Movimientos sociales colmaron Atlanta y abrieron las protestas contra el G20

En la antesala de la Cumbre de Líderes, el estadio del barrio porteño de Villa Crespo albergó una suerte de «tribuna antiimperialista» con sonoros discursos en contra de la «injerencia» del Fondo Monetario Internacional (FMI) en la política doméstica y en repudio a la cumbre global que organiza el Gobierno en Costa Salguero.

Al mismo tiempo, la puesta en escena sirvió para visibilizar la agenda social de las organizaciones vinculadas a la economía popular y a los dirigentes que, agrupados en un frente, le darán voz a esas demandas: en el palco estaban el secretario general del Movimiento Evita, Emilio Pérsico; los diputados nacionales de Red por Argentina Victoria Donda, Leonardo Grosso, Felipe Solá, Facundo Moyano, Daniel Arroyo y Lucila de Ponti; el referente de Barrios de Pie, Daniel Menéndez; el titular de la Corriente Clasista Combativa (CCC), Juan Carlos Alderete; el dirigente de la CGT Juan Carlos Schmid, y la legisladora porteña de Nuevo Encuentro Andrea Conde, entre otros.

Con consignas en contra del Gobierno, Pérsico fue el encargado de cerrar la «contracumbre» y afirmó que la intención de cara al año que viene es «construir la unidad más grande de la oposición, para no errarle, para que (Mauricio) Macri se vaya de una vez por todas».

«Pero esa unidad es con el protagonismo de las organizaciones sociales y sindicales adentro, con la militancia adentro, con la construcción de un nuevo programa para empezar a discutir los problemas de este capitalismo neoliberal», lanzó.

En este marco, prometió que los movimientos sociales y las fuerzas políticas que los representan van a «poner candidatos en todos lados» y propuso una «nueva oleada popular» en la que «se echen a los corruptos y se ponga a los militantes».

«Construyamos una nueva oleada popular, un nuevo 17 de octubre que nos lleve a la victoria, pero una victoria diferente. Vamos a poner candidatos en todos lados, vamos a participar y si no se nos abren las puertas, las vamos a voltear», advirtió el líder del Movimiento Evita.

Antes había tomado la palabra Donda para pedir «revisar los límites» del proceso kirchnerista, al que calificó como un «Gobierno popular» pero «atado a viejas estructuras», que propuso reemplazar. .

«Los movimientos sociales estamos construyendo una alternativa. Queremos ser un eslabón más, una puerta de salida del desastre al que nos está llevando este Gobierno de CEOs de Mauricio Macri», fustigó.

Sin nombrarla, la ex Libres del Sur aprovechó su momento para deslizar una crítica a Cristina Kirchner por haber incluido a los pañuelos celestes dentro del frente de «agredidos por el neoliberalismo»: «La grieta fundamental que tenemos que resolver es sobre los que están a favor de la muerte o a favor de la vida.

Tenemos que defender la vida. Basta de clandestinidad. Rezar o no rezar es anécdotico, que cada uno haga lo que quiera. Ésta no es una pelea cromática. No quiero ofender a nadie, pero esto no es una pelea de colores. Esto es vida o muerte. Y si el futuro no es feminista, no hay futuro», remató.

Por su parte, Grosso destacó que «en esta crisis, son los movimientos sociales los que están evitando un estallido porque el Gobierno ya no tiene crédito ni legitimidad en ningún sector social».

El estadio de Atlanta estuvo colmado por militantes del Movimiento Evita, Somos-Barrios de Pie, CCC, Corriente Martín Fierro, Unidad Popular, Seamos Libres, Peronismo 26 de julio, Octubres, Corriente Peronista Chacho Peñaloza, MNCI Via Campesina, Frente Popular Venceremos, Barrios Peronistas y Movimiento Nacional Campesino Indígena.