Denuncian que las empresas de energía con más ganancias avanzan con un ajuste laboral: «Quieren despedirnos para contratar personal con menos derechos, sin pagar indemnizaciones»

Camuzzi Gas y Secco enfrentan reclamos sindicales por aumentos salariales por debajo de la inflación, despidos injustificados y deterioro en la calidad del servicio. Los trabajadores denuncian una “reforma laboral de hecho” amparada por el Gobierno.

Pese a la mejora de su rentabilidad gracias a los recientes aumentos de tarifas autorizados por el Gobierno, las empresas energéticas Camuzzi Gas y Secco desataron conflictos laborales que afectan a trabajadores bonaerenses y ponen en riesgo la calidad de los servicios. En ambos casos, los gremios denuncian una estrategia de reducción de personal y desconocimiento de derechos adquiridos, que persigue un objetivo común: bajar el “costo laboral”.

En Camuzzi, el conflicto estalló tras semanas de reclamos sin respuesta. Los trabajadores realizaron un quite de colaboración en plantas claves como La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca, lo que evidenció la precariedad del servicio. “El personal es insuficiente y el servicio se sostiene con horas extras. Al suspenderlas, la situación queda expuesta”, explicaron desde el Sindicato de Trabajadores de la Industria del Gas y Afines (Stigas). La empresa, ahora conducida por Hernán Pardo, no respondió ni abrió canales de diálogo, y los trabajadores ya preparan una movilización a las oficinas centrales en Puerto Madero.

El caso de Industrias Secco es aún más grave: la empresa despidió a los 30 trabajadores del área de Emergencias en José León Suárez, encargados de atender accidentes y catástrofes. “Vaciaron el área justo antes de la inundación de Zárate. Hoy no hay prestador alternativo”, denunció Ariel Moreno, delegado de la Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina (FeTERA). Además, alertó sobre una estrategia de vaciamiento y persecución: “Quieren despedirnos para contratar personal con menos derechos, sin pagar indemnizaciones”.

Tanto Camuzzi como Secco han protagonizado un crecimiento sostenido en los últimos años. La primera emitió deuda en dólares tras el blanqueo, mientras que Secco expandió sus negocios a la generación de energía, minería y perforaciones petroleras. Sin embargo, sus políticas laborales apuntan a reducir costos en detrimento de los trabajadores, en un contexto donde el Gobierno mantiene una actitud permisiva. “Es una reforma laboral por la vía de los hechos, amparada en el clima político actual”, afirman los gremios.

Las consecuencias no sólo afectan a los empleados despedidos o precarizados, sino también a los usuarios. La reducción de personal implica menor capacidad de respuesta ante emergencias y riesgos concretos en la calidad del servicio. Mientras los inversores presionan por mayor rentabilidad, el “gasto laboral” se convierte en variable de ajuste, con el aval tácito de una administración que prioriza las señales al mercado por sobre los derechos laborales.