El viernes por la noche, tras cinco días de un acto eleccionario que se hizo esperar por largos 22 meses, Raúl «Ruli» Durdos se proclamaba vencedor en los comicios que preveían cerrar la intervención laboral judicial del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU). Durdos, un hombre patrocinado por el moyanismo que lideró la Lista Verde, consiguió el 54% de los votos, según los datos difundidos por el delegado normalizador Alfredo Bertonasco.
Desde ese momento el moyanismo comenzó un raid de instantáneas, que incluyeron fotos de Pablo y Huguito en los festejos junto con los ganadores y el recibimiento a los ganadores de Pablo en su despacho de Azopardo. En paralelo se desató una trama de sospechas, dudas y reproches en el Ministerio de Trabajo, organismo encargado en los hechos de «controlar» el proceso electoral.
Una vez que Bertonasco dio a conocer los resultados, en la cartera de Jorge Triaca empezaron las reuniones, formales e informales, para analizar los pasos a seguir ante semejante noticia. Es que a sabiendas de que la relación entre Mauricio Macri y Hugo Antonio Moyano no pasa por un buen momento, no están convencidos de «entregarle» el principal gremio de la actividad marítima al camionero, que se convertirá en un todopoderoso de la logística vernácula.
Por ello empezaron a mirar en detalle lo sucedido en los comicios y pusieron los ojos en algunas seccionales en las que encontraron irregularidades. No casualmente esas regionales fueron las que le garantizaron la victoria a Durdos, por lo que ya evalúan la posibilidad de presentar una serie impugnaciones que podrían poner en jaque los resultados finales.
En el entorno de Triaca creen que hubo alguien que hizo las veces de doble agente, facilitando la victoria de los referenciados con el Presidente de Independiente y haciendo más laxas las normas para que los verdes se queden con el gremio. Incluso sospechan que ocultaron información sensible para el desarrollo de las elecciones. En las oficinas de Alem al 600 se apunta, concretamente, a Roberto Porcel como quien jugó a favor de Moyano y recuerdan su inesperada renuncia a la intervención al gremio de Seguridad, el mismo jueves anterior de la finalización de los comicios en el SOMU.
Más allá de las sospechas, ayer hubo una cumbre en Trabajo en la que se evaluaron todas las alternativas. Luego de los reproches por la magra campaña de Rubén Manno, el error en la elección del candidato y lo inconveniente de haber impugnado la tercera lista que encabezaba Alfaro, los funcionarios coincidieron en no estar convencidos de «entregarle» el gremio a los Moyano. Por ello Triaca evalúa el costo de asumir que la intervención, emblema de Cambiemos en el ámbito sindical, derive en una controversia en torno a la transparencia. Por el momento no parece dispuesto a hacerlo.
Adicionalmente algunos abrieron incógnitas sobre el funcionamiento de la Boleta Eletrónica. Señalaron problemas específicos en el recuento y el reconocimiento de los votos y dejaron trascender problemas respecto de su transparencia.