Cada vez más compleja la situación de Lear

Tras el fuerte operativo de seguridad que confinó a los delegados a un encierro entre un enrejado y la Gendarmería para que puedan reingresar luego de los fallos favorables de la justicia, y la reanudación de la producción -sin los 67 despedidos-, el Director de Lear, Antonio Marín, aseguró que «la planta abrió a la mañana, entraron 520 personas y las líneas se encendieron normalmente».

Marín opinó en una entrevista con Nacional Rock que «el conflicto empieza cuando la comisión interna decidió no responder a su sindicato de origen que es SMATA».

Además, mientras los trabajadores denunciaron que Lean pretendía importar los cables para Ford de otra sucursal latinoamericana en lugar de producirlos localmente, el directivo empresarial invirtió los términos: «Si fuésemos confiables para nuestros principales clientes, podríamos producir más. Al no poder cumplir con las partes diarias de envío a nuestro principal cliente, se ve forzado de importar de otra Lear donde se produce el mismo producto».

Por otra parte, atacó a la Comisión Interna: «Nunca se sentó a hablar con nosotros. Estos delegados no responden al SMATA pero sí a un partido político. Ellos están haciendo campaña política de alguna manera.

Según explicó Marín «hay 60 personas que están desvinculadas que están afuera con justa causa», pero reconoció que «se les ofreció el 100% de indemnización y un extra de 8 sueldos».

Mientras tanto los despedidos siguen movilizados en las puertas de la planta y adentro la movida es intensa. Los delegados, que pudieron hacer su ingreso cumpliendo con los fallos judiciales que ordenaban restituirlos en su cargo, comentaron que todavía no pudieron tener contacto con sus compañeros y se encuentran aislados.

Pero eso no es todo. Por la tarde el SMATA, en su enfrentamiento con la comisión interna, hará una arriesgada movida. Buscarán que una asamblea le quite la representación a los cuatro delegados que acaban de hacer su reingreso y nombre nuevos miembros que respondan a la conducción nacional del gremio.

Por una maniobra similar el titular de los mecánicos, Ricardo Pignanelli, fue denunciando por coacción y la justicia negó la validez de lo decidido.

Mientras tanto, tras los portones de Lear, los despedidos sostienen que seguirán movilizados hasta ser reincorporados y la tensión es cada vez más extrema con el paso de los días. En la multinacional las cosas huelen mal y nadie se anima a arriesgar un pronóstico sobre el fin del conflicto.