
Las intervenciones de las instituciones de los trabajadores en estos 4 años de gestión Cambiemos terminaron, indefectiblemente, en escándalo. Y lo que ocurre con la Obra Social del Personal de la Industria Azucarera (OSPIA) no se sale de la regla.
Es que a pesar de que la Federación se normalizó, el Gobierno buscó diferentes artilugios para sostener en su poder la Obra Social. De hecho mantiene en vigencia al interventor José Antonio Leguizamón, designado por Sandro Taricco y se niega a devolverla a sus afiliados.
Desde la Federación que comanda Juan Correa cursaron denuncias penales por usurpación de autoridad a Leguizamón y otros miembros de la intervención acusándolos de «arrogarse facultades que no les pertenecen». Según explicaron desde Tucumán, la última maniobra fue el envío de misivas a los abogados de la Federación e intimaciones a otros gremios.
Claro que la situación termina recayendo sobre la figura de Lucas Fernández Aparicio, el Secretario de Trabajo de la Nación, a quien los azucareros señalan como pieza clave del entramado. «En su afán de codicia y de adueñarse de los gremios, entró en el negocio y sabe que la Obra Social de la Federación maneja una buena cartera de afiliados», denunciaron los trabajadores.
Por eso Aparicio fue denunciado por abuso de autoridad, violación de deberes de funcionario público y asociación ilícita junto con Leguizamón y otros.
Lo que terminó de enfurecer a los directivos de la Federación fue una nota de agradecimiento que Leguizamón le hizo llegar al funcionario, que trascendió en los medios tucumanos y que fue tomada como una provocación.
«Por el accionar tanto del Sr. Secretario de Trabajo como de su gabinete con el Dr. Juan Manuel Trezza como caras visibles, acercarnos a Uds. nuestro público reconocimiento y total agradecimiento a la gestión llevada a cabo y que permitió iniciar el camino de recupero de nuestra entidad federacionista, gracias a la decisión adoptada por la Secretaría a su cargo», reza el texto que terminó de rebalsar un vaso que ya estaba a tope.
Para la Federación, la misiva blanquea «la estrategia ilícita de intervención de la Federación de Azucareros».
Por último abren el paraguas de un potencial cambio de nombres para eternizar la intervención y que nada cambie. Es que Leguizamón le pidió a Aparicio que el interventor sea un amigo íntimo del ex ministro Jorge Triaca, que ya tuvo un paso como interventor en el año 2017, pero que duró apenas 3 días en el cargo porque la justicia lo eyectó.