
Hugo Quintana, secretario general de la Asociación del Personal de los Organismos de Control (APOC), advirtió sobre la paralización total de la Auditoría General de la Nación, que hoy «funciona internamente, pero no pueden salir los informes». Además recordó que en el organismo «tenemos expedientes importantes arriba de los escritorios»
Hugo Quintana explicó que “el Congreso tiene la obligación de nombrar al presidente de la auditoría y a los seis auditores generales. En este momento, por vencimiento del plazo, no hay ninguno de los seis auditores generales, razón por la cual la auditoría funciona únicamente de manera interna”.
Para Quintana, es como “una sentencia que esté lista y el juez no firme”: el trabajo se realiza, pero “no se sigue produciendo para el bien del país, en pos de decir si hay o no transparencia”.
En una reciente entrevista radial, el secretario general de APOC subrayó que la ausencia en las designaciones de los auditores “es un problema institucional muy serio” y que “el consenso entre las partes debe ser automático, porque no se puede estar sin el arma de control madre de la República Argentina por falta de acuerdo”. Recordó además, que “tenemos expedientes importantes arriba de los escritorios pero con imposibilidades fácticas de que salgan a la luz”.

A su vez, Quintana explicó la relacion entre la tara de control y la ciudadanía: “La calidad de vida de los argentinos pende en gran parte de la tarea de control”, advirtió. Y añadió que “la corrupción se termina con una decisión política”, advirtiendo que, tras siete elecciones distritales con baja participación ciudadana, “parece que los argentinos y la política están muy distanciados”. Para acercar a la gente, insistió en que “la única manera es con transparencia, que el pueblo crea que sus aportes son bien plantados y van a donde tienen que ir”.
Por último, Quintana expresó su temor de repetir la historia del defensor del pueblo, “que hace 25 años que no está nombrado nadie por conveniencia de los gobiernos de turno” y reclamó la importancia de someterse bajo “la letra de la Constitución, porque las leyes no son facultativas, son de cumplimiento obligatorio”.