
La urgencia por descomprimir los conflictos callejeros, que escalan semana a semana a medida que la crisis se agudiza, y ofrecer alternativas para atenuar la caída sin freno del peso y del poder adquisitivo del salario abrió un nuevo debate en la cima del Gobierno.
Se evalúan ahora nuevas medidas, al margen del paquete anunciado por el presidente Mauricio Macri tres días después de la derrota en las PASO, que contempló un desembolso de 40.000 millones de pesos, entre mejoras de ingresos, aumentos a beneficiarios de planes sociales y exenciones para pequeñas y medianas empresas.
Las iniciativas que están en evaluación consisten en la posibilidad de reforzar la ampliación de las partidas presupuestarias para los comedores barriales y habilitar la revisión de las paritarias o la concesión de un bono no remunerativo para trabajadores registrados, según lo confirmaron a La Nación fuentes oficiales y sindicales.
A la espera de que la economía muestre señales de estabilidad, la ministra de Salud y Desarrollo Social, Carolina Stanley, tiene en carpeta avanzar en la ampliación o reasignación de partidas presupuestarias para los comedores barriales, aseguran con mesura fuentes oficiales.
Se trata de decisiones claves, en momentos en los que Macri relanza su campaña que, salvo para un pequeño grupo de optimistas empedernidos, será el transcurso definitivo hacia su salida de La Rosada.