Plaini blanquea el apoyo a Scioli ¿y a Clarín?

Los carteles “Scioli 2015” que aparecieron ayer firmados por Omar Plaini no son novedad para los que recorren los pasillos de Azopardo. Es que desde hace tiempo que se había acordado que el representante de la CGT de Moyano que juegue sus fichas con Scioli sería el lider canillita. Era un secreto a voces, entonces, que Plaini lideraría “la mesa sindical Scioli presidente”.

Claro que Omar no se mueve solo. Fiel aliado del camionero Hugo Moyano, las decisiones se toman en conjunto. La estrategia definida por la CGT opositorá consistirá en poner huevos en diferentes canastas para mantener los puentes con los posibles presidenciables. Quedan bien con todos y no se terminan de jugar con ninguno hasta que el panorama esté claro. Parece que no quieren repetir el error de apresurarse como en la última elección donde optaron por De Narvaez y el electorado al que apuntaban fue masivamente absorbido por Sergio Massa dejando en un papelón la aventura electoral.

Así como “el negro” sabía que Plaini encabezaría a los dirigentes de Azopardo que pondrían sus fichas en el sciolismo, también fue parte del plan de pasos a seguir en el golpeado mundo de los canillitas.

Una vez que Moyano rompió su alianza estratégica con el gobierno nacional, los socios sindicales comenzaron a golpear otras puertas en busca de protección y apoyo mutuo. Los que los recibieron gustosos fueron los directivos del multimedios más importante de la Argentina. Este nuevo aliado, con distintas características al anterior, tiene sus propios negocios en juego y pide como moneda de cambio la colaboración sindical.

Claro que donde más se superponen los intereses de unos y otros es justamente en la industria gráfica. En el sector conviven Clarín y sus publicaciones, los canillitas de Plaini, los camioneros de Moyano y los distribuidores, que están viviendo un proceso de concentración y en ese contexto, muchos de sus recorridos caen en manos del multimedios en su avanzada por quedarse con el negocio completo.

En un mercado en el que las ventas caen, los canillitas son los más golpeados. En la práctica de 2008 hasta la fecha, ya tuvieron que bajar su persiana 1400 puestos de venta de diarios y revistas. Además hay otros 1200 que ganan entre $2500 y $6500 mensuales por una labor sumamente sacrificada, por lo que se teme que en el corto plazo abandonen la actividad. Esto convalidaría una reducción de 40% de los empleos en el lapso de sólo seis años.

El año pasado esta realidad y la inacción de Plaini encerrado en la batalla política electoral llevó a que las seccionales del sindicato que se oponen a su conducción impulsaran un congreso de la Federación de Canillitas en el que le revocaron el mandato. Nada sorpresivo es que no asistieran al evento las regionales que tradicionalmente responden al multimedios: Mendoza, Córdoba, Misiones y Santiago del Estero.

Desde la Federación de Canillitas apenas asumidos plantearon tres ejes de acción que Plaini evitaba tratar: 1) avanzar sobre la definición del carácter laboral de la actividad; 2) elaborar proyectos de recomposición de salarios; y 3) cooperativizar la distribución.

Luego de un año en el que el Omar se negó a avanzar en dos propuestas para regular la actividad, que apuntaban a repartir 50 centavos del precio de tapa de diarios y revistas entre canillitas y distribuidores y de esa manera evitar las asfixias económicas que Clarín aprovecha para avanzar, decidió presentar una iniciativa similar en el Congreso. Propone crear un gravamen del 5% a distribuir entre los mismo actores.

“Buscamos generar recursos genuinos que sean paliativos para miles de compañeros que hoy no acceden al Salario Mínimo, Vital y Móvil” aseguró Plaini. Claro, la idea de Plaini llega en un momento de suma presión de sus bases que él mismo reconoce que tienen salarios por debajo del mínimo, vital y móvil.

En lugar de buscar un proyecto de unidad, la idea de una alternativa que intenta desde su presentación evitar la Comisión de Trabajo para no sufrir cambios profundos por sus integrantes, es funcional a que no se regule nada. Más ruido, menos tratamiento, más tiempo para que Clarín continúe con su plan de quedarse con los asfixiados recorridos y seguir eligiendo los canillitas que trabajan y los que no con su sistema de otorgamiento discrecional de las suscripciones.

Todo indica que esta nueva aventura de Plaini, con el rol que está ocupando en el reacomodamiento de la industria gráfica huele a cierre completo con el establishment. Scioli y Clarín son sus elegidos.