Crisis en Razzini Materiales, la empresa que encabezó el Movimiento Anti Bloqueos: La acusan de repartir $500 millones en cheques sin fondos

La firma rosarina que cobró notoriedad por su actividad anti sindical lo que le valió el apoyo del PRO y acercarse luego al movimiento libertario acumula más de $500 millones en cheques rechazados, según una investigación de LPO. Su fundadora, Verónica Razzini, es hoy diputada nacional del PRO y busca posicionarse como aliada de los libertarios en Santa Fe.

Materiales Razzini, uno de los corralones de construcción más emblemáticos del Gran Rosario, atraviesa una profunda crisis financiera: según registros del Banco Central, la empresa emitió más de $570 millones en cheques sin fondos. La situación que expuso La Política Online pone en jaque la continuidad del grupo y deja al descubierto las tensiones entre política, sindicalismo y negocios que marcaron su trayectoria reciente.

La compañía saltó al plano nacional en 2021, cuando Verónica Razzini, una de sus dueñas, protagonizó un conflicto gremial con el Sindicato de Camioneros de Santa Fe, liderado por Sergio Aladio. El enfrentamiento derivó en amenazas, violencia y fuerte repercusión mediática. A partir de ese episodio, Razzini fundó junto a Florencia Arietto y Patricia Bullrich el Movimiento Empresarial Anti Bloqueos, ganándose apoyo político y del empresariado local.

En 2023, Verónica Razzini fue electa diputada nacional por el PRO, aunque luego rompió con ese espacio y fundó el bloque Futuro y Libertad, con intenciones de acercarse al universo libertario. Según fuentes políticas, su agrupación tendría el respaldo de Bullrich en Santa Fe, a pesar de la resistencia de Karina Milei a integrar a sectores ajenos a su estructura.

Pero mientras Razzini busca proyección política, su empresa arrastra un endeudamiento multimillonario, producto de una combinación de crisis del sector de la construcción, caída de la obra pública y decisiones empresariales arriesgadas. Uno de los factores clave fue la compra de Ricci Hormigones, firma que operaba con un sistema de canjes con desarrolladoras inmobiliarias, recibiendo unidades construidas en lugar de dinero. El modelo colapsó cuando Razzini intentó convertirse también en desarrolladora.

La falta de liquidez obligó al grupo a endeudarse masivamente. La cementera Holcim le cerró la cuenta y los compromisos impagos se dispararon, aseguraron desde el medio.