
(Por Pablo Maradei) La Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (CONAETI) no se reúne desde que asumió Javier Milei. Debería evaluar y dar seguimiento a los esfuerzos en favor de la prevención y la erradicación del trabajo infantil. Como contracara, la gestión bonaerense activó su propia estrategia. «En Argentina hay 23 comisiones de lucha contra el trabajo infantil, una por provincia, pero sólo una tiene presupuesto la de la Provincia de Buenos Aires», explicó el ministro de Trabajo Walter Correa.
El efecto dominó que genera el desempleo y la falta de oportunidades pega de lleno en una consecuencia dramática: el trabajo infantil. «Si un adulto se queda sin trabajo y no puede insertarse, el que termina trabajando es su hijo, un niño o un adolescente», grafica el cuadro con el que se encuentra en el territorio la dirigente sindical de la CTA Autónoma, Rosario Hasperué; quien a su vez forma parte de la Coordinadora de la Unidad Sindical por la Erradicación del Trabajo Infantil (CUSETI), que está conformada por las tres centrales sindicales.
El cuadro es aún más grave al levantar la alfombra que tapa ese flagelo silencioso. Por un lado, la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (CONAETI) que fue creada en el año 2000 bajo la presidencia del extinto Ministerio de Trabajo tenía como fin coordinar, evaluar y dar seguimiento a los esfuerzos en favor de la prevención y la erradicación real y efectiva del trabajo infantil, «jamás fue convocada a trabajar por el Gobierno nacional desde que Javier Milei está en el Gobierno», agrega Hasperué, quien también es secretaria de DDHH de la CTA.
Por otro, de todas las COPRETI, que son las Coordinadoras Provinciales para la Erradicación del Trabajo Infantil, solamente la de Provincia de Buenos Aires tiene presupuesto que le asigna la propia gobernación. «Contar con recursos permite formar a dirigentes y desplegar territorialidad porque solamente en provincia de Buenos Aires hay 60 nodos de acción», señala Hasperué.
La CUSETI se creó en junio de 2024 aunque en pandemia se gestaron las primeras acciones: «Empezamos con cursos a dirigentes con incidencia política para lograr acciones concretas porque el trabajo infantil se da en el campo, en el trabajo doméstico, en zonas urbanas y en sectores productivos», indica Hasperué. Agrega: «Entendemos que estamos ante un problema de desigualdad económica que tiene que ver con la distribución de la riqueza, la justicia social y con trabajo digno para los adultos. Y aunque rechazamos el trabajo adolescente sabemos que la mayoría de ellos están precarizados por lo que también hay que pelear por sus derechos».

El caso de la COPRETI en la Provincia de Buenos Aires: estimular a los jóvenes a pensar
Esta semana tuvo lugar la entrega de premios a los ganadores del concurso «Que se Vea – El Trabajo Infantil en foco» donde estudiantes de carreras universitarias vinculadas a la comunicación idearon proyectos de campañas destinadas a prevenir y combatir el trabajo infantil. En ese sentido, el proyecto ganador se realizará y será parte de una campaña oficial de difusión y concientización de la Provincia, las universidades públicas, y las organizaciones de la sociedad civil.
El Ministro de Trabajo bonaerense y presidente de la COPRETI local, Walter Correa, explicó que “en Argentina hay 23 comisiones de lucha contra el trabajo infantil, una por provincia, pero sólo una tiene presupuesto y esa es la COPRETI de la Provincia de Buenos Aires, que por decisión del Gobernador Axel Kicillof cuenta los recursos para la lucha real contra el trabajo infantil”.
Completó: “Nuestro objetivo es que los pibes y las pibas no tengan que ir a trabajar, que tengan garantizado su derecho a la educación, al descanso y al juego, para que puedan tener un futuro y ahí está el Estado bonaerense protegiéndolos”.