Canillitas van por un Convenio Colectivo de Trabajo

La Federación Argentina de Vendedores de Diarios y Revistas (Fvdrra) elevó la notificación formal en el ámbito del Ministerio de Trabajo, con el fin de dar apertura  al procedimiento de negociación colectiva que permita avanzar en un marco regulatorio para los 11 mil empleados de la actividad.

Desde el gremio que conduce José Luis Faru señalaron que es «inadmisible,» desde el punto de vista de la normativa laboral, que no funcione ni exista convenio colectivo aplicable a la actividad ni las comisiones paritarias correspondientes.

Es por ello que le solicitaron a la cartera laboral que se designen a los representantes de partes a la brevedad y que se constituya la comisión negociadora.

Los empleados entienden que las condiciones de informalidad en el sector son «promovidas por la parte empresaria a los fines de precarizar y mantener sometida la fuerza de trabajo de los vendedores».

Entre lo que reclaman los canillitas se habla de pautar condiciones de trabajo generales, de establecer el ámbito geográfico de referencia, de estipular garantías salariales mínimas mensuales, de condiciones generales de remuneración y de ambiente laboral, de formación y capacitación profesional, de un régimen de vacaciones y licencias y de la puesta en funcionamiento de la comisión paritaria, entre otras cuestiones.

Dando curso al petitorio gremial el ministerio convocó a un primer encuentro y desde las asociaciones de editores ADEBA y ADIRA rechazaron la invitación. Para las patronales expresadas por las posiciones más duras del Grupo Clarín y La Nación, no existe relación laboral con los canillitas y los describen como empleados independientes con los que tienen simplemente una relación comercial.

Sin embargo el decreto que actualmente funciona de marco regulatorio, firmado por CFK en 2009, estipula» la tutela de los derechos laborales, sociales y sindicales involucrados». Además, los canillitas remarcan que su tarea, a pesar de las particularidades que conlleva, es la culminación de un proceso productivo que concluye con la entrega de un producto perecedero en la puerta de los domicilios.

Las sistemáticas negativas de las patronales del sector a entablar un diálogo de partes incluyeron la ausencia en la convocatoria de febrero, donde los canilitas esperaban poder debatir, también, sobre los 8 puntos porcentuales recortados sobre el precio de tapa a los vendedores de diarios hace ya quince años.

Mientras Clarín y Nación acumulan dos tercios de la circulación, el proceso de concentración continúa. En paralelo la situación desde lo laboral y desde lo salarial es alarmante con una porción importante de los empleados de la actividad percibiendo un salario por debajo del mínimo vital y móvil.