Preocupados por las consecuencias de la profunda crisis internacional del crudo, el Gobierno decidió subsidiar a las empresas del sector a cambio de que sostengan el nivel de actividad y, al menos, mantengan los puestos de trabajo.
En lo que denominó «plan de estímulo», el Gobierno Nacional otorgará a los productores de hidrocarburos un incentivo de u$s 3 por barril para aquellos que sostengan la producción o que la aumenten, en función de la medición por trimestre.
Para las compañías exportadoras, el subsidio será de u$s 2 si se mantienen las exportaciones promedio del año pasado y de u$s 3 para aquellas que lo incrementen.
La decisión la comunicó el ministro de Economía, Axel Kicillof, en el marco de una reunión de trabajo en la tarde de ayer en el Palacio de Hacienda, de la que también participaron los ministros de Planificación Federal, Julio De Vido y de Trabajo, Carlos Tomada; siete gobernadores de las 10 provincias que integran la Organización Federal de los Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi); los empresarios Miguel Galuccio (YPF), Carlos Bulgheroni (PAE), y Juan José Aranguren (Shell) y los sindicalistas de peso del sector.
La alarma oficial y la incorporación de medidas apunta a evitar una depresión en esta industria con un petróleo que se desplomó un 50% en sólo seis meses y que se consolida en los u$s 45.
El temor es que esta situación, si no se toman las medidas en la dirección correcta, puede terminar opacando el plan de autoabastecimiento energético del Gobierno, en medio de una inquietante crisis de energía.
Los temores tienen su fundamento. Con un barril de crudo casi u$s 40 por encima de los precios actuales hace apenas dos meses, los datos publicados por la Secretaría de Energía, revelan que la producción, tanto de crudo como de gas, volvió a caer en noviembre (último mes relevado), acumulando pérdidas del 1,5% y 0,7% interanuales, respectivamente.
Como contraparte de garantizar la estabilidad de los puestos de trabajo, los gremios junto a los empresarios firmaron un acta acuerdo de «paz social» con cuatro puntos entre los que se destacó: «que la actividad se desarrolle en un marco imprescindible de paz social y ausencia de conflictos, en el marco de los convenios colectivos de trabajo y actas complementarias vigentes, como factor fundamental para sostener la productividad del sector».
El apartado es una señal de cara a las próximas negociaciones paritarias del sector. «Se solicitó el compromiso de los empresarios para que no haya despedidos pero a los trabajadores se les pidió colaborar porque no estamos en la mejor época. Ahora, hay que compartir esfuerzos», relató El Cronista.