la silicosis como enfermedad profesional, que afectaba a las personas trabajadoras de la cementera, lo que logró probar y ganar en juicio.

Esa labor le valió el ser secuestrado el día 29 de abril de 1977, torturado y asesinado el 3 de mayo del mismo año. En el juicio sostenido en el año 2012 en la ciudad de Tandil pudieron probarse las circunstancias de su desaparición y asesinato y se condenó a los 5 acusados, a la vez que se señaló la necesidad de investigar la posible complicidad empresarial.