Se multiplican las denuncias contra Nortextil Confecor SA y salpican a la AOT

A los testimonios de los trabajadores de la planta ubicada en Valentín Alsina de Nortextil Confecor SA que InfoGremiales publicó la semana pasada se sumaron los que la empresa tiene en Burzaco. Según los denunciantes, habría irregularidades de todo tipo, potenciadas por el contexto la pandemia y agravadas por no contar con el respaldo del sindicato.

La textil, dedicada a la producción de hilado, tejidos e indumentaria lleva 35 años produciendo en la Provincia de Buenos Aires. Ahora, más de 10 trabajadores acercaron a esta redacción sus relatos acerca de las condiciones laborales, al menos irregulares, en las que están empleados. 

No se trata de un servicio considerado esencial por lo que los trabajadores pasaron gran parte del aislamiento sin poder ir a trabajar debido al aislamiento obligatorio. Para el mes de junio, la empresa organizó una lista en la que de a poco los va reincorporando a trabajar, aunque sin brindarles transporte como indicaron desde Presidencia. 

Por otra parte, al no convocar a todos, quienes van, trabajan mucho más: «Nos quieren hacer trabajar más del doble con la amenaza de echarnos porque, según el encargado, no somos personas virtuosas«. Y las horas extra no son optativas, como indica la ley: «Nos obligan a hacer 3 horas extra los sábados, amenazando con que de lo contrario nos pondrá en la lista de los que va a echar.»

Trabajan mucho más pero esto no es reconocido bajo ningún concepto porque detallan como pasan años sin que se les reconozcan los años entrenados en las recategorizaciones correspondientes, cobrando menos: «Los operarios se desempeñan como maquinistas y cobran como operarios».

Además trabajan en malas condiciones, en verano trabajaron años sin ventiladores y ahora sin calefacción: «Trabajamos de noche inclusive, se imaginará el frío que hace en ese lugar ahora». Y el clima social no ayuda, aseguran que si los encuentran hablando entre compañeros, por más breve que sea la conversación, el supervisor los separa.

La empresa sigue sin entregarles sus recibos de sueldo a pesar de los múltiples pedidos: «Tengo una beba recién nacida y no puedo hacer los controles porque no tengo los recibos para presentar», relata un trabajador. 

Respecto a los pagos denuncian que la empresa no paga su parte y sólo cobran los salarios complementarios que deposita el organismo estatal: «Hubo compañeros que están trabajando en la planta hace un mes y sólo cobraron lo de la ayuda de ANSES», afirman.

Los reclamos, por supuesto, no sólo no son bienvenidos sino que son castigados: «Cuando reclamamos algo, o sea, lo que nos pertenece como trabajadores, nos hace seguimiento personal con sus supervisores». Incluso aseguran que cada vez que algún compañero se postuló para delegado terminó despedido.

El sindicato es otra historia: «Ahora están tomando represalias porque me comunique con el sindicato al empezar la pandemia para ver cómo iban a ser nuestros pagos. Entonces no me registraron en ANSES y yo dependo de lo que me depositen ellos. Hacen lo que quieren y cuando quieren. El problema fue avisado al sindicato sin ninguna solución. Estamos sin ningún respaldo sindical, ellos prometen hacer cosas para cambiar pero nunca pasa nada y nos cansamos de esperar«.

Tres testimonios coincidieron en haber hablado con Diego Becker, adjunto de la Asociación Obrera Textil, quien les habría dado respuestas pero sin el resultado que esperaban. A uno le aseguraron que la empresa no les permitió entrar a la planta.