Nac&Pop: vaciamiento y autogestión

La franquicia de comidas rápidas Nac&Pop, que hasta hace poco se extendían por las diversas esquinas de todos los barrios porteños, está en su peor momento. Es que los empleados denuncian vaciamiento empresarial y una suma de irregularidades entre las que se encuentran salarios impagos, deuda de aportes, pago en negro, maltrato laboral y la desaparición de sus dueños.

Desde hace días Alex Gordon, titular de Samin S.A., desapareció y no da la cara ante los reclamos de los 170 trabajadores, que se multiplican en los 13 locales que la franquicia posee.

Los empleados denuncian que los jefes y dueños “desaparecieron, no atienden los teléfonos de las oficinas» y que los supervisores que eran los encargados de pagar «tampoco atienden”.

El dueño de la cadena es Alex Daniel Gordon, un «empresario» gastronómico que volvió en 2010 luego de dos décadas en el exterior y se quedó con uno de los restaurantes más emblemáticos de la ciudad: La Robla. Después abrió otro en Palermo y al tiempo puso una panchería que se convirtió,a la postre, en la franquicia Nac&Pop.

Luego de ese impulso inicial los negocios de Gordon comenzaron a hacer agua. En La Robla una situación similar de deudas y estafa empresaria llevó a que sus empleados ya comiencen los trámites para formar una cooperativa.

En enero de este año Nac&Pop cambió de firma, a la actual Samin SA, y todo parece indicar que el camino del vaciamiento empresarial ya estaba tomado.

Desde hace meses Gordon dejó de frecuentar los lugares a los que asistía, sus negocios fueron asumidos por otros hasta que fueron insostenibles y en Nac&Pop aparecieron nuevos «dueños».

La semana pasada se presentaron tres personas que dijeron ser miembros de la Policía Federal se hicieron presentes en la cadena y amenazaron con «pegarle un tiro» a quien eleve la voz en reclamo del pago de los salarios.

En el marco del conflicto, la asamblea de trabajadores aseguró que en las últimas semanas hubo severos problemas con la calidad de los alimentos que se utilizan para preparar las hamburguesas. Dicen que hay productos vencidos y que incluso una clienta terminó internada.

Ante esta situación algunos trabajadores y trabajadores comenzaron a indagar y descubrieron que no tienen hechos los aportes jubilatorios ni de la obra social.

Como alternativa, hoy la sucursal Congreso abrió sus puertas autogestionada por sus empleados.

Los trabajadores, en asamblea permanente desde hace días, entienden que el recurso de la autogestión puede ser una solución en lo inmediato mientras se evalúan los pasos a seguir a mediano plazo para defender los puestos de trabajo.